La cara y la cruz de las hermanas Ortega

Sandra pierde su anonimato por una disputa judicial, mientras que Marta levanta la mano en la sucesión en Inditex

La cara y la cruz de las germanas Ortega
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El anonimato de la mujer más rica de España duró 45 años. Es la edad que tenía Sandra Ortega Mera cuando su madre (la primera esposa con la que Amancio Ortega fundó Inditex) murió de manera inesperada de un derrame cerebral durante unas vacaciones en Menorca. El forzoso camino hasta el tanatorio rodeada de fotógrafos y cámaras de televisión fue la oportunidad de ver por primera vez a una mujer de pelo corto teñido de rojo que acumula una fortuna de más de 5.600 millones de euros, según la revista Forbes.

La muerte de Rosalía Mera en 2013 convirtió a la primera hija del magnate gallego en la persona con el mayor patrimonio de España después de su propio padre. En herencia recibió, entre otros muchos bienes, un 5% de acciones de Inditex, el coloso de la moda para el que su madre empezó cosiendo batines desde casa mientras su padre atendía a los clientes. Después de esta irrupción en la vida pública, sin embargo, Sandra Ortega consiguió en gran parte mantener de nuevo un perfil bajo y dedicarse a gestionar los activos inmobiliarios, participaciones y fundaciones benéficas de su legado materno. O al menos así ha sido hasta hace muy poco.

La hija mayor del magnate está inmersa ahora en una disputa judicial con el que fue el gestor de su ingente patrimonio durante más de dos décadas, un enfrentamiento que la ha obligado a acaparar más protagonismo del que le gustaría. Según avanzó eldiario.es, Sandra Ortega ha interpuesto dos querellas por apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal contra José Leyte, responsable hasta noviembre de 2020 de Rosp Corunna, el family office a través del cual gestiona sus inversiones. Contactada por el ARA, una portavoz de la sociedad evitó valorar un proceso que sigue en marcha, después de que las denuncias fueran admitidas a trámite.

Cuando después de 20 años Sandra Ortega prescindió de Leyte, el cese por “pérdida de confianza” escondía algunas sospechas. Según la publicación, Rosp Corunna encargó un informe financiero a la consultora KPMG para investigar si el directivo había mantenido conductas fraudulentas durante su etapa de gestión. El resultado de esta auditoría sería, de acuerdo con la información publicada por eldiario.es, el motivo de las dos querellas presentadas por la primogénita de Ortega. En paralelo, Leyte también ha denunciado a Rosp Corunna, a quien reclama la indemnización como trabajador que le correspondería de acuerdo con su antigüedad.

Los beneficios de la gestora de patrimonio de Sandra Ortega están inevitablemente vinculados a los altibajos del dividendo de Inditex. Es por eso que en 2020, según las últimas cuentas disponibles depositadas en el registro mercantil, la sociedad cerró con unos números rojos de 91 millones de euros, en comparación con los 109 millones que había ganado en el último año prepandemia. Además, esta sociedad todavía controla el 30% de un negocio que ha sufrido duramente la sacudida del covid. Fue Rosalía Mera, la madre de Sandra Ortega, quien decidió entrar como accionista en Room Mate, la cadena de hoteles propiedad del empresario madrileño Kike Sarasola. Como avanzó Cinco Días, sin embargo, desde febrero la gestora busca deshacerse de esta participación y reestructurar la cartera de inversiones turísticas.

El holding empresarial de Sandra Ortega también incluye dos sicavs, Soandres de Activos y Breixo, un 5% de la farmacéutica Pharma Mar y la inmobiliaria Ferrado. A través de esta sociedad, la heredera del textil ha empezado a construir esta semana un resort de lujo en la región litoral portuguesa de Alentejo. A finales de 2020 Rosp Corunna, que está en plena reformulación de su estrategia de inversión, controlaba activos por valor de 5.986 millones de euros, mil menos que un año atrás.

Mientras la mayor de los Ortega intenta recuperar su lugar alejado de los focos, su hermana pequeña ha hecho un gesto en las últimas semanas que denota todo lo contrario. Marta Ortega Pérez (hija del empresario y Flora Pérez, la trabajadora de Inditex que se convirtió en su segunda mujer) sorprendió este verano con una entrevista de portada en el suplemento mensual del Wall Street Journal. Con mirada desafiante y vistiendo una camisa negra reluciente, la heredera más mediática del gigante textil contestaba por primera vez a las preguntas de un medio de comunicación, un silencio que ha roto antes de que su padre. “La arma secreta de Zara”, sentenciaba el titular de la publicación norteamericana.

