Un pacto de caballeros en Francia que debería imitarse

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Una de las manos que están estrangulando a las empresas informativas es la dificultad de monetizar los temas propios. Cualquier medio que publique una exclusiva potente, de esas que le ha costado semanas de conseguir –y años de trabajarse las fuentes– verá cómo a los pocos minutos la competencia le replica el tema. Los más honestos, citándolo y enlazando. Pero otros ni siquiera cumpliendo esa mínima deferencia. ¿Tiene sentido invertir en periodismo, entonces? ¿No sale más a cuenta esperar a que otro levante un tema, copiarlo rápidamente e invertir en posicionar bien ese artículo en buscadores y redes? Doy por hecho que no tardaremos mucho en ver webs que, con ayuda de la IA, copiarán y reescribirán –o sea: piratearán– las noticias más vistas de cada medio de forma instantánea.

Grabado sobre el plagio de libros.

Por eso leo con interés el acuerdo al que han llegado un grupo de medios franceses importantes: citar y enlazar en el primer párrafo, no reproducir más del 25% del artículo original y esperarse 24 horas si no hay añadido un trabajo periodístico propio adicional. Este último punto es complicado de acotar porque una revelación periodística puede dar pie a reacciones, y entonces el medio está legitimado para recogerlas (y, por supuesto, debe explicar el tema que ha motivado aquella respuesta). Habrá casuística, pero está muy bien que los medios franceses hayan entendido que la competencia periodística, planteada en los términos actuales de copia instantánea, no beneficia a nadie más que Google y las redes sociales, ya que diluye la autoría y son los gigantes de internet quienes recogen los beneficios asociados al tráfico generado. Identificar la trazabilidad, además, es un servicio impagable al lector porque le permite calibrar qué confianza le da a un medio que no es su habitual. ¡Tres bien!

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