El plato del día es jefe de fiscal general

El quiosco nos ofrece hoy una nueva prueba del acierto de que el medio es el mensaje, como decía Marshall McLuhan, según el cual el canal a través del cual nos llega un contenido modifica el significado del propio contenido. Dos titulares muy similares quieren decir dos cosas distintas, y los respectivos lectores así lo descodifican. El primero es el del diario El País, que abre portada con "El Supremo encausa por primera vez a un fiscal general del Estado". El acento está puesto en la excepcionalidad de la medida y, escrito en un diario afín al PSOE, sugiere que el Supremo está en una deriva politizada, hasta el punto de que no se corta a la hora de poner la garra en un ejecutivo que percibe como hostil. El segundo titular también subraya el carácter inédito de la medida, pero le lleva La Razón: "Imputado por primera vez un fiscal general, que se niega a dimitir". Aquí, en cambio, lo que se quiere generar es la indignación: lo grande que la habrá hecho el fiscal general, si la han acabado imputando. La cola "que se niega a dimitir" añade una fatídica losa de culpabilidad, inexistente en el diario de Prisa.

El Supremo puede librar las batallas políticas que quiera, porque sabe que sus injerencias serán convenientemente tapadas por la prensa Brunete. Ya lo hemos visto: un titular similar, pero significados opuestos. Por eso, cuando la semántica está tan viciada y las connotaciones ya vienen de fábrica, a veces son las imágenes las que pueden recoger con precisión más cruel el estado de todo. Pensaba viendo la magnífica portada deEl Salto que ilustra este artículo. "El imperio de los jueces-soldado", dice el titular. Y se ven dos manos con sendas puñetas –la blonda de las bocamangas de los magistrados– y, sobre la piel, un tatuaje delator de la muy ultraderechista cruz de Borgoña; y por si había dudas, un puño americano en las falanges para aplicar la lex tatuada en los nudos. Es lo de la imagen y las palabras, que ya viene de mucho antes que McLuhan.