Una verdadera historia de terror

Expediente Vallecas en HBO
Periodista i crítica de televisió
2 min

Las plataformas han estimulado, a través del género documental, la recuperación de casos de impacto mediático de los años 80 y 90. Aprovechan la nostalgia, el recuerdo vago de unos hechos y la curiosidad de entenderlos mejor para conseguir un fenómeno similar al que ya se produjo en el pasado. La evolución televisiva permite acercarse ahora a las antiguas historias con un dominio más consciente de las narrativas, un trabajo más esmerado de los códigos del género y sacar partido a unas imágenes de archivo para interpretarlas desde una perspectiva más madura.

Uno de estos ejemplos es Expediente Vallecas en HBO. Es un documental de dos episodios que se adentra en el gran fenómeno poltergeist de España, que tuvo enorme repercusión en el reporterismo y el entretenimiento televisivo de los noventa. El caso estalla en 1991 con la muerte súbita de Estefanía Gutiérrez, una chica de diecisiete años, la mayor de seis hermanos de una familia humilde de Vallecas. Era la época en la que en televisión aparecían habitualmente personajes como Aramis Fuster, Rappel, Paco Porras, Carlos Jesús o Tristán Braker. Fernando Jiménez del Oso todavía sobrevivía en canales locales, referente de toda una cultura paranormal en España. Eran rostros habituales de magazines y late shows, catapultados por el sentido del espectáculo de personajes como Pepe Navarro, Javier Cárdenas, Íker Jiménez, Ana Rosa Quintana o María Teresa Campos, que encontraban en estas historias un buen gancho para atrapar a la audiencia.

Después de que Estefanía Gutiérrez falleciera, su familia empezó a experimentar fenómenos extraños que la policía confirmó: objetos que volaban, golpes en las paredes, puertas que se abrían y se cerraban, vómitos misteriosos sobre el mantel, fotografías quemadas y cristales que se rompían misteriosamente ante el terror de los otros cinco niños pequeños. La madre, Concepción Lázaro, acabó convirtiéndose en otra habitual de las televisiones. Pepe Navarro la hizo muy famosa en Esta noche cruzamos el Mississippi y, a lo largo de los años, todo tipo de periodistas y cazafantasmas visitaban su piso.

Más que ser un documental recomendable, se limita a señalar una idea interesante, pero se queda muy corto. Expediente Vallecas, basada en el trabajo previo de un podcast, busca qué había detrás del fenómeno poltergeist. Y descubre algo mucho más terrorífico que eso: una familia entera sometida a los delirios de una mala madre, manipuladora y maltratadora psicológica. La última escena es digna de una película de miedo. Pero cuando llega la parte más reveladora y sólida, ya quedan pocos minutos para llegar al final de la serie. Es muy superficial a la hora de señalar la farsa de una televisión que se aprovechó del drama con la excusa de la curiosidad y el esperpento de los malos espíritus. Tres de los hermanos de Estefanía cuentan su verdad. La lástima es que Expediente Vallecas se aprovecha del relato fantasmagórico en vez de retratar la televisión cínica y cruel de los noventa y señalarla como irresponsable utilizando una historia familiar trágica. Muestra, al menos, la esencia de una época.

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