Zarzalejos, Évole y un momento profundamente triste

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BarcelonaJosé Antonio Zarzalejos, ex director delAbcen la época del 11-M, dejó este domingo un testimonio relevante en el programa de Jordi Évole. Hablaban de la editorial que su diario había sacado en el que se abonaba la idea de una probable autoría de ETA, aunque, según propia admisión, en el momento de enviarla a filmar empezaban a agolparla se indicios de que la masacre llevaba siniestra firma yihadista. El periodista venía a decir que había hecho publicar ese texto empujado por una especie de lealtad a la derecha política española, y lo justificaba a partir de una pintoresca disociación entre el Zarzalejos ciudadano y el Zarzalejos director del centenarioAbc, un rotativo con su mochila y sus intereses. Évole le preguntó si el hecho de que su hermano mantuviera entonces una posición de responsabilidad en el entramado del gobierno aznariano influyó en ese tratamiento, pero él aprovechó una matización de cargo para sortear la cuestión.

Fue un momento profundamente triste. Porque la valentía de dejarse entrevistar (sabiendo que perdería) quedó eclipsada por ese intento torpe de justificación. Porque hoy ya sabemos que esos esfuerzos fueron en vano, y la maquinaria popular le acabó trinchando cuando elAbcse desmarcó de las teorías de la conspiración ventiladas porEl Mundo. Porque, en definitiva, la escena permitía constatar el fracaso esencial de la prensa de Madrid, prensa de estado que rasga a periodistas que creen genuinamente haber actuado desde la honestidad y persiguiendo un bien mayor. Quizá sea por el tiempo pasado —siempre llegan tarde, esas profundas revisiones—, pero me conmovió más que indignar. No supe ver a un cínico, sino a alguien derrotado.

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