La tangana constante que será esta legislatura se va armando, también a golpe de nombramiento. Cuando Pedro Sánchez designó a sus ministros, los medios conservadores entraron en tromba debido a que los negociadores de la legislatura habían visto sus esfuerzos compensados con una cartera. Se habló del “gobierno del muro”, de “resistencia”, de “guerra total en el PP” y de “bronca política”. Ahora resulta que es el PP quien ha hecho cambios en su organigrama en el Congreso y Miguel Tellado es uno de sus beneficiados, ya que asciende a portavoz en la cámara, en detrimento de Cuca Gamarra (que pasa a ser secretaria general del partido en tiempo completo). El subtítulo de La Razón que lo explica es todo un poema, cuando define a Tellado como “combativo pero con capacidad negociadora”. El Mundo también escribe que el PP quiere hacer una oposición "más dura, pero con afán negociador". Es la consigna del día. “Arma a un equipo para seducir a los socios”, escribe el diario de Planeta, en un serio titular candidato a los galardones Eufemismo del Año, porque se refiere a contentar a su votante más ultra, no sea que se decante definitivamente hacia Vox .
Y es una manera muy amable de definir a quien exigió a Pedro Sánchez que se marchara de España metido en el maletero de un coche. O al que justificó el acoso al ministro de Transportes Óscar Puente y negó que fuera una agresión lo que todo el mundo pudo comprobar en un vídeo que sí lo era. O a quien acusó al presidente socialista de "prostituir la democracia". Quizás el resumen más preclaro, y eufónico, lo ha hecho el diputado Néstor Rego, del BNG, cuando dice: “Pasamos de Gamarra a macarra”. Si ese es el perfil opositor del PP, solo podemos augurar que, en los debates parlamentarios, habrá mucha gente a la que, al más puro estilo Ayuso, le gustará de repente la fruta.