Ficción

Dani de la Orden: "La vida rutinaria y aburrida es la mejor de todas las vidas"

Director

Dani de la Orden en una imagen de archivo
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BarcelonaDani de la Orden estrena el miércoles en AppleTV+ A muerte, una comedia romántica rodada antes de Casa en llamas. La serie es una historia sobre polos opuestos que se atraen y lo tienen todo en contra: el siempre prudente Raúl (Joan Amargós) acaba de ser diagnosticado con un cáncer de corazón y se enfrenta a una operación complicada, mientras que Marta (Verónica Echegui), de espíritu más libre, acaba de quedarse embarazada de una relación esporádica. Cuando se reencuentran después de años de no verse, irán construyendo una relación amenazada por estos dos importantes secretos.

A muerte es una comedia romántica en la que la muerte está muy presente. ¿Por qué decidió que la muerte fuese uno de los temas de la serie?

— Porque te haces mayor y, por ti o por tu entorno, toca. Cuando tienes veinte años y ves una película romántica todo son brindis y jijijaja, y cuando pasas de los treinta y cinco, de repente, te duele algo o tienes que ir al médico. Ves que las cosas pueden fallar. Básicamente, yo quería hablar de una relación de amor a través de la enfermedad: cómo gestiona una persona la enfermedad, porque hay mucha presión con mensajes como "mejórate", "sé positivo", o "disfruta de la vida". Cuando tú estás en un proceso de dolor y oscuridad, sentirte obligado a pasártelo bien te hace sentir mal. A veces es más lícito y ayuda más decir "acompáñame en este camino de oscuridad que tengo ahora, que espero que no sea para siempre". Por otra parte, también queríamos explicar una comedia romántica sobre las dos personas menos idóneas una para otra que se conocen en el momento menos idóneo. Me parecía muy guay hacer una comedia con la vida en modo difícil, porque cuando es en modo fácil en las películas no es tan divertido.

¿Cuándo las cosas se ponen difíciles es cuando se descubre cómo es uno y la gente de su entorno?

— Sí, siempre. Y además da risa. Antes del amanecer y Antes del atardecer son preciosas, pero no hacen gracia.

Raúl tiene una vida normal.

— Normal, rutinaria, aburrida. La mejor de todas las vidas.

¿Es su alter ego?

— En muchas cosas sí. Soy un defensor del aburrimiento máximo y la tranquilidad. Sí que es verdad que en el mundo del cine hay cierta ambición, pero esta ambición se ha tranquilizado mucho y ahora el cine es un trabajo que debo ir haciendo. En función de si me gusta mucho la historia o si tengo que renovar la cocina, hago una u otra película. No me considero un gran director: he hecho muchas películas de encargo, he hecho películas totalmente impersonales, pero que me han ayudado a hacer callo a la hora de rodar. Mi trayectoria es totalmente errática y descompensada: de repente haces una peli buena, pero la siguiente no acaba de funcionar, y de repente estás haciendo 25 temporadas de Élite. En mi caso es porque antes había cierta inconsciencia, porque no sabía decir que no. Me sentía tan agradecido que la gente me diera permiso para rodar que decía que sí a todo. Llegar a darme cuenta de que tenía derecho a decir que no me ha costado.

¿Cree que tenemos demasiada presión para que nuestras vidas sean excepcionales y en ningún caso monótonas?

— Las redes sociales, los libros de autoayuda y los podcasts te dicen que tu vida es una mierda y lo estás haciendo todo mal. Todos te empujan a ser "la mejor versión de ti mismo". ¿No podemos frenar un poco? Quizás ser la mejor versión de mí mismo no me hace más feliz, quizás la mejor versión de mí mismo es una lata. Luego, está la frase de "sal de tu zona de confort". ¿Qué es esa tontería? A mí me ha costado quince años llegar a mi zona de confort, rodando cosas que no quería, con una vida emocional que no acababa de funcionar y con todo tipo de problemas. En el momento que digo "ah, es esto lo que quiero", hay un imbécil que sale y te dice que estás equivocado y que te estás conformando. Que si tienes un poco de barriga, eres un perdedor. O que lo que debes hacer es demostrar el dinero que tienes. ¿Somos todos imbéciles? ¿Es esta la sociedad que queremos construir? Y mira que te lo dice un pijo de manual como yo, que vengo de Sant Gervasi. Hay muchas personas que te están diciendo que no haces las cosas bien y es muy guay que haya al menos una que te diga "ei, quizás no estás haciendo las cosas correctamente, pero las estás haciendo como tú las puede hacer, y esto es muchísimo". La autoexigencia que nos hace tener las redes es enfermiza, y yo soy el primero que estoy enganchado.

Dice que ha tenido una carrera errática, pero la comedia romántica sí es una constante de su trayectoria. ¿Qué le da este género?

— Me da lo que no quiero hacer. A mí me gusta el cine de acción, pero como es un género que aquí no se practica porque es caro, hago comedia. Descubrí que podía hacer comedia con Barcelona, noche de verano, no tenía ni idea. Con el paso del tiempo vas cogiendo confianza, a veces demasiado. Te vas relajando y confías mucho en ti mismo y, a veces, acabas yendo al otro extremo: piensas "como se me da bien la comedia, esto será la hostia" y te lo acabas comiendo con patatas. Entonces es cuando te das cuenta de que los productores tenían razón y que ese chiste que te gustaba no funciona. Tener confianza en ti mismo está bien, pero debes ir con el freno de mano porque la comedia es complicadísima.

Cuando le dicen que es el director del momento, ¿qué piensa?

— Pienso que es totalmente falso y que es una forma de hacer un titular. Me halaga, pero es un titular barato. En primer lugar, porque si eres el director del momento, significa que mañana estarás pasado. A mí me gusta quitar hierro al mundo del cine, porque nos lo tomamos todo demasiado en serio. Ahora que empiezo a ir a galas de premios me doy cuenta de que o me lo tomo en broma o hay cosas que no puedo entender. ¿Por qué hacen falta ocho fotos del mismo grupo de personas con distintos fondos? No lo entiendo. ¿Por qué debo ir a ese cóctel? No lo entiendo. Forma parte de un circo, pero al igual que mola reírse de una enfermedad, también mola reírse del circo del que formas parte.

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