'Brackets' convertidos en fundas de plástico y dentistas en aplicaciones
Impress propone un tratamiento corrector de los dientes gestionado a través del móvil y sin visitas al médico
“Clic, clic, clic, clic, clic”. La tercera ráfaga de fotos con ruido de máquina antigua da por acabada la visita al dentista. Una visita muy excepcional: no hay ni un segundo de espera previa, dura solo diez minutos y se hace sin dentista y dentro del cuarto de baño de casa. O en cualquier otro lugar donde haya un espejo o alguien que aguante la cámara del móvil. Es la propuesta de Impress, una start-up catalana que ha llevado un paso más allá las fundas de plástico que hace unos años han empezado a sustituir a los brackets.
El planteamiento es hacer una primera visita convencional en la que se determinan el número de fundas y qué forma tienen que tener para ir corrigiendo progresivamente el problema bucal y después enviarlas todas a casa del paciente para que, si quiere, no tenga que volver a pisar la clínica. Después, una vez cada semana o cada quince días, se hará fotos en los dientes a través de una aplicación desarrollada por esta empresa. El dentista lo informará a través del mismo sistema de si puede pasar a la siguiente funda o no. Y así, hasta que se acabe el tratamiento, que tiene un coste a partir de los 2.000 euros.
“Simplemente vimos que había un vacío que los consumidores necesitaban: antes de Impress un paciente podía escoger entre consultas de ortodoncia muy conservadoras y reticentes a la tecnología o compañías que solo se centraban en el tratamiento estético”, razona Diliara Lupenko, cofundadora de Impress.
Quien ahora es también la máxima responsable de las operaciones de la empresa venía de trabajar durante años eb KPMG, de haber acabado siendo la consejera delegada en Rusia de uno de los clientes de la consultora y de haber tenido la primera experiencia emprendedora creando una marca de joyas y accesorios. Fue, sin embargo, el hecho de haber recibido un tratamiento de ortodoncia invisible “tradicional” y encontrarlo costoso y de poca confianza lo que la convenció de que su próxima aventura fuera una start-up médica. En 2019, de la mano del doctor Khaled Kasem -el otro fundador de la compañía-, registraba en Barcelona Impress, una start-up convertida en cadena con casi 75 clínicas en toda Europa y que facturó en 2020 cuatro vecs más que el año en el que empezó la actividad, a pesar de que sus responsables no especifican la cantidad.
Las razones del éxito son varias, según Lupenko. La primera son los 15 años de experiencia del doctor Kasem, pero detrás está también el hecho de haber desarrollado un producto propio olvidándose de los intermediarios. “Que nuestro equipo médico tenga el control absoluto del proceso por el que pasa el paciente y por lo tanto de los resultados es una gran ventaja”, afirma la responsable de operaciones de Impress. A todo esto se suma el hecho de que la propuesta sea virtual pero que se pueda ir presencialmente al centro siempre que se quiera, que haya atención toda la semana y, por último, ofrecer solo este tratamiento. “Nuestro principal punto fuerte es que somos expertos en ortodoncia invisible; por ahora solo ofrecemos este servicio”, afirma la responsable de operaciones de Impress. “Nuestro equipo médico es experto en ortodoncia y en corregir problemas de salud relacionados con los diferentes casos: desde los leves, que se hacen por cuestiones más estéticas, hasta aquellos que afectan la manera de morder”, especifica.
En medio de todo esto, en 2020 se les presentó una ventaja inesperada: la pandemia. Un obstáculo que, como empieza a ser habitual en argot emprendedor, han sabido “convertir en oportunidad”. “Pudimos ofrecer un trato profesional a distancia con el lanzamiento de nuestras visitas virtuales: videollamadas con ortodoncistas especializados”, explica Lupenko. “Además, los que habían empezado el tratamiento pudieron continuar sin salir de casa porque con el Kit Impress se dan todos los alineadores”, añade.
Aun así, desde la empresa celebran que ya se pueda salir y que se los pueda ir a visitar cuando se quiera: tan moderna es la empresa que han revolucionado incluso la estética de las clínicas, hasta el punto de que el primer centro que abrieron en Barcelona ha ganado un premio de arquitectura, el Frame Award al centro de salud de 2020.