Redes sociales

TikTok desata una tormenta política en el año más electoral

Todo el mundo teme la capacidad de influencia de la aplicación de vídeos breves, pero nadie quiere incomodar a sus usuarios

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TikTok

En 2004, los mensajes SMS (Pásalo) desahuciaron al PP de la Moncloa poniendo en evidencia la respuesta indigna del gobierno en los atentados del 11-M. Ahora, exactamente dos décadas después, es TikTok quien moviliza a la generación Z para presionar a los legisladores en favor de una red social que puede ser decisiva en los numerosos procesos electorales que tendrán lugar este 2024, cuando la mitad de la población mundial en edad de votar está convocada en las urnas.

La incertidumbre legal y política sigue nublando el horizonte de TikTok, la popular plataforma de vídeos cortos, tanto en Estados Unidos como en Europa. Las acciones recientes del Congreso de EE.UU. y las preocupaciones de seguridad nacional han generado debate sobre la propiedad de la aplicación y su supuesta relación con el gobierno chino. Mientras, en Europa, la Comisión Europea y otros órganos reguladores han intensificado el escrutinio sobre las prácticas de la empresa en materia de privacidad y seguridad de datos.

La presión ejercida por Estados Unidos sobre TikTok ha alcanzado un nuevo nivel con la aprobación en el Congreso de un proyecto de ley que pretende obligar a ByteDance, la empresa china matriz de TikTok, a vender su negocio estadounidense en un plazo de seis meses. El temor de que el gobierno chino pueda utilizar la aplicación para actividades de espionaje o influencia política es el motor impulsor de la medida, apoyado por los dos grandes partidos políticos y por el presidente Biden.

La respuesta de TikTok a estas acusaciones ha sido firme; ha negado cualquier influencia del gobierno chino y ha establecido una alianza con la empresa estadounidense Oracle para que acoja los datos de los usuarios estadounidenses. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre el futuro de TikTok en EE.UU., especialmente con la posición de figuras como el expresidente Trump: durante su mandato propuso medidas similares, pero ahora se opone a la prohibición, ostensiblemente porque Jeffrey Yass, uno de los principales contribuyentes a su campaña, es también uno de los accionistas principales de TikTok y también porque neutralizar a TikTok daría alas a las redes rivales Instagram y Facebook –ambas de Meta Platforms–, que Trump considera que le perjudican. Sin embargo, ni Trump ni Biden son partidarios de penalizar antes de las elecciones una plataforma que les facilita llegar al electorado más joven.

El papel del Senado de EEUU y el del gobierno chino también son cruciales. La aprobación definitiva de la ley y su aplicación dependen del Senado, mientras que China ha expresado la firme oposición a cualquier venta forzada de TikTok, acusando a Estados Unidos de actuar con una "lógica de ladrón". Cabe decir que el éxito de esta eventual venta es muy dudoso, porque sólo incluiría uno de los dos grandes activos de la plataforma, su parque de usuarios. En cambio, el otro, el algoritmo de recomendaciones instantáneas que mantiene a los usuarios pegados a la pantalla del móvil mirando vídeos uno tras otro, no se mantendría porque el gobierno chino bloquearía la transferencia al nuevo propietario.

En Europa, TikTok aún restricciones y escrutinios similares. La Comisión Europea ha prohibido el uso de la aplicación en los dispositivos de trabajo y personales de sus funcionarios, citando preocupación sobre la seguridad de los datos. TikTok ha respondido abriendo centros de datos en Europa –tiene uno en Irlanda y prepara otro en Noruega– y participando en diálogos con instituciones europeas para abordar las preocupaciones sobre la desinformación y los algoritmos. En cualquier caso, si TikTok pierde pisto en EEUU, lo que quede podría acabar enfocándose en Europa, y más concretamente en Irlanda, gracias a su peculiar y poco solidario régimen fiscal que favorece la implantación de gigantes tecnológicos globales.

Mientras tanto, las regulaciones de la UE, como la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA), plantean nuevos obstáculos a TikTok en el continente europeo. La empresa afronta la posibilidad de multas, órdenes de cambio e incluso prohibiciones, lo que agrava aún más su panorama legal.

Problemas éticos y legales

En el corazón del conflicto se encuentran los dilemas éticos y legales sobre la propiedad, la privacidad de los datos y la libertad de expresión. TikTok, con muchos millones de usuarios en EE.UU. y Europa, se ha convertido en un símbolo de la lucha entre los intereses comerciales, políticos y de seguridad nacional. Por un lado, la captura de datos personales de los usuarios por parte de TikTok es uno de los argumentos que han salido, aunque con menor intensidad, porque en realidad no hace nada muy distinto que las muy yanquis Instagram y Facebook. La postura parece ser renunciar a la privacidad, pero sólo si el beneficiario es de los nuestros, no los orientales.

Otro aspecto es la fuerte penetración de TikTok entre los ciudadanos más jóvenes, que la convierte en una herramienta potencialmente decisiva en los numerosos procesos electorales que tendrán lugar en el mundo este año. Sin ir más lejos, más de la mitad de los actuales eurodiputados son activos en TikTok, si bien la proporción va por barrios. De la decena de eurodiputados catalanes, solo tres (Carles Puigdemont, Dolors Montserrat y Jorge Buxadé) superan a los 10.000 seguidores. El representante de Vox tiene 72.000, muy por debajo de los cientos de miles que tienen parlamentarios de otros estados, pero su liderazgo confirma los datos del CIS, donde se ve que los usuarios más activos de TikTok (y de YouTube) son, con diferencia, los votantes de Vox.

El futuro de TikTok, tanto en Estados Unidos como en Europa, es incierto. Mientras la empresa se esfuerza en demostrar su independencia y transparencia, el mundo observa los conflictos legales y políticos que definirán el destino de esa controvertida aplicación. Un signo de la capacidad de influencia de TikTok es la notificación que envió a todos los usuarios de su aplicación a EEUU incitándoles a telefonear al congresista que les corresponde por código postal y reclamarle que votara contra la proposición de ley . El alud de llamadas fue tal que en los despachos de muchos parlamentarios dejaron los teléfonos descolgados durante unas horas.

En términos financieros, ByteDance, la matriz china de TikTok –que a su vez tiene su sede en Singapur y EEUU–, ha demostrado una notable solidez económica en los últimos años. Con unos ingresos globales que se estiman en 120.000 millones de dólares en el 2023 –un 40% más que en el 2022–, ByteDance ya rivaliza con Meta, la matriz de Facebook, como la red social que más factura. Encima, TikTok ha registrado un récord de ingresos en EEUU, alcanzando los 16.000 millones de dólares en el 2023, pese a la amenaza de prohibición. Esto ilustra la fuerte presencia de TikTok en el mercado estadounidense (170 millones de usuarios), así como su capacidad para mantenerse rentable en medio de las turbulencias políticas. Todo el mundo tiene presente que Huawei, la primera gran víctima del proteccionismo de EEUU disfrazado de preocupación por la ciberseguridad, ha logrado recuperarse gracias al mercado interior, y el gran negocio de ByteDance son las funciones de comercio electrónico de Douyin, el equivalente chino de TikTok.

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