Encantados de mostrar a Sánchez entre esqueletos y calaveras

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Recién aterrizado de Qatar, el presidente español decidió hacerse una fotografía ayer en el laboratorio de Cuelgamuros –conocido antes y de forma infausta como en Valle de los Caídos–, donde los investigadores barajan el osario para ver si pueden identificar algunas de las víctimas del franquismo. La fotografía, ciertamente tétrica, le permitía ganarse algunas portadas, sean solícitas, como la de La Vanguardia, o abiertamente hostiles, como las de La Razón y El Mundo. La intención era poner sobre la agenda la negativa del PP a aplicar las leyes de memoria histórica del gobierno. Populares y Vox impulsan unas leyes alternativas, llamadas de concordia, que se llevarían todos los galardones de unos eventuales premios de branding cínico. El Valle de los Caídos, de hecho, sería el gran referente.

El presidente español, Pedro Sánchez, visita ayer el laboratorio forense de Cuelgamuros.

El caso es que La Razón pone una de sus habituales citas anónimas en primera página: “Es un espectáculo absolutamente canalla”. Sólo una vez dentro descubres que esto lo dice la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, que con el nombre ya paga. En cualquier caso, si el diario lo considera tan dantesco, se lo podría haber ahorrado a su lector. Pero, por supuesto, se trata de tensionarlo y mantener su línea de periodismo emocional. Y, sobre todo, poner a unas familias –las nostálgicas del franquismo– por encima de las que quieren recuperar los restos de sus familiares represaliados. El diario de Planeta, de hecho, más bien se jode y habla del “francomodín”. Lo que resulta comodín, o comodón, es mantener ese discurso de ganador de la guerra que prefiere –claro– no remover demasiado la historia. Y dar solo voz a los que sí saben dónde tienen enterrados a sus familiares. Será su muy particular manera de entender la concordia: cornudos y pagar la fosa común.

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