La última de Losantos: atizar violencia contra periodistas

2 min

Lo de perro no come perro ha pasado a la historia. No es que perro coma perro, es que le tritura el hígado y entierra los huesos para hacer un resopón por la noche. Federico Jiménez Losantos contaba en su programa de EsRadio como dos periodistas deEldiario.es intentaron acceder al inmueble de Isabel Díaz Ayuso, en el centro de la polémica por su novio comisionista, Alberto González Amador. El locutor supuraba hiel como de costumbre, pero de repente la cosa dejó de ser la habitual diatriba con insultos rancios y juegos de palabras supuestamente ingeniosos –Nacho Preescolar, diputeros– para sugerir una solución mucho más expeditiva: “Alberto es un tipo fornido, apuesto, y de familia militar. Tendrá dos amigos y, en su defecto, Desokupa. Y lo primero que aparezca por allá metiéndose donde no toca, pues tiene un accidente que se rompe tres huesos. Esto lo entienden a la perfección”.

La fotoescultura que se hizo Losantos para venderla por 209 euros en 2011.

En mi candidez, habría pensado que alguien que recibió un disparo en la pierna por parte de Terra Lliure tendría un discurso en contra de la violencia bastante bien armado, con perdón por el verbo. No es el caso: desde unos micrófonos donde le escuchan cientos de miles de personas hace una proclama que, de producirse, tendría como producto resultante una bonita, e ilegal, colección de fracturas. Este Dirty Harry de pacotilla debería ser consciente de que, entre su masa de oyentes –y, viendo el tono que gasta, diría especialmente entre su masa de oyentes– puede haber algún iluminado que lo considere una buena propuesta Time Out de 5 buenos planes para pasar el fin de semana. Si ya es suficientemente irresponsable crispar el clima como los Losantos, sugerir violencia contra personas concretas debería ser una conducta directamente castigada por el Código Penal. La crisis del periodismo es también el matonismo impune de quien dirige las hordas del odio desde su confortable poltrona.

stats