España, fuera de Eurovisión después de 65 años: sus (pocos) logros y sus (muchos) fracasos
RTVE ha decidido no participar en el festival debido a la continuidad de Israel
BarcelonaDespués de 65 años participando ininterrumpidamente en Eurovisión, España se ha retirado del festival para mostrar su disconformidad con la continuación de Israel. De esta forma, no habrá representante de TVE en la próxima edición de Eurovisión, que se celebró el 16 de mayo en Viena y que marcará el 70 aniversario del certamen de canciones. En cambio, se mantiene la celebración del Benidorm Fest, el festival creado por RTVE para elegir al representante español en Eurovisión. La única diferencia es que este año quien gane este concurso no irá a Eurovisión.
La ausencia de España en el certamen no es anecdótica porque tradicionalmente se le considera uno de los países fuertes del concurso. De hecho, forma parte de lo que se conoce como big five, la agrupación de las cinco corporaciones que más aportación económica hacen al festival. Aparte de España, este grupo incluye Italia, Francia, Alemania y Reino Unido. En 65 años de historia en el festival, España ha vivido de todo: algunas victorias pero también sonados fracasos.
Los fracasos
Descalza y muy flamenca, Remedios Amaya participó en Eurovisión interpretando Quien maneja mí barca. Corría 1983 y Europa no acabó de entender la mezcla de elementos tradicionales con electrónicos, como los sintetizadores. La actuación recibió cero puntos. No era la primera vez que España no recibía puntos: Víctor Balaguer (1962) y Conchita Bautista (1965) también tuvieron ese triste honor.
En 1990 el dúo Azúcar Moreno representaba a España en el festival, que se celebraba en Zagreb, con la canción Bandido, ahora todo un clásico de la música española. Su actuación estuvo llena de contratiempos. Antes de actuar se dieron cuenta de que el vestuario que habían traído no era el que habían preparado para la actuación. A partir de ahí todo fue para pedrisco: nada más salir al escenario notaron que un error técnico estaba haciendo que los sonidos que llevaban grabados no se sincronizaran con la orquesta y, ante el desconcierto de todos, la pareja abandonó a toda prisa el escenario. Tras convencer a los organizadores volvieron a salir y finalmente actuaron, consiguiendo una quinta posición.
El sabadellense Manel Navarro fue el representante de España en el 2017. De la canción con la que participó, Do it for your lover, pocos se acuerdan, pero lo que nadie ha podido borrar de su mente es el poderoso gallo que se le escapó al joven cantante, quien ha explicado que tras su paso por el festival recibió amenazas y acoso por su actuación. Sin embargo, inicialmente él en las redes se tomó el error con humor y aseguró que había disfrutado "aunque se haya colado a un invitado no deseado", y adjuntaba un gif de un gallo.
Los logros
España ha ganado el Festival de Eurovisión en dos ocasiones. El primero, en 1968 en Londres, cuando Massiel interpretó la canción La, la, la, que contenía nada menos que 138 las. Gracias a la victoria, España fue el estado encargado de organizar el festival al año siguiente, que tuvo lugar en Madrid. La edición de 1969 ha sido la segunda y última victoria española en el festival –la representante era Salomé con Vivo cantando–, pero también ha sido la única edición en la que cuatro países compartieron la primera posición: España, Reino Unido, Países Bajos y Francia. Ese mismo año Austria boicoteó el festival no participando en él como muestra de rechazo a la dictadura franquista.
Aunque España, tradicionalmente, se ha tomado muy en serio Eurovisión –que ha despertado los sentimientos patrióticos más rancios–, en el 2008 el equipo de El Terrat logró ensanchar las costuras del festival. Con David Fernández al frente, el equipo de Andreu Buenafuente se inventó al cantante Roberto Chikilicautre, que llevaba siempre una guitarra de juguete que respondía al nombre de Luciana. No era el único acompañamiento que llevaba ese singular cantante originario de Argentina: también contaba con dos coristas, Disco y Gráfica, a quienes daban vida Sílvia Abril y Alejandra Jiménez-Cascón. Baila el chiki-chiki era una broma, pero rápidamente se convirtió en uno de los grandes momentos de España en Eurovisión.
Cuando Chanel ganó el Benidorm Fest se la criticó sobradamente: que si era una opción conservadora y debía haberse elegido Rigoberta Bandini, que si era una actuación sexualizadora... En el momento en que apareció en Eurovisión e hizo una actuación eléctrica, las críticas se detuvieron de golpe. Por último, quedó en tercera posición de una edición que ya estuvo alterada por la guerra de Ucrania (de hecho, este país ganó el festival). Los buenos resultados de Chanel parecían abrir una brecha de esperanza en Eurovisión para España, que llevaba años quedando en la banda baja de la clasificación. Nada más lejos de la realidad: el camino iniciado por Chanel no ha continuado y las propuestas que han venido después, como Blanca Paloma y Nebulosa, han vuelto a tener resultados fatídicos.