Gastronomía

10 restaurantes que han reavivado la cocina del Barri Vell de Girona

Las plazas de l'Oli, Bell-lloc, Mercaders e Independencia capitalizan la metamorfosis gastronómica que vive la ciudad

9 min
El restaurante Normal de los hermanos Roca abrió el verano del 2021 en la plaza del Aceite del Barri Vell de Girona.

GironaEl Barri Vell de Girona ha vivido una transformación sin precedentes en el ámbito gastronómico desde que acabó la pandemia. Mientras muchos locales tuvieron que cerrar por la crisis, una nueva generación dedicada a la gastronomía ha revitalizado el centro histórico de la ciudad. La apuesta de los hermanos Roca de la mano del restaurante Normal en la plaza del Oli fue la primera piedra de una zona en la que dos años después han nacido hasta seis apuestas culinarias diferentes, teniendo en cuenta también la transformación de la plaza Mercaders con el proyecto de El Foment de Girona.

El otro polo de atracción ha sido la calle Nou del Teatre y la plaza Bell-Lloc, muy cerca del Ayuntamiento y de camino a las nuevas salas del cine Truffaut, donde en breve abrirá otro restaurante. Y el tercer núcleo con grandes cambios será en la plaza Independència, con el cierre de los locales vinculados al grupo Boira. Muy pronto abrirán dos nuevos locales que apuestan por las vistas de postal del río Onyar y la catedral. En este caso son de marcas de restaurantes en expansión que han decidido probar suerte en la ciudad de Girona.

La selección que hemos elaborado desde el equipo del ARA Comarques Gironines es por orden de apertura.

1.
Arroz 9 by Terram

Arroces para todos los gustos, incluso a la brasa

Un plat de l'Arròs 9 by Terram de Girona.
Calle Ginesta 9, Girona

“Tradición con esencia” es lo que promete el restaurante Arròs 9 by Terram, que abrió en noviembre del 2022. Como indica el nombre del establecimiento, la oferta principal son arroces de “autor”, pero no sólo, también ofrece cocina tradicional catalana. El autor de los arroces y del resto de la carta es el chef Adrià Bou, que en pleno confinamiento duro de la pandemia se atrevió a abrir el Terram –que ha sobrevivido–, también en el Barri Vell de Girona, y ahora es socio en este nuevo proyecto. El restaurante ocupa las tres plantas y el altillo del edificio y tiene capacidad para unas 120 personas. Bou explica que hacen sofritos personalizados para cada tipo de arroz, así como cuatro caldos diferentes, "porque no todos los platos deben acabar teniendo el mismo gusto". Ahora también han empezado a hacer arroces a la brasa, una forma de cocción muy habitual en la Comunidad Valenciana pero no en el Principado. Una de las cosas que destacan es que ellos mismos hacen todo el postre salvo los chuchos, que son de Can Castelló. Tienen un menú diario los mediodías de 28,5 euros y comida a la carta sale por unos 50 euros de media.

2.
Cipresaya

Herederos del glamour y buen gusto de su fundador

Marc Boronat i Xavier Carol a la barra del Cipresaia de Girona
Calle Bonaventura Carreras y Peralta 5, Girona

Xavier Carol, que se ha fogueado en grandes locales de Barcelona como Drolma, Bar Cañete o Terrassa Martínez, aterrizó en Girona porque su compañera encontró plaza de ginecóloga en el Hospital Trueta. Fue sumiller en Plaça del Vi 7, y con la “terrible limpieza” que hizo la pandemia encontró la oportunidad de abrir local propio. Luego se sumó el chef Marc Boronat. Al descubrir la historia del Cipresaia, fundado por el actor, guionista y director Quico Viader, se dieron cuenta de que "todo encajaba". Se declaran herederos de su filosofía del buen gusto. El interiorista Jordi Ginabreda se ocupó del nuevo diseño. La cocina, que abrió sus puertas en octubre del 2022, está orientada a los platillos, tapas y producto de temporada. Carta corta que varía en cada estación. Carol también hizo una apuesta por el vino natural, con una gran selección, y tienen hasta 16 referencias a copas. Dado que la apuesta es de calidad, los márgenes justos y los espacios pequeños, los precios se han tenido que subir. La media de precio es de 45 euros, pero hacen un menú al mediodía por 18,5 euros. Si le pedimos recomendar platos, Bornat elige el tartar de remolacha con manzana verde de Girona, trompetas de la muerte y sabayón de trufa tinta, seguido de unas albóndigas de buey al vino rancio del Priorat con sepionetas y colmenillas.

