Un 15% de la población española de entre 15 y 64 años y un 11% de los adolescentes (14-18 años) piensan que consumir cannabis no tiene consecuencias sobre la salud, según las encuestas sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias del año 2022 del ministerio de Sanidad. Es una opinión errónea, equivocada. Sí tiene efectos secundarios, que pueden llegar a ser muy graves. Y es especialmente perjudicial para los jóvenes, ya que afecta al proceso de maduración de su cerebro, que no se acaba de desarrollar hasta el período que va de los 25 a los 30 años.
Ahora, un estudio realizado por investigadores del Hospital Clínic y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), y publicado en el British Medical Journal, afirma que no deberían aplicarse tratamientos con cannabis terapéutico o medicinal a jóvenes. Dan por demostrado que los cannabinoides tetrahidrocannabidiol (THC) y cannabidiol (CBD), los principios activos de esta planta más utilizados en medicina, pueden causar efectos perjudiciales en la salud de adolescentes, personas con trastornos de la salud mental, embarazadas y conductores . En concreto, el uso de estas sustancias aumenta mucho el riesgo de psicosis en jóvenes, adolescentes y personas con antecedentes de patología mental incluso en un único consumo. Así pues, la falsa idea, socialmente muy extendida, que no ocurre nada para probar la marihuana, es esto: uno fake. Su consumo puede arruinar la vida de una persona joven. Es una constatación científica, factual. No es ninguna exageración. Muchas familias ya lo saben porque, por desgracia, lo han experimentado. Lo que a menudo comienza de forma inocente por parte de un miembro adolescente, es susceptible de acabar con problemas de adicción y con efectos graves sobre la salud, los estudios y la vida laboral y relacional. No se puede minimizar esta realidad, ni frivolizar con ella como un choque ideológico entre progres y carcas.
Hay que tener muy presente, además, que Cataluña se está convirtiendo en puerta de entrada a Europa del hachís. De hecho, la publicación de este estudio médico ha coincidido con un macrooperativo antidroga de los Mossos y la policía italiana con 78 detenidos (20 en Barcelona y 58 en Italia), más de 30 toneladas de marihuana y hachís intervenidas (sobre todo en Italia), dos millones de euros en efectivo e importantes cantidades de dinero en criptomonedas y bienes incautados en ambos países que superan los 129 millones de euros.
El cannabis está muy presente en nuestra sociedad. Barcelona no es sólo un punto del tráfico global, sino también un importante destino de turismo cannábico. En este sentido, el jefe del servicio de psiquiatría del Clínic y delgrupo dedicado a los trastornos bipolares y depresivosdel Idibaps, Eduard Vieta, advierte que no es suficiente con las campañas para advertir de los riesgos del consumo y pide que las autoridades lo prohíban a los menores de 25 años, a los que cree que también habría que vetarles la entrada en los clubs cannábicos. Es un debate que no puede rehuirse. Es necesario afrontarlo responsablemente porque supone un gran problema de salud y de seguridad.