"El amor también es comer pipas sentada en un banco con las amistades"

Cuando la periodista Lucía Mbomio conoció a Danielson le recordó uno de los 3T, la boy band de los sobrinos de Michael Jackson. Vivían en portales contiguos y eran de las pocas familias negras que en los 80 había en Alcorcón. Es un detalle relevante: compartían el humor y experiencias vitales que les hacían no necesitar subtítulos. Fueron amigos muchos años y unos quince años después de conocerse la relación se transformó.

Fue después de un viaje que Mbomio realizó a Guinea Ecuatorial, el país de origen de su padre, ya Londres. “Volví blandita. No pudo empezar una relación amorosa de cero, y reencontrarme con él también era volver a casa”. Tanto en Londres como en Guinea Ecuatorial, dice, se sintió sola de formas distintas. “Que te cuestionen constantemente tu pertinencia, como nos ocurre a las personas negras que hemos nacido en España, hace que acabes sintiéndote más del lugar de donde vienes. Pero una vez allí, también eres leída como extranjera. Además, has idealizado el país con el recuerdo que tiene tu padre, que vivió allí hace muchos años”. Un detalle curioso: su padre no tenía una palabra que decir beso, lo llamaban “lamer la galta”, porque era algo que sólo hacían los blancos.

Por eso al volver la periodista se sentía tan a gusto amándose con Danielson: “Nos conocíamos el humor, y compartíamos el mismo legado [acervo, dice en castellano]”. Entonces el chico vivía en la Comunidad Valenciana y la relación estaba a distancia. "Me gusta complicarme y he tenido muchas relaciones a distancia", explica Mbomio. Un día, una mala experiencia le hizo reducir sus largos viajes. “Un chico con el que había compartido Blablacar se desvió de la ruta y, en un lugar sin cobertura, me preguntó si era cierto que las negras estábamos muy calientes en la cama. Soy incapaz de recordar los detalles de cómo me fui de allí”, rememora la periodista.

Por situaciones como estas, dice, es muy importante que cualquier pareja que tenga sea un “compañero”, lo que incluye que se ponga en su piel y “que esté concienciado en el antiracismo y el feminismo”.

Hace 10 años, Danielson y la periodista lo dejaron, pero siguen amándose como amigos. Ahora lleva cinco años con otra persona y es la primera vez que siente que “podría envejecer con alguien”. Aun así, se niega a poner a la pareja en el centro de la vida. “Siempre he sido más de amistades que de amores. Cuando a mi padre le operaban del cáncer de tiroides y le abrían la garganta mis amigas aparecieron en el hospital sin que les hubiera llamado. Son las personas con las que verdaderamente puedo hablar sin subtítulos”. El amor, dice, es mucho más que la pareja: "También es comer pipas sentada en un banco con las amistades, el amor son los vídeos de perritos y las conversaciones hasta la madrugada en las noches de verano".