Liga de Campeones

El Barça se planta en la final de la Champions a pesar de sufrir la primera derrota de la temporada (2-0)

Las azulgranas caen contra el Wolfsburg, pero aprovechan la renta de goles conseguida en el Camp Nou

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Alexia durante el partido contra el Wolfsburg

BarcelonaEl Barça está en la final de la Champions. Las azulgranas vuelven a dar un paso más en la historia y se plantan en el partido clave para levantar el trofeo de la máxima competición europea. Por todas aquellas personas que han formado parte del camino, por todos los obstáculos superados, por cada doble sesión de entrenamientos sufrida y por cada desprecio recibido. Por todo el mundo que no se creía el proyecto, ni en el equipo, ni en el objetivo. El Barça, por todos estos motivos y mucho más, ha vuelto a presentar candidatura para volver a ser el mejor equipo de Europa. Turín las espera, para disfrutarlas, para acoger la gran fiesta del fútbol.

El partido, sin embargo, no ha sido el paseo que el Barça hubiera deseado. En el partido de vuelta en el estadio alemán ha llegado la primera derrota de la temporada (2-0, 3-5 en el global). El partido no ha sido para nada brillante por parte del conjunto catalán: se han visto superadas en ciertos momentos del partido, con pérdidas que han hecho mucho daño y han facilitado las dianas del equipo alemán.

El Wolfsburg ha empezado con las fuerzas que no demostró en el Camp Nou. El equipo alemán ha puesto en marcha motores acercándose a la portería del Barça, pero la revuelta alemana ha durado poco. Las culés han atravesado el medio campo, se han plantado en terreno rival y se han abonado en el área del Wolfsburg. Una vez superado el primer momento de locura, las azulgranas han empezado a controlar la esférica. Con tranquilidad, control y pausa, el conjunto dirigido por Jonatan Giráldez ha encarado los noventa minutos para plantarse en la final con la convicción de que su juego y estilo las llevaría a la tercera final de la Champions de su historia.

La exigencia ha sido máxima y el guion muy diferente del visto en el templo culé. Las azulgranas se han encontrado a un Wolfsburg mucho más valiente, más osado, con la esperanza viva de cambiar la eliminatoria. Las culés no han tenido un partido plácido y ha hecho falta paciencia. Algunos errores en medio del campo han pasado factura y el equipo dirigido por Tommy Stropp se ha acercado al área custodiada por Sandra Paños. Crnogorcevic ha tenido la ocasión más clara para las culés en la primera parte. Después de una asistencia acrobática de Aitana Bonmatí, la suiza ha conseguido librarse de la defensa alemana, pero no ha podido tener premio. La pelota ha pasado por encima del larguero poco antes de que la colegiada silbara el camino de vestuarios.

Partido gris

El segundo tiempo se planteaba crucial. La ventaja en el marcador daba tranquilidad a las culés, pero el conjunto local sabía que era su última oportunidad para poder estar en la anhelada final de Turín. Las jugadoras del conjunto alemán eran conscientes del reto y han salido a morder desde los primeros instantes de la reanudación. En solo dos minutos de juego, Wassmuth ha aprovechado una pelota muerta en el balcón del área y, con una potente cañería, lo ha enviado al fondo de la portería de Sandra Paños. El Wolfsburg ha puesto una marcha más, un punto extra que ha sometido a las azulgranas a su fútbol. Un Barça poco fluido ha chocado con un muro que no ha conseguido derrocar.

Con un equipo descolocado y poco preciso, el conjunto alemán ha aprovechado los instantes de desconcierto para sumar el segundo en el luminoso. Un error en medio del campo de Patri Guijarro ha dejado a Roord bien colocada en la frontal del área. El despiste de la de Palma de Mallorca ha habilitado a la neerlandesa que no ha perdonado en el 14 del segundo tiempo. Con la segunda diana, los cimientos del estadio han temblado y las caras de las culés han cambiado: un pelo de desesperación planeaba sobre las futbolistas culés. ¿Existía, de verdad, la opción de perder la eliminatoria?

El Barça se resistía a pensar que fuera posible y, con Oshoala y Mariona ya sobre el verde, el equipo ha intentado transformarse. Con más posesión y alguna llegada, las culés han buscado recuperar las buenas sensaciones ahora añoradas del Camp Nou. Lo han intentado, una y otra vez, pero las ocasiones no han acabado de llegar. La aproximación ofensiva culé ha sido pobre y las jugadoras dirigidas por Joantan Giráldez no han acabado de encontrar las soluciones.

El luminoso no ha mejorado por las aspiraciones culés y la primera derrota de la temporada se ha culminado en el estadio alemán. El Barça, con la cuenta goleadora a cero, ha roto un registro estratosférico: no se quedaba sin marcar desde las semifinales europeas de hace dos años, precisamente contra el conjunto alemán. El paso a la final ha sido agridulce y un poco a contrapié, pero el trabajo hecho en casa ha permitido a las culés tener un billete para Turín. El Barça ya puede comprar los billetes para Turín: la tercera final en cuatro años ya está aquí.

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