La fiesta de la democ... ¡malditos catalanes!

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El valor de la democracia es supremo (“Cataluña, en el bucle melancólico”, editorial de El Mundo), así que desde cualquier medio de comunicación (“Cataluña, sin solución”, editorial de La Razón) se defiende sin fisuras la bondad de un sistema (“El desastre catalán”, artículo del director de La Razón), aunque el resultado no se adecúe a las expectativas que tenía el diario (“Un nacionalismo despótico, un socialismo estéril y una oposición residual”, Arcadi Espada en El Mundo). Por eso, con las elecciones catalanas (“Una anomalía crónica”, Juan Carlos Girauta en el Abc), la prensa española ha encajado con deportividad (“Endemia nacionalista”, Ignacio Camacho, también en el Abc) que el independentismo salga reforzado de las urnas (“Cataluña es políticamente un caso clínico”, Luis Ventoso, Abc) y no intenta refugiarse en el argumento simplista de que la gente vota mal (“En la política catalana, la ética ha sido sustituida por la etnia”, Víctor Lapuente, El País), sin estigmatizaciones de ningún tipo.

Portada 15 febrer 2021

Hemeroteca

Hay gente que colecciona sellos. Yo, titulares deshinchados. “El independentismo se deshincha en Cataluña a tres meses antes del 27-S” (El País, 2015). “El independentismo se deshincha: un 75% menos de manifestantes que en la Diada del 2015” (OK Diario, 2016). “¿Se deshincha el suflé? La preocupación de los catalanes por el Procés cae a niveles del 2012” (libremercado.com, 2017). “El independentismo se deshincha” (El diestro, 2018). “El independentismo se deshincha en la protesta contra la sentencia del Procés” (Diario de León, 2019). “El CIS dice que el independentismo se deshincha” (El Triángulo, 2020), “El apoyo al independentismo catalán se deshincha a las puertas de las elecciones” (La Información, 2021). Como les decía, titulares deshinchados. Deshinchados por la realidad, quiero decir.  

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