Definir Milei, una auténtica empanada argentina

Ni pollo con curry, ni chorizo, ni carne criolla. La auténtica empanada argentina es la que tienen algunos medios a la hora de etiquetar ideológicamente a Javier Milei sin admitir que forma parte de la misma caterva donde se encuentran Meloni, Bolsonaro o Trump. Y que ciertamente escapan a la definición clásica de ultraderecha, aunque comparten suficientes formas y valores para encarnar una versión digamos evolucionada. En el caso de Milei a menudo se le llama anarcocapitalista, porque es seguidor de esta doctrina acuñada por Murray Rothbard, el fundador del Partido Libertario de EE.UU. A pesar de ser una escuela estrictamente económica, basada en la no intervención del estado, pronto vieron que su alianza natural estaba con los conservadores y todo ello derivó en el movimiento paleolibertario, que ya tenía todos los tics y fobias de la ultraderecha.

Milei está en contra del aborto. Y de sus declaraciones se desprende que tolera la homosexualidad: "Si tú quieres estar con un elefante... Si tú tienes el consentimiento, es tu problema y del elefante", declaró. Y uno de sus candidatos a diputado, Ricardo Bussi, decía que los homosexuales "merecen respeto como los cojos, como los ciegos, como los sordos". Por sus metáforas los conocerá. Y por sus coristas. Periódicos como El País o el New York Times lo definen como político de ultraderecha, mientras que en las portadas deEl Mundo y delAbc sólo se le tilda de “ultraliberal”. En La Razón todavía aguan más la carga tóxica de Milei y lo dejan en un simple “liberal” la primera vez que la mencionan en la web. Ojalá pudiéramos vivir en este universo donde, aparentemente, no existen los neofascistas (con la denominación que sea). Me pregunto qué debería hacer un político para que, por fin, se atrevieran a endosarle la etiqueta de ultraderechista.