Candela Peña está de premio en 'El caso Asunta'

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Candela Peña en 'El caso Asunta'.

Netflix acaba de estrenar una de las series que tendrán mayor impacto de la plataforma en las próximas semanas. Es El caso Asunta, la ficción que recrea la investigación y el juicio del asesinato de la niña Asunta Basterra a manos de sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra. Para los espectadores que en el 2013 siguieran el caso, la serie servirá para entender la parte menos mediática, que es donde se esconden más respuestas. Y para quienes no prestaron atención a esta historia, descubrirán una trama basada en hechos reales que engancha. El caso Asunta se suma a la afición de Netflix por el true crime aunque, esta vez, lejos de caer en la especulación morbosa de otros asesinatos de impacto como El cuerpo en llamas, se ciñen a los hechos y los datos desde el respeto hacia los personajes. Es obvio que la serie no está exenta de un componente voyeurístico. La historia de la familia Basterra Porto es muy bestia pero su relato en Netflix no es cruel. Los creadores no se han lanzado sobre la historia con una sierra eléctrica para extraer las vísceras sino que se han acercado con bisturí para diseccionar cuidadosamente lo que llevó al matrimonio a matar a su hija.

Lo que es indiscutible de El caso Asunta es el trabajo actoral, empezando por la interpretación digna de premio de la actriz Candela Peña haciendo de madre de Asunta. Era fácil caer en una caricatura. Pero la actriz construye magistralmente a un personaje complejo y sorprendente. Una mujer que hace equilibrios entre la ingenuidad y la locura, la ansiedad y el aturdimiento narcótico, la manipulación y la desesperación, la farsa y la inmadurez, la maldad y la inconsciencia. Tristán Ulloa en el papel de Alfonso Basterra está impecable, pero Candela Peña es la clave del éxito. Basta con ver el arranque de la serie, donde se recrea una entrevista televisiva real que se hizo a la pareja justo cuando habían adoptado a su hija. Solo estos pocos segundos de introducción anticipan la calidad de lo que veremos. El papel de Candela Peña es importante además porque tiene que ver con el punto de vista narrativo. Todas las pruebas señalaban al matrimonio, y sin embargo, los guionistas han optado por que sus personajes se mantengan en su inocencia para asegurar la solidez del relato y, sobre todo, su complejidad psicológica. "Las cosas que no se dicen no pasan", dice el personaje de Rosario Porto a la policía. La serie no se moja pero orienta, y, muy hábilmente, incita al espectador a interpretar conductas y sacar conclusiones.

El caso Asunta, de seis capítulos, es exigente a todos los niveles: guion, dirección, producción, ambientación, realización, fotografía... Pero no desde el artificio, sino desde la sensibilidad y la constancia de una mirada atenta con los detalles. Como true crime basado en hechos reales se ajusta a las etapas de la denuncia, investigación y, en los dos últimos capítulos, juicio y sentencia. Los saltos temporales al pasado permiten la reconstrucción de hechos importantes donde la niña es prácticamente irrelevante. El foco está siempre puesto sobre los padres y su conducta. La cámara se convierte en un ojo que observa de manera escrutadora y nada inocente, que delata a los protagonistas. El impacto de este caso sórdido radica en que se trataba de una familia aparentemente normal. "Yo lo único que quería era ser feliz", dice el personaje de Rosario Porto. La serie sabe profundizar en las rendijas donde nada es ni normal ni feliz.

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