No hace falta tirar tanto ketchup sobre Donald Trump

Los humanos somos la única especie que tropezamos dos veces con la misma piedra, y los periodistas, tres. Cuanto más avanza la campaña, más convencido estoy de que Donald Trump será reelegido presidente de Estados Unidos, porque la prensa que le es hostil le erra de nuevo en la estrategia. Entendiendo la horripilación que provoca, al final todo el mundo baila su música folla y le hace el juego, cabe suponer que involuntariamente.

Muchos titulares informan de que Trump ha prometido un “baño de sangre” si no sale elegido presidente de Estados Unidos. Con el precedente del asalto al Capitolio todavía fresco, la imagen concitada es la de una guerra civil, cambiando los rifles Springfield de hace ciento cincuenta años por los más expeditivos M16. No es el caso. El republicano hizo estas declaraciones en el marco de un mitin en Ohio y estaba hablando de la industria automovilística. Defendía la imposición de aranceles bestias para los coches de importación como forma de salvaguardar las factorías nacionales. Y, a partir de ahí, auguraba que si era Biden quien ganaba entonces habría una masacre... en el sector. Y sí, también dijo "para el país", pero es obvio que hablaba de economía. Omitir esta pieza clave del contexto sólo puede obedecer a dos cosas: estar replicando la información de alguien sin comprobar la cita original o manipular deliberadamente, tal vez para conseguir algunos clics a costa de su figura como malvado de pelo película perfecto. Trump se desacredita ya lo suficientemente solo como para tener que inventar noticias o rascar titulares hasta que pierdan su sentido. No es necesario coger el bote de ketchup Prima y exprimirlo hasta que no quede ni una gota. Porque al final, con tanta salsa, incluso el pescado podrido puede echar abajo, aunque sea en una digestión de cuatro años.