Hará veintitrés años de los atentados de las Torres Gemelas y Bin Laden sigue siendo un personaje rodeado de misterio, que cambió el transcurso de la historia dejando un legado de violencia y destrucción. En la plataforma Disney+ encontrará Bin Laden's Hard Drive [El disco duro de Bin Laden], que intenta conocer mejor al personaje y su vida a través de los discos duros y los vídeos personales que los Navy Seals se llevaron de su casa después de matarlo. En 2017 la CIA desclasificó parte de la información obtenida, 250 gigas de datos y más de 470.000 ítems que revelan parte de sus secretos. El periodista de la CNN Peter Bergen, que entrevistó a Bin Laden en 1997 en Afganistán, hace de hilo conductor entrevistando a los expertos que han analizado toda esta documentación desde diferentes perspectivas: la psicológica, la cultural y religiosa, en el ámbito de la seguridad y la geopolítica.
El documental, de cuarenta y cinco minutos de duración, muestra inicialmente la variedad de materiales obtenidos: desde propaganda yihadista hasta vídeos domésticos que muestran sus condiciones de vida junto a su círculo de familiares y personal de confianza. Las grabaciones de los hijos y nietos con cámaras domésticas permiten interpretar las relaciones y los valores. Hay también una cantidad significativa de material pornográfico que, según algunos expertos, era útil para encriptar información, aunque, como admite otro de los especialistas, “a veces la biología pasa por delante de la ideología”. Todo el archivo visual muestra las contradicciones de Bin Laden y su personalidad: el narcisismo, la conducta psicopática, el adoctrinamiento al que sometía a sus nietos y su manera de trabajar. Bin Laden recibía la ayuda de dos de sus esposas, mujeres con doctorados que le escribían los discursos y le asesoraban. Llama la atención, a través de mucho material que inicialmente parece baladí, la conciencia que tenía de su imagen personal, su papel casi de actor a la hora de proyectarse en el mundo y, sobre todo, su obsesión por saber qué decían de él los medios internacionales.
Bin Laden's Hard Drive da acceso a la parte privada del terrorista, pero también a cómo este poso personal se proyecta en el mundo entero, de forma global. Lo más interesante del documental es el caleidoscopio de múltiples imágenes y metaimágenes: Bin Laden observándose a sí mismo en una especie de bucle infinito. Posibilita una reflexión sobre el uso de lo audiovisual en los conflictos. Y también como las imágenes que grabamos nos delatan y significan. Sin embargo, como espectador, tienes la sensación de que el documental deja un cierto regusto de decepción. Parece quedarse en la superficie de todo ello y, más que querer explicar de verdad al personaje y sus secretos, es un aleccionamiento moralista sobre cómo percibir a Bin Laden y su maldad. Y esto no es ninguna novedad.