El análisis de Antoni Bassas: 'Suiza, en España (por tercera vez): el Tsunami no fue terrorismo'

Pues nada, Suiza vuelve a desmontar en el caso Tsunami. Veremos si sirve para que García-Castellón deje en paz a quienes acusa de terrorismo, al igual que los fiscales del Proceso acusaron de rebelión. Basta de acusaciones políticas

Ya sé que no hace falta que les convenza de que las manifestaciones del Tsunami no fueron terrorismo, pero a la justicia española sí hay que repetirlo, por lo que hoy es noticia de apertura de portada a El País una información que el diario publica en exclusiva:

La Oficina Federal de Justicia de Suiza le ha negado al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón le ayuda para localizar a Marta Rovira que pedía, por una razón elemental: porque, dice Suiza, las manifestaciones contra la sentencia del Proceso fueron de contenido político y no terrorista. Miren cómo lo dice:

“La jurisprudencia de nuestros tribunales ha considerado que las organizaciones criminales/terroristas incluyen, por ejemplo, las Brigadas Rojas italianas, la ETA vasca y la red Al Qaeda, pero no las organizaciones que, utilizando medios que no son actos de violencia criminal , luchan por el poder político en el país”.

Es la tercera vez que Suiza le dice a la justicia española que el Tsunami no fue terrorismo. Piensen que en las anteriores, Suiza le preguntó al juez español cuál era la relación exacta de Rovira con las manifestaciones. Y la respuesta del juez fue que la secretaria general de Esquerra fue “la que más rápidamente tuiteó el primer mensaje de Tsunami, sólo tardó tres minutos”.

Pues nada, Suiza vuelve a desmontar en el caso Tsunami. Veremos si sirve para que García-Castellón deje en paz a quienes acusa de terrorismo, al igual que los fiscales del Proceso acusaron de rebelión. Basta de acusaciones políticas.

Mientras, continúa la pregunta de quién va a investigar a Esquerra. ¿Isla? ¿Puigdemont? ¿O a nadie y vamos a repetición de elecciones? Esquerra dice que la dejen estar, que la responsabilidad la tienen los dos primeros partidos, que Esquerra quedó tercera. A ver, Esquerra necesita tiempo para reponerse y encontrar su rumbo y que sea una síntesis que no le pase factura entre su alma social y su alma nacional, que aunque diga que es la misma hay un momento que obliga a elegir, PSC o Junts.

El PSOE está empezando a hacer cantos de sirena en Esquerra para que vote a Isla. Cantos de sirena por ser generosos. Sientan la ministra de Hacienda y vicepresidenta, Maria Jesús Montero, con qué boca pequeña reconoce que a Catalunya hay que arreglarle la financiación. Fue ayer en Radio Nacional:

“Nuestro compromiso es el impulso de un nuevo modelo de financiación para todas las comunidades autónomas. Y por supuesto aquellas cuestiones singulares que tienen algunas comunidades autónomas, entre ellas Cataluña, deben tener un tratamiento especial, como digo desde la investidura del presidente Sánchez”.

Un trato especial para Cataluña, al igual que para otras comunidades. Es la canción de siempre, de momento.

Una señal de que Esquerra está incómoda: a media semana la formación anunció un acuerdo para entrar en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona con el alcalde socialista, Collboni. Dejaron por ayer por la tarde una votación de los militantes, y eligieron un local, el del Orfeó Martinenc, donde cabían 200 personas, pero había 1.000 que querían participar en el debate. Total, que Esquerra decidió aplazar la entrada al gobierno del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. Si no lo veían a venir, si en el fondo la dirección estaba externalizando en las bases una decisión que no se atreve a tomar, no lo sabemos. Pero no cabe duda de que Esquerra necesita tiempo, y mientras tanto está transmitiendo e indecisión y división, sobre qué hace con Illa y sobre qué hace con el pacto en Barcelona.

Buenos días.

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