3.
Mesón y Taberna de El Foment

Dos formatos bajo el paraguas de un mismo proyecto: fomentar la cultura y gastronomía catalana

La Taverna d'El Foment té una àmplia terrassa a la plaça Mercaders. La Fonda és molt a prop i obre per esmorzar.
Plaza Mercaders, Girona

Entre la plaza del Vino y la del Oli, en la plaza Mercaders, hay dos proyectos gastronómicos que van de la mano: la Taverna y la Fonda de El Foment. Son los espacios culinarios que quieren alimentar la vida en un macrocomplejo cultural cuya vocación es fomentar la cultura, la lengua, la tradición y la gastronomía catalanas. El primero, la Taverna, nació en el verano del 2021 y la Fonda, el mayor, lo hizo un año después. Comparten elaboraciones en la cocina, pero la Fonda es un espacio más formal, mientras que la Taverna –que abre principalmente por las noches– está pensada más para encuentros informales y picar tapas. En ambos casos se priorizan los productos de proximidad y etiquetados en catalán. Anna Giol, jefe de cocina, explica que en el menú han introducido la mojama típica de Alicante, la comida blanca de las Terres de l'Ebre y recientemente la girella, un embutido de cordero que se hace en el Pallars. No tienen Coca-Cola, sino RefreskaCat, etiquetada en catalán. El menú del mediodía entre semana vale 17,50 euros, y también existe la opción de hacer medio menú por 13 euros. Cuentan con un espacio reservado para grandes grupos.

4.
La Tabarra del Mimolet

La alternativa desenfadada del Mimolet

Taula de formatges de La Tabarra del Mimolet.
Calle de la Força 4, Girona

Se presenta como La Tabarra y Rock & Roll y anuncia una comida con “carácter y cañero”. “Ha sido concebido como una alternativa más gamberra e informal en la que la gente no se sienta en una mesa como en los restaurantes tradicionales”, explica Helena Ribera, la encargada. Y el añadido de rock & roll es porque ponen "música roquera potente", añade. De hecho, no es un restaurante propiamente dicho, porque sirve tapas frías, calientes y dulces, además de bollos, baños –un pan hecho al vapor y relleno originario de China– y molletes, una especie de panecillos rellenos que son originarios de Antequera: "No somos un restaurante, pero mucha gente viene a comer ya cenar", dice Ribera. Trabajan más por las noches, y les gusta que se hayan abierto tantos restaurantes en poco tiempo en el Barri Vell. Dicen que "esto es bueno para todos, y también es bueno que muchos locales son pensados para los gerundenses y la gente del país". No tienen ningún menú y de media se come por unos 25-30 euros por cabeza.

5.
La Miranda

Fogones en una antigua fábrica de hielo

El restaurant La Miranda està situat al carrer Ciutadans en un ampli local.
Calle Ciutadans 14, Girona

Poco después de San Juan de 2022 abrió esta nueva apuesta del Grupo Andilana en Girona, donde regentan el restaurante Blanc del Hotel Ciutat de Girona. Se trata de un local restaurado de dos plantas con una capacidad para unas doscientas personas, un centenar abajo y otro centenar arriba. Según el propietario del local, la parte inferior fue una antigua fábrica de hielo que desapareció con la llegada de las neveras eléctricas. Y la parte superior fue, hasta hace unos quince años, la consulta de un conocido médico, el doctor Sánchez Babot, un nadador experto que hace décadas cruzó el canal de la Mancha. El grupo que lleva La Miranda ha invertido más de un millón de euros en la restauración del local y desde su apertura están muy satisfechos con la respuesta de la clientela. "La afluencia es importante desde el primer día y los comentarios son muy elogiosos", dice el director general del grupo, David Romero. Dicen ofrecer cocina mediterránea, y la carta también tiene toques asiáticos como las gyozes japonesas o el curry tailandés. Romero remarca que han puesto unos precios asequibles para todos. El menú del día no llega a los 15 euros, y comer a la carta sale por menos de 30 euros, por término medio. Por sus dimensiones, acoge numerosos grupos en época de ferias y de Navidad.

