La falta de confidencialidad del 112

Una imagen del programa en la que recreaban la llamada al 112.
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El lunes, en Espejo público de Antena3, informaban sobre la muerte del empresario Isak Andic y conectaban en directo con el tanatorio para mostrar la repercusión social del deceso. Más tarde, los colaboradores, conducidos por Susanna Griso, elucubraban sobre los riesgos y las características de la ruta que seguía al empresario cuando cayó. Pero lo que estuvieron anunciando durante un buen rato para crear expectación fue el supuesto. acceso que habían tenido en la llamada al servicio de emergencias que había hecho el hijo de Andic para pedir ayuda. Minutos más tarde, uno de los copresentadores daba los detalles contraviniendo los códigos éticos más elementales: "Hemos tenido acceso en exclusiva a la llamada que hizo el hijo del empresario en el 112, justo después de la caída mortal, el sábado a la una del mediodíaEntonces, transcribían en pantalla la supuesta conversación entre el hijo y la teleoperadora. Era sólo el texto y unas voces del programa hacían la recreación. No cometieron el disparate de añadir dramatismo interpretativo al diálogo, pero eso también distorsionaba la realidad de la llamada. La falsa calma con la que se reproducía la petición de ayuda creaba una sensación de indiferencia ante la desgracia muy inquietante.

Es un escándalo que el 112 no respete la confidencialidad que se le presupone, filtrando a los medios de comunicación el contenido de las llamadas que recibe. Un grito de ayuda a un servicio de emergencias pertenece también al ámbito privado de las personas. Hacerlo público vulnera el derecho a la intimidad, las normativas de protección de datos y afecta a la dignidad de las personas. Espejo público recreaba la conversación en lugar de reproducir su grabación original para intentar driblar la ley. Es sensacionalista y nada aporta. Y convierte una situación muy crítica en una especie de espectáculo para la audiencia. Pese a poner, en un pequeño rótulo en pantalla, que se trata de una recreación, se confunde al espectador que, ante el impacto de esa exclusiva, puede llegar a creer que la llamada es la original. La locución del diálogo manipula su componente emocional. Teatralizar las llamadas al 112 es un recurso televisivo del que se ha abusado en los últimos años, especialmente en todo tipo de true-crimas que, en demasiadas ocasiones, ni siquiera especifican que son recreaciones. Se normaliza el hecho de que la televisión tenga acceso a este tipo de documentos sonoros.

Que sólo 48 horas después del accidente, Espejo público ofreciera el contenido de la llamada al 112 es muy grave, en el caso de Andic y de cualquier otra persona. La familia del empresario debería denunciarlo y pedir responsabilidades por la filtración. Los usuarios deben tener confianza en los mecanismos de seguridad ciudadana, deben tener la garantía de que estos organismos son espacios seguros en caso de necesitarlos. Y que las llamadas no se convierten en carnaza mediática por exclusivas morbosas.

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