La pieza revelaba una incógnita que no se ha desvelado nunca del todo: ¿qué cargo tiene Marta Ortega en Inditex? La respuesta rápida es ninguno. Pero a pesar de no tener un rol concreto, la hija del hombre más rico de España explicaba que su día a día consiste en supervisar el trabajo del equipo de diseño de moda para mujeres. Cada mañana se reúne con el director financiero, Miguel Díaz, y otros altos directivos del grupo para revisar los rankings de los productos más vendidos de las marcas de Inditex. Marta Ortega también confesaba una práctica de manual del empresario preocupado por la imagen de su firma: cada semana dedica un rato a visitar tiendas de Inditex para comprobar qué atmósfera se respira. “Siempre estaré donde la empresa me necesite”, se limitaba a decir la aspirante a empresaria.

Por mucho que no lo diga explícitamente, el destino de Marta Ortega siempre ha ido más encaminado a seguir los pasos de su padre que en el caso de su hermana Sandra. Mientras que esta última fue a un instituto público y se licenció en psicología en la Universidad de Santiago de Compostela, la pequeña del linaje acabó los estudios obligatorios en un internado en Suiza y se trasladó más tarde a Londres para graduarse en negocios internacionales. Su primer trabajo como titulada universitaria fue en la capital británica, precisamente, en una de las tiendas de su imperio familiar en King’s Road, en el opulento barrio de Chelsea. “La primera semana pensaba que no sobreviviría”, explicaba sobre esa primera experiencia como dependienta de Zara.

Más tarde, Marta Ortega empezaría su particular Erasmus a través de diferentes divisiones y filiales de Inditex, pero siempre sin un título definido dentro de la multinacional. “No sabes cuál será tu futuro, y estoy abierta a todo. Pero para ser sincera me gustaría estar cerca del producto. Creo que esto es lo que siempre hizo mi padre”, apuntaba la hija pequeña del multimillonario sobre una posible sucesión en la compañía. La respuesta la completaba el hombre que hoy por hoy controla el rumbo del grupo. El consejero delegado y presidente de Inditex, Pablo Isla, destacaba de ella que es “muy humilde” y con “opiniones fuertes sobre muchos temas”, pero se limitó a afirmar que su rol será “más relevante” a medida que crezca el foco sostenible de la empresa. Contactados por el ARA, ningún portavoz de Inditex respondió a las preguntas sobre el futuro de Marta Ortega.

Amancio Ortega, de 85 años, no se ha jubilado nunca del todo después de ceder a Isla la gestión de su imperio y todavía se deja ver casi cada día en la sede de Arteixo. Pero el hecho de que Marta Ortega siempre se haya mantenido vinculada a Inditex ha hecho crecer las especulaciones sobre un hipotético reparto de la herencia, en el cual ella sería quien heredaría el título de primera accionista del grupo, mientras que la inmobiliaria Pontegadea (con más de 14.000 millones de euros en activos) sería para Sandra Ortega. El empresario tiene un tercer hijo, Marcos, de su relación con Rosalía Mera, con parálisis cerebral severa.

A diferencia de su hermana mayor, son habituales las apariciones de Marta Ortega en las primeras filas de las pasarelas de firmas de alta costura como Valentino. Amante declarada de la moda y los caballos (fue jinete en competiciones de alto nivel), entre sus amistades hay personalidades como el desaparecido fotógrafo de las estrellas Peter Lindbergh, los modelos Eugenia Silva y Jon Kortajarena, el diseñador Narciso Rodríguez u otra heredera millonaria, la griega Athina Onassis.

De hecho, sus dos bodas también han sido de las contadas ocasiones en las que su padre se ha dejado cazar por las cámaras. La pequeña del magnate tiene dos hijos: el primero, de su matrimonio con el jinete Sergio Álvarez, y la segunda, de su actual relación con Carlos Torretta, ex directivo de la agencia internacional de modelos Elite.

La prensa del corazón siempre ha supuesto una relación distante entre las hermanas, que todavía mantienen al menos dos puntos de unión a pesar de llevar vidas y futuros radicalmente diferentes: el marido de Sandra también trabaja en Inditex con Marta y las dos han coincidido en no alejarse nunca de la Coruña, la capital gallega donde se empezó a escribir su historia.

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