Una aerolínea, una financiera y bistecs de lujo: los 'fails' de Donald Trump
Pocas personas en mundo serían capaces de sacar al mercado productos y servicios tan distintos como bistecs, una aerolínea o una empresa de servicios financieros y bautizar todas las iniciativas empresariales con su apellido. “Sólo puede hacerlo alguien que sea intrépido, atrevido, atrevido y, sobre todo, que tenga miles de dólares en el bolsillo”, dice Carolina Luis-Bassa, directora del departamento de empresa y gestión estratégica de la UPF-Barcelona School of Management . Donald Trump, que este martes se enfrenta a la reelección como presidente de Estados Unidos, reúne todos estos requisitos.
Desde 1968, el magnate ha sido dueño y señor de negocios de todo tipo: ha gestionado hoteles, casinos y campos de golf, ha tenido los derechos de concursos como Miss Universo, ha sido propietario de un equipo de fútbol americano e incluso ha fundado una academia de cursos inmobiliarios. Sin embargo, hoy dedicamos el Epic Fail a repasar tres de los fracasos más sonados de su trayectoria empresarial: una línea de bistecs (Trump Steaks), una aerolínea (Shuttle Trump) y una empresa de servicios financieros (Trump Mortgage).
Para empezar, situémonos en 1989. Después de años cultivando beneficios en el negocio inmobiliario, Trump ya se había convertido en un poderoso hombre de negocios. Tenía el olfato bien entrenado y sintió el aroma de Eastern Air Lines, una aerolínea estadounidense de vuelos nacionales que llevaba tiempo arrastrando problemas financieros. Había empezado a abandonar rutas y venderse aviones, y Trump lo aprovechó. Se reunió con Frank Lorenzo, director de Eastern, desembolsó 365 millones de dólares y le compró una flota de 17 Boeing 727 y tres instalaciones en los aeropuertos de Boston, Nueva York y Washington para empezar a gestionar los vuelos entre estas grandes ciudades. Remodeló el interior de los aviones para hacerles parecer de lujo y etiquetó a las aeronaves con su apellido. Durante los primeros meses la demanda subió, pero enseguida todo se desvaneció. Un accidente aéreo en Boston por falta de mantenimiento, el encarecimiento del precio del petróleo como consecuencia de la invasión iraquí en Kuwait y la coincidencia con una mala racha en la rama de negocios de los casinos de Trump precipitaron el adiós a la compañía en 1992.
Cambiamos de 'FAIL' y viajamos en 2006. Donald Trump y su hijo reunieron a los medios en una pomposa rueda de prensa para anunciar que habían fundado una empresa de servicios financieros y que tenían la intención de convertirse en los primeros prestamistas de Estados Unidos. Sin embargo, al cabo de un año y medio, la aventura ya había hecho aguas. "El nacimiento de Trump Mortgage -el nombre con el que se había bautizado la compañía- coincidió con el inicio de una fuerte crisis financiera muy relacionada con los créditos basura del sector inmobiliario", recuerda Luis-Bassa. El 5 de agosto del 2007 la empresa bajó la persiana y achacó la culpa a un mercado deficiente.
Y, finalmente, el fail más sorprendente: una línea de bistecs de lujo llamada Trump Steaks. Los comercializó en el 2007 cuyo precio oscilaba entre los 199 y los 999 dólares. Pero la prensa le aguó el banquete. El New York Post hizo una cata a ciegas comparando aquellos bistecs tan caros con uno de 35 dólares. El de Trump recibió una puntuación de 7,5 sobre 10. El otro, un 9,5. Dos meses después el producto ya era historia.
La lección
“De estos tres casos aprendemos que poner un nombre de prestigio como el de Trump en los productos no garantiza ningún éxito -recuerda Carolina Luis-Bassa, experta de la UPF-Barcelona School of Management-. Si se quiere triunfar a largo plazo, es necesario tener una buena idea, hacer un buen producto y saber analizar correctamente el mercado”, concluye.