Homenotes y danzas

El burgués catalán que fabricaba pesetas con la cara de Franco

Andreu Ribera hizo crecer a la empresa familiar Metalls y Plateria Ribera y se implicó mucho en la vida política

El empresario Andreu Ribera Rovira junto al rey emérito Juan Carlos I.
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Hace tres años y medio, en diciembre del 2020, en esta misma serie publicamos el perfil dedicado a Maria Àngels Vallvé Ribera, en la que destacamos sus orígenes familiares burgueses. En esa ocasión hablamos de su padre, Joan Vallvé Creus, y de su abuelo, Joaquim Ribera Barnola. Pero ahora, quien merece nuestra atención es su tío, Andreu Ribera, empresario del sector del metal.

En 1912 el padre, Joaquim Ribera Barnola, había fundado una empresa metalúrgica llamada Metales y Platería Ribera que inicialmente se dedicaba a la fabricación de cubertería, por lo que en el Poblenou –donde estaba la planta– se la conocía como Can Culleres. La segunda generación del negocio fue encarnada por el propio Andreu Ribera, que era abogado, y por su cuñado Joan Vallvé Creus, que era ingeniero y actuaba de gerente del negocio.

La producción evolucionó hacia ámbitos muy relacionados con el Estado, porque también elaboraban bases de latón que la empresa pública de armamento Santa Bárbara transformaba en proyectiles, así como unas chapas metálicas sobre las que la Casa de la Moneda acuñaba las monedas con la cara del dictador Francisco Franco. La empresa familiar era suficientemente importante para que en 1984 empezara a cotizar en bolsa. Además, el conglomerado también incluía a la firma Electrólisis del Cobre, centrada en actividades mineras.

En esas décadas de éxito de los años 50 y 60, Andreu Ribera se convirtió en el hombre clave de la economía catalana, hasta el punto de dedicar más tiempo a múltiples entidades vinculadas al país que a su propio negocio. Así es como luchó por conseguir la fusión de la Cámara de Industria que él presidía desde 1965 con la Cámara de Comercio (que en ese momento encabezaba Josep Valls Taberner), para convertirse un par de años más tarde en actual Cámara de Comercio, Industria y Navegación. Ribera mantuvo su presidencia hasta 1979. A su inacabable lista de cargos, también hay que añadir el de presidente de Fira de Barcelona, ​​de la Mutua Metalúrgica y del Consejo Económico y Social.

El empresario también fue el primer presidente del Banco Industrial de Cataluña (BIC), fundado en 1965. Después de unos años de declive a causa de la crisis industrial, acabó absorbido por la Banca Catalana de Jordi Pujol, que era una de las entidades fundadoras, junto con el Banco Comercial Transatlántico (actual Deutsche Bank), el Banco Condal (extinto con la caída de Rumasa) y el Banco Sabadell.

El declive de la compañía

Volviendo a sus negocios, cabe decir que una de las principales características de Metalls y Plateria Ribera era su paternalismo, con prestaciones muy amplias para los trabajadores, como pisos sociales, comidas de Navidad e incluso colonias para sus hijos. De hecho, cuando la firma entró en suspensión de pagos, en 1985, los técnicos que trataron de reflotarla quedaron muy sorprendidos por el gasto en aspectos sociales y también por la elevada edad media del personal. Aquella suspensión de pagos fue el principio del fin de un grupo histórico que ya no levantó ninguno y acabó muriendo pocos años después. De toda esa época de esplendor, sólo queda el edificio de oficinas que hay en la confluencia de las calles Roc Boronat y Pallars, que está catalogado y que se salvó de la demolición.

Como hemos visto, Ribera dejó una fuerte marca en el mundo empresarial y de la sociedad civil, pero también tuvo tiempo para poner un pie en la política, porque fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona (bajo el mandato de José María de Porcioles Colomer) y senador en el período preconstitucional (por designación real). Sus perfiles siempre destacan la capacidad extrema para realizar equilibrios políticos, especialmente durante la dictadura, porque logró mantener una relación fluida entre los empresarios catalanes y los órganos del franquismo sin renunciar a defender al país.

Como prueba de su prestigio empresarial está la gran cantidad de reconocimientos que recibió en vida, como la Cruz de San Jorge (1998), la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (1969) y la Legión de Honor Francesa.

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