El editor de Los Angeles Times, Patrick Soon-Shiong, ha pedido en el equipo de Opinión del diario que deje durante un tiempo de escribir editoriales sobre Trump. El rotativo ya se hizo tristemente célebre porque, junto al Washington Post, sufrió un bajón de miles de suscripciones después de que el propietario bloqueara la intención de la redacción de emitir un apoyo explícito a Kamala Harris (como suelen ser habituales en la prensa anglosajona en tiempos de elecciones). Dice Soon-Shiong que editoriales críticos con el presidente electo sólo son aceptables si se publica una pieza de signo contrario.
Estamos ante la célebre trampa de la equidistancia. Los argumentos deben conocerse todos y presentarlos al público: esto es decencia profesional básica. Pero precisamente la labor de los equipos de Opinión de los diarios implica saberles ponderar, de acuerdo con unos valores generales que son los que definen al medio y su comunidad. No debe hacerse un artículo a favor de las vacunas y otro dando aire a pretendidas soluciones que no cuentan con ningún aval científico, con la excusa de que el lector ya decidirá. Cada editorial debe ser honesto, pero comprometido. Y debe saber valorar cada argumento con relación al ADN defendido por el medio. El editor ha explicado también que piensa implementar una herramienta de IA para evaluar posibles sesgos de LA Times, al que acusa de haberse escorado a la izquierda. De nuevo, incluso si se busca una posición más centrada, la solución no pide convertirse en pusilánimes incapaces de decidir si la energía nuclear es o no buena, por ejemplo. Un diario nunca es equidistante, porque la tibieza favorece siempre de rebote elstatu quo y esto es lo que parece que quiere conseguir Soon-Shiong. Pero corre el riesgo de convertir su medio en cobarde y, por tanto, irrelevante, si no se atreve a denunciar una injusticia por miedo a lo que van a decir.