10 miniseries y series cortas para hacer un maratón

BarcelonaA veces las vacaciones son tan cortas que pasan en un suspiro. Por eso, es esencial elegir bien a qué series o miniseries queremos dedicar tiempo y ahorrarnos desengaños. Para aprovechar los cuatro días de fiesta os hacemos propuestas de ficciones cortas recientes que podréis mirar sin hipotecar vuestra vida social.

El audiovisual británico es uno de los que mejor sabe explicar la diversidad de su sociedad, y We are Lady Parts es un buen ejemplo de ello. La comedia, sin embargo, no solo tiene valor por su capacidad representativa de la comunidad musulmana en Reino Unido sino también porque es genuinamente divertida. Amina es una doctoranda de familia paquistaní apasionada de la música folk y con un gran objetivo vital: encontrar el amor y casarse. De manera un poco azarosa acabará siendo la guitarrista de una banda punk integrada exclusivamente por mujeres musulmanas. Escrita per Nida Manzoor, que aboca elementos autobiográficos, la comedia recuerda que no hay una única manera de ser mujer musulmana y que hay que mirar más allá de los estereotipos.

Muchas veces cuando estamos de vacaciones tenemos pocas ganas de que nos calienten la cabeza y preferimos series que simplemente nos hagan reír. Si este es vuestro caso, División Palermo puede ser la respuesta a vuestras plegarias. Humor argentino un poco negro y pasado de vueltas: Felipe, un chico sin muchas aspiraciones vitales, decide inscribirse en un grupo de agentes cívicos. Este cuerpo ha sido creado para ser un ejemplo de inclusión, y por eso todos sus miembros tienen diversidad funcional o forman parte de alguna minoría. Ellos se toman tan seriamente como pueden su trabajo, a pesar de que los ciudadanos no acaban de entender muy bien cuál es su función. Su creador y protagonista es Santiago Korovsky.

¿Cuáles son los motivos que hacen que una pareja que se casó locamente enamorada acabe distanciándose y viviendo un amargo divorcio? Esta es una de las muchas preguntas que plantea esta miniserie sobre un médico neoyorquino que se tiene que hacer cargo de sus hijos cuando su ex mujer se volatiliza de la ciudad. Mientras él intenta averiguar dónde está ella y cuidar a los niños, el espectador va descubriendo que en una separación todo es mucho más complejo de lo que parece y que no hay lugar para las ideas categóricas. Heredera de Woody Allen, en Estados Unidos la miniserie ha sido acusada de ser un retrato de problemas de ricos. Si bien pueden tener parte de razón, la disección que hace del matrimonio y de las crisis de mediana edad es lo bastante estimulante como para echarle un vistazo. Claire Danes le coge la medida a un personaje no especialmente simpático –impresionante la intensidad de su actuación en el séptimo episodio–, pero Lizzy Caplan no se queda atrás. La protagonista de Masters of sex es una actriz siempre solvente, pero que nunca ha tenido suficiente reconocimiento.

Para las mujeres no ha sido fácil abrirse paso en el ámbito de la comedia, y todavía ahora cuesta que se las reconozca. Funny woman, basada en una novela de Nick Hornby, reflexiona sobre esta cuestión a través de la historia de Barbara, una chica del norte de Inglaterra que en los 60 se traslada a Londres con la ilusión de ser actriz cómica. En la ciudad se da cuenta de que le costará mucho conseguir su objetivo –su aspiración es convertirse en una nueva Lucille Baile– y que tendrá que lidiar con el paternalismo de los hombres, que no se la toman seriamente porque es mujer y, además, guapa. La miniserie va de menos a más y solo por el magnetismo de Gemma Arterton y el vestuario Swinging London ya vale la pena. Una de las primeras series del catálogo de SkyShowtime.

Relaciones turbulentas, excesos y mucha música. Esta es la fórmula de Todos quieren a Daisy Jones, relato sentimental del auge y caída de un grupo de rock durante los años 70. La historia, inspirada muy tangencialmente en Fleetwood Mac, explica la relación de amor-odio de Daisy y Billy, cantantes y compositores que no saben vivir el uno sin el otro, pero que a la vez se destrozan emocionalmente. Riley Keough, nieta de Elvis Presley y actriz con una sólida carrera, es todo carisma (tiene incluso para su compañero de reparto, Sam Claflin, que va algo más cojo en este sentido). Todos quieren a Daisy Jones no es un prodigio de sutileza, pero es de aquellas series que te acaban acompañando e, incluso, puede hacer que te caiga alguna lagrimita con el último capítulo. Muy probablemente acabaréis escuchando en bucle el disco del grupo ficticio, que los actores han grabado para la ocasión.

