¿Quién teme cronometrar a las mujeres?

Cuando Marshall McLuhan acuñó su célebre frase "el medio es el mensaje" se refería al medio en tanto que canal de transmisión. Pero el aforismo puede aplicarse también a un medio concreto. Por ejemplo, cuándo El Mundo destaca en portada el titular "Competencia medirá el tiempo que hablan las mujeres en los informativos de todas las teles", no cuesta mucho adivinar, a partir de la línea editorial del rotativo, que lo ve como una noticia sobre las injerencias del poder público en la libertad de expresión. El actual clima de guerra cultural favorece que, leído allí, se interprete como una nueva demostración de que lo del feminismo es una lata que, una vez más, se ha pasado tres pueblos hasta el punto de ir cronómetro en mano.

La realidad es mucho más prosaica. Competencia sólo hace lo que la ley audiovisual del 2022 le insta a hacer: un informe anual sobre la representación de la mujer en las distintas cadenas televisivas. Espóiler: no servirá de nada. De hecho, en Cataluña hace años que el Consejo del Audiovisual de Cataluña elabora uno similar y, más allá de la tarea diagnóstica, no consta que el estudio sea la palanca de ningún cambio. Además, es imposible desencadenar el quid de la cuestión: ¿las telas sacan poco a las mujeres a los informativos porque reflejan una sociedad machista o la sociedad es machista porque las telas lo perpetúan minimizando las voces femeninas? Ambas premisas son ciertas, y les deseo buena suerte intentando determinar de forma objetiva en qué porcentaje lo son cada una. En cualquier caso, es bueno que estudios así nos hagan subir los colores a todos. Y convertirlo en noticia crítica, o antipática, da alas a los partidos que viven de explotar el victimismo masculino, descuidando el privilegio histórico (y vigente) del que siguen disfrutando.