Del 'tiet' Miki Núñez en el vestido de Pedroche con su leche materna: así recibieron las televisiones en el 2025
TV3 ofreció el baile de drones barcelonés mientras La 1 buscaba recuperar la hegemonía de las campanadas en España con Broncano y Lalachus
BarcelonaSi Bill Murray estaba condenado a revivir el día de la marmota en el célebre filme, el ciudadano que opta por quedarse en casa y saludar al año nuevo con el televisor puesto en marcha está condenado también a experimentar la sensación de estar atrapado en un bucle temporal repetido mil veces. La noche del 31 de diciembre no es momento de experimentar, y los distintos canales tienden a ser conservadores en sus fórmulas. Sin embargo, en el 2025 llegó con algunas variaciones que crearon la (vana) ilusión de cambio y progreso el día en que los propósitos más voluntariosos todavía quedan de pie.
TV3 volvió a plantarse en la avenida Maria Cristina de Barcelona, pero esta vez el Hombre del Milenio vio cómo la obsolescencia programada le relegaba al olvido, en favor de un espectáculo de drones que homenajeaban con su baile de lucecitas en el cielo obras de Joan Fontcuberta, Keith Haring y Joan Miró presentes en la capital catalana. Los maestros de ceremonias repetían: Miki Núñez y Laura Escanes. Él, el yerno perfecto, tuvo que recibir algunas ironías amables de su compañera, que le dijo que era un "tío" y también "muy gusano". Ella, una de las caras del 3Cat y de esta TV3 que intenta ensanchar a la audiencia buscando nuevos públicos. Cumplieron con sencillez pero efectividad, y con unos buenos deseos de manual –que bajen los precios de los pisos, que se actúe contra el cambio climático–, de aquellos que no debían de atravesar la uva a nadie (excepto, quizás , a algún gran tenedor).
. En cuanto a la indumentaria, Escanes se presentó primero tapada con una aparatosa capa piramidal de color champán que la asimilaba a un ángel. El conjunto, concebido por la firma de alta costura Yolancris, escondía un traje de pedrería que mezclaba elementos tradicionales y otros más oníricos que homenajeaban al Modernismo catalán. Era alta costura y de fiesta e incluía una capa de flecos. Núñez, por su parte, iba de negro sobre negro, con americana cruzada reminiscente de los años cuarenta, diseño de Oscar Salas, su diseñador fetiche.
Pedroche vs. Lalachus
Mientras, en España se libraba una batalla feroz, cuyo resultado no se sabrá hasta este jueves, cuando se hagan públicos los datos de los audímetros hace años que reina gracias a Cristina Pedroche y su famoso vestido. año se enfrentaba a un dúo peligroso, ya que La 1 apostaba por David Broncano (que ha destronado a Pablo Motos) y la cómica del suyo programa Lalachus. Ella llegaba a la cita después de recibir ataques grasofóbicos en las redes que aprovechó para reivindicarse: dijo que pensaba aprovechar la oportunidad y disfrutarla al máximo. tendencia en Twitter, pero también lo fue la palabra guapísima. Y bajo este epígrafe la mayoría de mensajes aplaudían el look de Lalachus, que no dudó en enseñar piel y mostrarse radiante pese a no poseer un cuerpo televisivamente canónico.
La pareja de La revuelta hizo lo que mejor sabe y lo que más éxito le reporta: transmitir espontaneidad, naturalidad, genuinidad. las criaturas se hagan fotos. Mientras, en Antena 3 Pedroche repetía su fórmula: un traje sexualizante pero con pretextos solidarios, a modo de vacuna contra quienes estén tentados de denunciar la evidente cosificación. El modelo en cuestión pesaba 42 kilos y necesitó más de 2.500 horas de trabajo. los diferentes ornamentos de plata y cuarzo y la abundante pedrería. presentadora. Es la llamada Paradoja Pedroche: cómo hacer un traje de 42 kilos cubriendo lo mínimo.
Vivascarrion firmaba el traje, que tenía como particularidad estar confeccionado con una técnica que utilizaba la leche materna de la protagonista hasta convertirla en cristales. Pero más complicada aún que toda la orfebrería era la construcción discursiva para disimular el hecho de que la apuesta era exhibir un sugerente cuerpo femenino. Este año, la presentadora ha trabajado con Unicef y el vestido se supone que era una alegoría en contra de la violencia que sufren los niños en todo el mundo.
'Cachitos' contra la fachosfera
Más allá de este choque de titanes televisivo en busca de audiencias millonarias, La 2 ofreció la alternativa habitual para quienes los espectáculos clásicos de Nochevieja les dan pereza o los encuentran charones. Cachitos de hierro y cromo volvió fiel a su cita para ofrecer una gran centrifugadora de imágenes de actuaciones musicales de RTVE de todas las épocas, con especial gusto por las más esperpénticas o directamente lisérgicas, aliñadas por subtítulos irónicos que a menudo se enfangaban en la trifulca política y se escoraban de forma evidente hacia la izquierda.
Por ejemplo, mientras Jimmy Sommerville de los Communards amenazaba con romper las copas de cava con sus agudos, se podía leer "Esto suena como un titular de The Objective: falsete". También causó hilaridad en las redes la aparición de los Boney M y el subtítulo que les comparaba a Cristina Pardo, Tamara Falcó, Nuria Roca y Juan del Val, el aquel tertulianesco anti-Sánchez deEl hormiguero. Hubo referencias a noticias del 2024 ("Al padre de Lamine Yamal también le dieron Estopa") e ironías cuando Shakira cantaba "Estoy aquí" y el programa añadía "...pero empadronada allí". Otro de los clips rescatados incluía a Bárbara Rey cantando Quién será lo que me quiere a mí mientras un subtítulo admitía que se trataba de "la adivinanza más fácil del mundo". La vedete cantaba sin que nadie se hubiera tomado la molestia de darle un micro para disimular un poco el playback, en cuanto el programa aprovechaba para poner el dedo en la llaga: "Aquí los micrófonos, como en su casa, están ocultos". Y así, de subtítulo en subtítulo –quien cachito pasa, año empuja–, se completó este particular viaje a finales de la noche más boomer.