Aviso para navegantes: esta recomendación es solo para auténticos fans de los musicales. Si sois de los que decís: "No tiene ningún tipo de sentido que se pongan a cantar mientras están hablando", mejor ni os acerquéis. Schmigadoon es una serie musical que hace sátira de los musicales: Josh y Melissa son una pareja con problemas que para fortalecer su relación empiezan una ruta de montaña. En un punto de su periplo acaban entrando en un pueblo mágico donde todo el mundo se comporta como si estuviera en un musical de los años 40. La pareja descubrirá que la única manera de escaparse de este mundo de fantasía es encontrar "el amor verdadero", sea lo que sea esto. Entre los protagonistas, destaca Ariana DeBose, ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria por West Side story.

Durante esta Semana Santa, el 5 de abril concretamente, AppleTV+ estrenará la segunda temporada, que lleva por subtítulo Schmicago y hace burla de musicales de los años 60 y 70, como por ejemplo Cabaret o Chicago, menos felices y más lúgubres que los de los años 40. Se estrenan dos episodios y después se irán lanzando semanalmente.

Si después de ver Succession a alguien le quedan dudas de que Matthew Macfadyen es un grandísimo actor, que mire la miniserie Stonehouse, sobre el rocambolesco caso real protagonizado por un político laborista. El británico da vida a John Stonehouse, un parlamentario entre torpe y brillante que escaló rápidamente, pero acabó arruinado y fingiendo su propia muerte en 1974. En la miniserie, Macfadyen está acompañado de su mujer en la vida real, la actriz Keeley Hawes, conocida por sus papeles en Line of duty y Los Durrell, entre otros. En esta delirante comedia, Hawes interpreta a la esposa de Stonehouse, un ama de casa que lleva media vida apoyando a un marido que es mucho más inútil de lo que ella se piensa.

De acuerdo, definir una serie como una mezcla de Fleabag y superhéroes suena extraño, pero esto es lo que es precisamente Extraordinary. Jen tiene 25 años y está rebotada con el mundo: a diferencia de la mayoría de personas, ella no ha conseguido desarrollar ningún superpoder y esto la frustra. Mientras su mejor amiga es capaz de dar voz a los muertos y su amante ocasional tiene la habilidad de volar, ella es una humana sin ningún otro poder que el de vivir una vida extremadamente normal. Cansada de esto, hará todo lo que esté a su alcance para encontrar cuál es el superpoder que la esquiva. Esta propuesta, que bebe bastante del mundo del cómic, te saca una risa aunque estés en un momento bajo. La recomendación viene con trampa: Disney+ ya ha anunciado que habrá segunda temporada, así que si os gusta ya la podéis apuntar en vuestra waiting list para el año que viene.

Si sois de los que revisáis los rankings de Netflix, debéis haber detectado que hay una serie que hace días que reina en lo alto. Sin protagonistas especialmente famosos y sin ser especialmente refinada, El agente nocturno ha conseguido seducir a los subscriptores de la plataforma con una combinación de acción trepidante y giros de guion. El protagonista es el agente del FBI Peter Sutherland, que pasa de trabajar en el sótano de la Casa Blanca, donde su única misión es custodiar un teléfono de emergencia para agentes de los servicios secretos de los Estados Unidos, a estar involucrado en una conspiración que lo lleva hasta el Despacho Oval. Como en el caso de Extraordinary, esta es una recomendación con vista al futuro: solo una semana después de su estreno, Netflix ya ha anunciado que prepara una segunda temporada de 10 episodios más. Y es que nada gusta más a la plataforma que una producción que empuje a los espectadores a hacer un maratón, cosa que El agente nocturno hace.

Enjambre es de aquellas series que tiene la capacidad de dejarte del revés. Surgida de la mente de Donald Glover, creador de Atlanta, es un relato de terror protagonizado por una chica sin oficio ni beneficio que solo vive para dos cosas: idolatrar a una estrella del pop y mantener viva la relación con su mejor amiga, que cada vez le hace menos caso. No hay que ser muy inteligente para identificar que Glover se ha inspirado en Beyoncé, Queen B (que se podría traducir como abeja reina), para modelar a Ni’Jah, la cantante que obsesiona a la protagonista. Más allá de los puntos de conexión con la diva pop, el nuevo y perturbador artefacto de Glover habla de cómo la idolatría puede derivar en comportamientos patológicos o, incluso, criminales. Y atención a las apariciones curiosas: Billie Eilish y Paris Jackson, hija del Rey del Pop, Michael Jackson.