Música

Mushkaa: "Alguien no ha hecho bien las cosas si yo, con 19 años, tengo que salvar al catalán"

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Irma Farelo, conocida artísticamente como Mushka

BarcelonaHasta hace poco sólo la llamaban Mushkaa los más íntimos (como diminutivo cariñoso de Irmushka) y ahora ya le pasa al revés. El sobrenombre artístico de Irma Farelo (Vilassar de Mar, 2004) es uno de los nombres con más proyección de la destellante escena musical catalana: por fin una chica liderando un proyecto musical, de música urbana, en catalán y abiertamente lesbiana. Su música tiene millones de reproducciones en Spotify y YouTube, y eso que apenas ha sacado un EP, Tas loko mixtape. Éste es su "primer verano sin verano" porque hará más de 20 conciertos hasta La Mercè. La fiebre Mushkaa es tal que ha anunciado un concierto en la Sala Apolo el próximo febrero y ha hecho sold out en cuestión de hora y media.

Mushkaa describe su estilo musical con tanta gracia que solo se la puede parafrasear: hace "reggaeton marranito y música tranquilita". "Sí, tengo dos caras. Soy bastante sensible y canto al amor, porque canto a lo que aprecio, sea a una exnovia, a la nostalgia de la infancia, al pueblo", explica. También es muy diferente Irma haciendo una coca-cola y la actitud de Mushkaa encima del escenario. "Doy el máximo porque sé que es lo que a la gente le gusta", admite. Pero esto no quiere decir que para hacer música urbana tenga que ir de dura: "He crecido en un ambiente privilegiado, he ido a clases de música, tengo un buen ambiente familiar y nunca me ha faltado un plato en la mesa. Me parecería estúpido hacer bandera de ser de barrio y pasarlo mal, porque no lo he vivido, aunque me encanta esta música y la escucho todos los días. Si eres pijo, habla de pijadas, no pasa nada, pero que sea verdad, lo que me da rabia es la mentira".

Es inevitable hablar de la familia de Mushkaa, ahora que comienza su carrera, porque es hija del actor Eduard Farelo y hermana de Alba Farelo, Bad Gyal, que tiene 7 años más que ella. "Alba me ha influido, pero a mí ya todo el mundo. Marcó un antes y un después. Si alguien se pone a hacer música urbana y te dice que no le gusta Bad Gyal es que no sabe música urbana. Igual que Yung Beef. Son nuestros padres, los que nos han abierto las puertas". Pero es que, además, el proyecto de Mushkaa es un asunto familiar: su madre hace de mánager, su hermana Paula de road manager, su gemela Greta le hace los coros –y pronto tendrá un proyecto musical propio– y tiene ganas de que entre su hermano Bruno cuando venda merchandising. Sus amigas de la infancia son las bailarinas del directo, y así con todo el equipo. Todos van de gira en el mismo coche con el que se movía la familia Farelo Solé cuando los hijos eran pequeños y cada uno elegía una canción: sonaba Estopa, Manel, Serrat, Pxxr Gvng, reggae, reggaeton, rap...

Irma ha tenido ofertas y las ha rechazado para liderar un proyecto autogestionado. "Nunca he querido firmar con ninguna discográfica, y menos catalana o española, porque no te pueden aportar mucho. No invierten dinero en ti, pero se quedan derechos de autor. ¿Qué suenes en la radio? Ya lo he conseguido, debes ser pesado.¿La gente firma por el equipo de trabajo? Pues les enseño a mis amigos a hacerlo. ¿Quién quiere que me vaya mejor que mi madre? Casi todo lo que genero lo invierto en la producción. Tengo claro que no quiero firmar con nadie a menos que me llegue una oferta que me lleve a una escala muy grande". Por ahora no se ha fijado las próximas metas, pero es sincera con su ambición. Ya está pensando en mejorar la puesta en escena de los conciertos con ayuda de estilistas. En el Apolo, su look de calle –pantalones anchos, camisetas de fútbol (el día de la entrevista, de los Países Bajos) y gorra girada– dejará paso a un estilo más estudiado: "Quiero que la gente diga: «Esta chavala va de verdad»".

Desde Vilassar al mundo

Irma ya estudiaba música y tocaba la trompeta, pero fue a final de segundo de bachillerato cuando pasó "un momento muy malo" y supo cuál sería su camino: "Sentía que los profes no valoraban lo que a mí me gustaba, que pensaban que quizás no sabía hacer nada, pero yo ya empezaba a hacer canciones y sabía que aquello era lo que tenía ganas de hacer". Este curso ya ha entrado en el Taller de Músics. Las primeras canciones, a los 14 años, las hizo en castellano, después le salió la música urbana en catalán y ahora lo mezcla todo: de los seis temas del EP, dos son en castellano. "Nunca dejaré de cantar en catalán, pero eso no significa no cantar en castellano. Quiero expandir mi proyecto nacional e internacionalmente todo lo que pueda, tengo ganas de romper barreras, pero ésta será siempre mi casa. Nunca abandonaré el catalán porque soy de aquí, es mi lengua materna, la que hablo con la mayoría de gente. Pero no me cierro a ningún idioma".

Los músicos de la nueva hornada urbana catalana a menudo sienten cierta responsabilidad sobre la lengua, a la vez que reciben críticas por su catalán interferido y su jerga. Mushkaa se rebela: "¿Por qué yo tengo esa responsabilidad tan grande sobre la lengua? Quizás alguien no ha hecho bien las cosas si yo, con 19 años, tengo que salvar el catalán. Obviamente, no quiero que muera el catalán, me rayaría mucho que dentro de 10 años nadie lo hable. La gente joven es consciente de ello y está a tope con esto, pero la responsabilidad que se nos da no me parece coherente".

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