6.
La Brutal

Hamburguesas musculadas con el toque Marc Ribas

Marc Ribas és un dels impulsors de l'hamburgueseria La Brutal de Girona.
Calle de la Cort Reial 4, Girona

Impulsado por el cocinero televisivo Marc Ribas, nacido en la ciudad, es uno de los restaurantes más mediáticos y comentados de Girona. El elevado y original objetivo del local es contar la cocina catalana a través de la hamburguesa. La declaración de principios, firmada por Ribas, es la siguiente: "Prometo cocinarte respetando el territorio y la tradición, acompañarte de buenos vinos, darte momentos dulces y compartir una experiencia brutal contigo". Tienen así un compromiso evidente con los proveedores de proximidad, hasta el punto de promocionarlos en su web. Vale la pena consignarlos: el aceite del Molino Salar de Arbúcies, las avellanas de Nuastes de Brunyola, los productos de leche de vaca de La Selvatana, el pan del Horno Turull de Terrassa, los lácteos de Perelada Mas Marcè de Siurana de Empordà y los vinos del Clos de Agon de Calonge. El precio medio es de unos 35 euros. El restaurante desmiente a la hamburguesa como un producto de comida rápida y poco elaborada. Hay quien encuentra excesivo pagar 14 euros por una hamburguesa; ahora bien, es evidente que no se trata de una hamburguesa cualquiera. Entre las dos rebanadas de pan podemos degustar, entre otras delicias, un picado de magret de pato Collverd o de vaca Frisona de Girona.

7.
Formaticum

La cocina quesera que complementa la tienda

Laia Manté i Marc Masó, impulsors de Formaticum.
Calle de la Cort Reial 18, Girona

La semilla de Formaticum es la tienda Cal Formatger que Marc Masó abrió unos meses antes de la pandemia. Un historiador del arte que dejaba el trabajo en el Museo Episcopal de Vic para vender quesos en el Barri Vell de Girona, estimulado en parte por el proyecto ya desaparecido del Via Láctea de Vic. En plena pandemia, los vecinos enseguida se convirtieron en clientes y, según reconoce, le salvaron. Por la complejidad de las licencias no pudieron abrir el espacio de degustación, pero cuando el local cercano de la antigua Granja Mora quedó libre, abrieron el restaurante hace 10 meses junto a su pareja, Laia Manté, y el chef Alex Ruiz. Ambos locales complementarios son el ejemplo del crecimiento y prestigio del panorama quesero catalán, que ha ido paralelo al auge del vino. Este proyecto focalizado en el queso es único en la ciudad. Quisiera ser asequible en todos los bolsillos, pero el incremento de precios les pone difícil. La media es de 25 euros, pero por el mismo precio se puede degustar el menú sorpresa, con 4 platos para compartir y un postre. "Nos gusta jugar con el cliente", asegura Masó.

8.
Bartali Pizza & Co

Un espacio de reunión de gerundenses y ciclistas expatriados en la antigua La Penyora

Bartali Pizza & Co vol ser un lloc de trobada per a gironins i ciclistes expatriats.
Calle Nou del Teatre 3, Girona

Si bien el Cipresaia ha decidido mantener el glamour de su fundador, Jacob Vilà y Lautaro Angelini no se vieron en corazón de continuar con el proyecto de local que actualmente regentan. La Prenda cerró la etapa gastronómica en febrero del 2020, pero sigue activa a través de la entidad La Prenda Cultura impulsada por Lluís Llamas y Consol Ribas. Las dos almas de este local propusieron a Vilà y Angelini mantenerlo cuando se quedaron el restaurante, pero consideraron que seguir ese camino sería hacer una "imitación". Nació así un proyecto que ha logrado reunir al público gerundense pero también el de los ciclistas recién llegados a la ciudad, con una carta de pizza de autor, con productos italianos pero a la vez de proximidad. Durante la pandemia, mientras pensaba en un nombre italiano para el restaurante, a Vilà se le ocurrió revisar canciones de Paolo Conte para ver si se inspiraba. Y se topó con Bartali, sobre Gino Bartali (1914-2000), el campeón del Giro que salvó la vida a 800 judíos transportando información confidencial en el cuadro de su bicicleta mientras entrenaba.

