Roma no paga traidores (y Losantos tampoco)
Es fácil ver a los medios de la derecha como un bloque de hormigón con menos aristas que un huevo, siempre todos a una, como en Fuenteovejuna. O quizá deberíamos decir Fuenteoviejuna, porque con demasiada frecuencia destila todo ello un olor preocupante. Por eso es divertido ver cómo el sistema entra en cortocircuito cuando uno de sus elementos rompe la disciplina y exhibe una mínima disensión respecto al corpus ortodoxo. Le ha pasado a Arcadi Espada, que era objeto de un artículo contra él furibundo en Libertad Digital, el medio de Federico Jiménez Losantos, su vecino de columna en El Mundo. El motivo de la disputa es Felipe VI. Resulta que Espada pide su dimisión y, claro, a Liberal Man esto se le ha atragantado. En la noticia donde se explica el arrebato arcadiano se dejan caer caricias como estas: "Ya sabemos que a este catalán supremacista que es Arcadi le gusta que le hagan mucho caso o deja de respirar" o "Se nos ha vuelto sanchista indepe, Arcadio el listo". Y cuando pide que el rey pliegue: "¿Qué tal si dimites tú, Arcadio? Últimamente da asco leerte. Hazlo mirar".
El origen de esta mala leche tan agria son las críticas que Espada ha dedicado a Vox, ya Losantos por defenderlos. Como ahora Espada se aparta del recto camino y no hace genuflexiones frente a Felipe, resulta que le tratan de independentista supremacista. Por un momento, he pensado que tras el fracaso de Ciutadans no se hubiera obrado una reconversión y ahora se postulase –un poco tarde– en las primarias de ERC o para liderar la Casa de la República. No es el caso: Espada sigue pasando por ser el antinacionalista de siempre mientras regala grandes dosis de españolismo banal premium. Pero conmueve mucho ver cómo Losantos –que siempre blasma el presunto pensamiento único de la izquierda– permite que se arrastre así a un miembro de la tribu, al saltarse el credo real.