Este lunes, Isabel Díaz Ayuso jugaba en casa en la entrevista que le había preparado Ana Terradillos, la presentadora de La mirada crítica de Telecinco. Antes de encontrarse ambas, el magacín matinal cargaba contra el gobierno de Pedro Sánchez y, más concretamente, contra el ministro Marlaska, pidiendo su dimisión tras la muerte de ambos guardias civiles en una operación contra el narcotráfico, con el ayuda de Eduardo Inda como tertuliano.
Más tarde, Terradillos recibía a la presidenta de la Comunidad de Madrid sirviéndole con bandeja los argumentos: “Yo estoy consternada. Y como yo creo que toda España” y comparó el rechazo de la viuda de un guardia civil muerto a la condecoración póstuma de Marlaska con los tiempos de ETA: “Me recuerdo a otros tiempos. Usted ya sabe a qué me refiero...”.
Terradillos también sacó el tema de la amnistía y Puigdemont en la conversación, recordando que Feijóo se había mostrado abierto a contemplarla "con condiciones". La periodista buscaba una reacción más intransigente por parte de Ayuso, que compró el independentismo con el terrorismo. Para terminar la conversación, le recordó el sketch musical del Polonia de la semana pasada, donde habían hecho una parodia de la canción Zorra de Eurovisión, cantada por el clon de la presidenta de Madrid, cambiando el insulto original por el de facha.
“Hablando de la fachosfera, está hecha toda una celebrity. Hasta le han hecho una parodia”. Ayuso reía y decía que los del programa de TV3 “son todo arte”. Atrás quedan aquellos tiempos en los que se consideraba el Polonia uno de los programas del adoctrinamiento más tóxico por los catalanes. Ayuso movía el cuerpo siguiendo el ritmo de la canción y sonreía. "¿Esto es libertad de expresión o usted se cabreó cuando vió esto?" le pidió Terradillos. "Tengo en mi entorno encantado" reveló Ayuso con satisfacción. Y pasó a reapropiarse y ressignificar el facha, ajustándose a la perfección al retrato del Polonia: “Si abrir un grifo y que haya agua es ser hecha, aquí está la facha. Si bajar los impuestos a la gente que se esfuerza, a los autónomos ya los comerciantes, es estar hecha, aquí estoy. Si ser hecha es becar a los hijos puede sacar buenas notas, pues hecha. ¿Madrid es la capital del orgullo gay y eso es ser hecha? Pues aquí está la facha. (…) Madrid está todo hecha, hecha, hecha. (…) A lo mejor seremos todos hechos en Madrid, ¡pero aquí estamos tan contentos!”.
Con la pujanza de la extrema derecha que se jacta del ultraconservadurismo como solución, y los políticos hablando de fachosfera para referirse a los contrincantes y proteger así sus argumentos, para la derecha española el término facha se ha convertido en una florecilla que da un cierto estatus de liderazgo, determinación y eficacia. El Polonia jugaba precisamente a poner de manifiesto esa dudosa reapropiación con la que Ayuso se encuentra tan cómoda para sacar rédito electoral. Y ve que en esta resignificación tan chapucera que está haciendo la política, se pierda de vista el sentido original.