10 películas y series para entender a Pablo Picasso y Joan Miró

BarcelonaEl audiovisual ha tenido, tradicionalmente, fascinación por las grandes figuras históricas y artísticas. En la historia del cine encontramos muchos ejemplos de películas dedicadas a grandes nombres de la pintura, desde Vincent van Gogh (El loco del pelo rojo, Van Gogh, en las puertas de la eternidad) hasta Frida Kahlo, pasando por Basquiat. De Joan Miró y de Pablo Picasso también existen aproximaciones cinematográficas y televisivas, tanto desde el relato de ficción como desde el documental. Repasamos algunas de las propuestas disponibles en plataformas que permiten conocer la vertiente personal y artística de ambos pintores y amigos.

Una de las aproximaciones más recientes a la figura de Pablo Picasso es esta miniserie que forma parte de la antología Genius, impulsada por National Geographic para hablar de grandes personalidades históricas (las otras temporadas están dedicadas a Albert Einstein y Aretha Franklin). El encargado de dar vida a Picasso es otro malagueño ilustre, Antonio Banderas, que llevaba años soñando con interpretar a uno de sus grandes ídolos. Esta producción internacional —rodada en inglés— funciona como un biopic al uso en el que se repasa desde los años de juventud hasta la muerte del pintor y donde se hace énfasis en su intensa y tormentosa vida sentimental. Cuando presentaron la serie, Banderas aseguró que no habían rehuido las partes más oscuras de la personalidad de Picasso, que precisamente eran las que más le molestaban del pintor cuando tenía que interpretarlo. "Durante el rodaje me pasó algo que no debería haberme pasado y contra lo que he luchado. Y es que me volví un poco defensivo. Intentaba defenderlo. Las partes más oscuras de su vida, que tiene como todo el mundo, me molestaban", explicaba el actor, que convenció al equipo para rodar en Málaga.

Mucho antes de la serie se anunció que Banderas interpretaría al pintor en una película de Carlos Saura que finalmente no salió adelante por problemas financieros. En esta misma cinta Gwyneth Paltrow debía dar vida a Dora Maar, fotógrafa y amante de Picasso.

Mientras que de la intimidad de Picasso se saben muchas cosas –sus amores y el impacto que tuvieron en su obra siempre han generado interés–, de la de Miró se sabe menos y ha tenido menos protagonismo en series o películas. TV3 intentó corregir ese relativo olvido con Miró, una película para televisión que estrenó este año con motivo del 130 aniversario del nacimiento del pintor. La producción, que cuenta con la participación de IB3 y de À Punt, intenta descubrir la faceta personal de Miró mostrando a un chico discreto que en la búsqueda para encontrar un espacio para expresarse artísticamente cambia una Barcelona conservadora por un París en plena efervescencia. Edu Lloveras interpreta a Miró y Aida Folch es Pilar Juncosa, mujer del pintor y figura esencial en su carrera.

La película más conocida sobre Picasso es, en realidad, una película sobre Françoise Gilot, la única de sus parejas que se atrevió a abandonarlo. El pintor y la también artista estuvieron juntos durante una década y de su relación nacieron dos hijos, Paloma y Claude, muerto justo este año. Gilot contó los años con Picasso en el libro Vida con Picasso, que enfureció al artista, pero el filme de James Ivory se basa en Picasso: Creator and Destroyer, escrito por Arianna Huffington. Anthony Hopkins asume el reto de ponerse en la piel del malagueño, mientras Natascha McElhone da vida a Gilot, que no solo sobrevivió a Picasso, sino que vivió hasta los 101 años. Otra de las caras conocidas de la cinta es Julianne Moore, que interpreta a la fotógrafa y pintora Dora Maar.

Basta con pasearse un día cualquiera por la Fundació Joan Miró para detectar que la obra del pintor, por sus formas y colores, ejerce una gran fascinación entre los niños. El atractivo de Miró entre los más pequeños dio lugar a la serie infantil Mironins, protagonizada por tres gotas de pintura –Blu, Low y Ro, cada una con una personalidad bien definida– que cobran vida al final del día, cuando la Fundació Miró cierra sus puertas. Sin visitantes al museo, los mironins viven situaciones inesperadas y emocionantes transportándose de obra en obra y conociendo a personajes increíbles. La serie consta de 26 episodios de 7 minutos y está pensada para niños de entre 3 y 7 años.

