Hay demasiadas muertes, y son demasiado recientes, como para que la prensa polarizada haga política de la manera grosera y desacomplejada a la que nos tiene acostumbrados. Pero hay sutilezas. Por supuesto, si hay. Subtítulo deEl Mundo: "Aunque la alerta sobre las crecidas de los caudales se decretó a las 17.30 h, los ciudadanos no fueron informados de forma masiva hasta tres horas después". Ah, las frases pasivas, lo bien que van para escurrir al sujeto. Especialmente si ese sujeto se llama Carlos Mazón y no Pedro Sánchez, pongamos por caso.El País, claro, sí apunta con el dedo: "La Generalitat envió la alerta ocho horas después de que la lluvia desbordara los barrancos". YEl Periódicotambién empieza a afilar la lanza: "El gobierno señala errores en la gestión".
No cuesta demasiado adivinar, sabiendo las dinámicas de los periódicos, que el duelo compungido que muestran hoy será efímero y pronto dejará lugar a un intercambio de reproches entre administraciones de color político distinto. Claro que falta recalar mucha información, pero Mazón ya acumula muchas cosas de las que debería empezar a responder: desde el vídeo que borró en el que aseguraba que el riesgo mermaría a partir de las seis de la tarde hasta su decisión de eliminar la Unidad de Emergencias diciendo que era un chiringuito nada más llegar al gobierno valenciano para satisfacer a sus socios de Vox. Habrá que ver no sólo si hay negligencia, sino también si se derivan responsabilidades criminales. Y serán días, asimismo, de vigilar con discursos que atribuirán la tragedia sólo a los caprichos atávicos del tiempo y la naturaleza para mantener la tozuda y absurda ideología del negacionismo climático. Éste sí que es un lamentable chiringuito, pura salmonela del pensamiento.