Así se destruye una cultura

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'Punto de no retorno'.

La plataforma 3Cat ha estrenado un nuevo capítulo de Punto de no retorno, la serie de cortos documentales con mirada internacional y que tanto cuesta que la televisión promocione y destaque. Una lástima que una producción de calidad y ambiciosa a nivel periodístico pase tan desapercibida. En Indígenas de Canadá liderando la batalla por el clima, el documentalista Raül Gallego viaja ahora hasta Canadá para conocer de cerca a los pueblos aborígenes de la Columbia Británica. Comunidades originarias de la zona, con cultura y tradiciones propias, ven cómo su territorio es arrasado para construir grandes plantas de licuefacción de gas natural. Este episodio tiene un compás narrativo más pausado que los capítulos anteriores de Punto de no retorno. Es como si el relato tomara el ritmo de estos pueblos indígenas. La música es determinante para transmitir el espíritu del oeste lejano, las montañas y el frío.

Las primeras imágenes aéreas son de devastación. Vemos cómo unas excavadoras enormes trabajan en unos bosques quemados. De hecho, mientras escuchamos la entrevista a un pescador de una de estas Primeras Naciones de Canadá, vemos en el horizonte la humareda de unos terrenos explotados por la construcción y ampliación de oleoductos de gas y petróleo. Estudios recientes demuestran que el volumen de producción de gas natural licuado actual puede ser peor que el carbón en lo que se refiere a emisiones de gases que provocan el cambio climático. Pero no sólo se trata de la contaminación del territorio. Lo que vemos en el corto documental es la resistencia de los pueblos amerindios para mantenerse vivos como comunidad. No es sencillamente la lucha por defender el planeta. Es la lucha por sus derechos.

Que las autoridades de Canadá autoricen la construcción de estos gaseoductos y la inversión multimillonaria implica la destrucción de sus sistemas tradicionales de caza y pesca, la desintegración de las comunidades y todo lo que los identifica como pueblo y los conecta con los suyos ancestros.

“Invertirán miles de millones de dólares para asegurarse de que no resistimos unidos. Pero no te dejes comprar. Tu corazón no está a la venta. Tu mente tampoco. Sabes lo que es bueno para ti. ¿No bebemos todos agua? ¿No respiramos todos aire fresco? ¿No debemos comer todos?”, dice uno de los integrantes de estas comunidades indígenas. “No puede escapar de la tierra. Ha venido aquí para quedarse. Estás allí para morir. Para que os entierren”, dice otro, para explicar de forma simbólica el valor que tiene la tierra y la importancia de mantenerse conectado. El documental nos muestra el esfuerzo de estas personas por transmitir la historia de sus antepasados, sus costumbres, sus sistemas originales de subsistencia. Cargarse su territorio es sinónimo de eliminarlos como pueblo y hacerlos desaparecer. Luchar contra el cambio climático es sinónimo de luchar por su identidad.

Indígenas de Canadá liderando la batalla por el clima retrata cómo se rompe la historia, la cultura y las personas.

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