El género documental es seguramente el que más veces ha explorado la figura de Pablo Picasso. Esta producción francesa confronta el aura de artista comprometido de Picasso con la realidad de sus actos. La directora Manuelle Blanc no niega la genialidad del artista, pero el documental, que cuenta con la participación de expertos e historiadores y críticos de arte, pone de relieve sus contradicciones y ambigüedades.

El documental de Albert Solé intenta ir más allá del retrato más típico de Joan Miró y mostrar su influencia en espacios inesperados. También hace énfasis en la inquietud de Miró para que su obra no perdiera vigencia y su esfuerzo por reinventarse constantemente. La producción de Solé cuenta con la participación del nieto del pintor y administrador de su legado, Joan Punyet Miró, que es el encargado de reflexionar sobre la impronta que su abuelo dejó en todos aquellos que le rodeaban.

Dora Maar es una de las grandes fotógrafas del surrealismo pero, como ocurrió con muchas de las parejas de Picasso, su obra quedó eclipsada por la figura del pintor. Reivindicar a Maar como artista es uno de los objetivos de este documental impulsado por la crítica e historiadora del arte Victoria Combalía, especialista en la obra de la fotografía y también de Joan Miró. Picasso contribuyó a crear una imagen de Maar de mujer triste e inestable con cuadros como La mujer que llora (1937), pero en este documental se demuestra que era fuerte y profesional. "Cuando Picasso me abandonó todo el mundo pensaba que me iba a suicidar. No lo hice para no darle esa satisfacción", había explicado Maar, que durante los ocho años que estuvo con el pintor fue víctima de malos tratos.

Con motivo de la exposición Miró. El legado más íntimo, la Fundació Joan Miró encargó este documental dirigido por Meritxell Colell y Jordi Morató que propone un viaje a través de los espacios de trabajo y vida del artista, de los recuerdos de su nieto Joan Punyet y de fotografías y correspondencias entre el propio Miró y su familia. A lo largo de su vida, el pintor conservó obras que tenían un vínculo especial con diferentes miembros de la familia, como la mujer, la hija (Dolors Miró) o los nietos.

Picasso y Jean Cocteau fueron amigos durante cincuenta años, una relación desigual que se inició en 1916, cuando el poeta y dramaturgo francés propuso al malagueño participar en los decorados y el vestuario del ballet Parade de los Ballets Rusos. Fue trabajando en esta obra que Picasso conoció a su primera mujer, la bailarina Olga Khokhlova, con la que se casó en una ceremonia en la que Cocteau ejerció de testigo junto a Max Jacob y Guillaume Apollinaire. Los amigos colaboraron profesionalmente en otras ocasiones y Picasso formó parte del reparto de la película de Cocteau El testamento de Orfeo, la única incursión cinematográfica del pintor.

Prueba de la amistad tormentosa entre los dos artistas es el documental Correspondencias entre Jean Cocteau y Pablo Picasso, que desgrana las cartas que se enviaron durante los casi cincuenta años de relación. De Cocteau han sobrevivido 280 cartas, mientras que de Picasso sólo 50. "Una correspondencia desequilibrada de que si se lee entre líneas revela dos personalidades contrarias, los vestigios de una amistad que fue fértil y cariñosa, pero también amarga y distante", explica el documental.

Técnicamente, la película de Woody Allen no va sobre Picasso, pero el pintor malagueño forma parte del abanico de personajes que el estadounidense Giles (Owen Wilson) conoce cuando retrocede en el tiempo durante su estancia en París. Durante un viaje a la capital francesa con la familia de su promesa, este guionista desilusionado descubre que a partir de medianoche puede trasladarse al París de 1920, cuando la ciudad hervía de actividad artística. Durante una de sus incursiones en el pasado, Giles conoce al escritor Ernest Hemingway, que le lleva a un encuentro bohemio en casa de Gertrude Stein, mecenas que impulsó la carrera de Picasso. En esta soirée, el estadounidense queda fascinado por Adriana (Marion Cotillard), amante y musa de Picasso, a quien da vida Marcial Di Fonzo Bo. Todos los personajes que Gil conoce en sus viajes temporales son históricos menos el objeto del deseo del estadounidense, que es una amalgama de tópicos de la época: musa, diseñadora de vestuario y amante de Picasso, pero también de Amedeo Modigliani y Georges Braque.