9.
Dedo y Hecho

Un proyecto liderado por dos ex Bodega de Can Roca que quiere recuperar platos de antes

La cuina del restaurant Dit i fet, impulsat per dos ex Celler de Can Roca.
Calle Calderers 10, Girona

Tarrina de pies de cerdo deshuesados con milhojas de boniato, crestas de gallo con setas de temporada, tuétano a la brasa con ensalada de cilantro y tostadas... Son algunos de los platos de la carta del Dit i Fet, un proyecto enérgico e ilusionante que apuesta por recuperar los platos de antaño en un barrio en el que, cuando abrió en el 2021, quedaba poca apuesta por la tierra. El proyecto está liderado por Adrià Edo en los fogones y Júlia Trota en la sala. Todos son de la cantera de la Bodega de Can Roca y buscan hacerse un hueco con una cocina diferente, con ingredientes que poca gente ya consume. Como diferencial más, abren de jueves a lunes, un día que pocos restaurantes tienen abierto. Edo reconoce que el público gerundense es "muy exigente" y que es necesario trabajar para "fidelizar". No hacen menú y el precio medio es de 45-55 euros por cliente.

10.
Normal

Un restaurante 'normal' de la mano de los hermanos Roca

Plat del restaurant Normal, de Girona
Plaza de l'Oli 1, Gerona

Normal se convirtió en 2021 en uno de los "retos" de los hermanos Roca en la ciudad: abrir un restaurante "normal" en el Barri Vell. Y sin haber cumplido ni dos años, va camino de convertirse ya en un clásico. "El Barri Vell nos está tratando muy bien", dice Joaquim Cufré, jefe de sala, que explica que los fines de semana suelen estar casi siempre llenos. Al frente de la cocina se encuentra Eli Nolla, con una "filosofía diferente" a la del Celler de Can Roca. Algunos de los incombustibles son las croquetas de leche de oveja Mas Mercè y jamón ibérico, la tortilla Sacha de carpaccio de gamba roja y zumo de su cabeza, el solomillo Wellington con sala café París, cebollas y orejones y el coulant de chocolate Hacienda Victoria con avellanas. Comer cuesta entre 60 y 70 euros en función del vino que se elija.

La plaza Independencia de Girona es un espacio lleno de terrazas que este 2023 contará con dos nuevos grandes restaurantes.

Próximas aperturas

11.

Txot's

Tapas y cocina tradicional a base de productos de proximidad

Plaza Independencia 12, Girona

Dos locales adyacentes de la plaza Independencia que fueron regentados por el grupo Boira, el japonés y La Riba, acogerán próximamente el nuevo establecimiento del grupo Sidreria Txot's, con una oferta culinaria en la que priman los productos de proximidad y de temporada, y con inspiración vasca y mediterránea. "Priorizamos a los proveedores de proximidad. Creemos que es una opción ética y rentable y que nos permite garantizar la máxima calidad", asegura la empresa. En la carta destacan todo tipo de tapas, montaditos, hamburguesas de autor, ensaladas, carnes y pescados a la brasa y también platos "de la abuela de toda la vida". En cuanto a las bebidas, aparte de la sidra, el establecimiento dispone de una amplia carta de vinos y cavas, muchos de ellos con DO Empordà, zumos naturales y una variada oferta de cócteles. Txot's es una empresa familiar catalana que abrió su primer local en Figueres en 2010 y actualmente cuenta con establecimientos en Roses, Empuriabrava y Vilafant.

12.

Enjoy It

Cocina informal y de calidad en el local del antiguo Niebla

Plaza Independencia 17, Girona

En la privilegiada esquina de la plaza Independència donde durante años estuvo el mítico restaurante Boira abrirá pronto un establecimiento de la cadena Enjoy It, que cuenta ya con locales en Empuriabrava, Platja d'Aro, Mataró y Barcelona. El nuevo establecimiento ocupará la planta baja y la planta superior del antiguo Niebla, con vistas al río Onyar, pero también el local que era de la emblemática heladería L Bombonera –que cerró el pasado invierno– y el de una antigua oficina del BBVA. Enjoy It ofrecerá su propuesta gastronómica informal pero de calidad, con platos propios de la "cocina tradicional y mediterránea", elaborados principalmente con productos de temporada y de kilómetro cero. Está previsto que en el local abunde la decoración de plantas, especialmente palmeras.

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