Caronte asfixia a Italia: "Esto no es normal; es un auténtico horno"
Roma alcanza los 42 grados, récord histórico, por la ola de calor africano que ha puesto en alerta roja a veinte ciudades del país
RomaEl verano de 2021 fue Lucifer; un año más tarde llegó el Apocalipsis y ahora es el turno de Caronte, el barquero que conducía las almas de los fallecidos hasta el infierno según la mitología griega. Así han bautizado en Italia el anticiclón africano que desde el domingo asfixia al país con temperaturas extremas. En la capital este martes los termómetros han marcado 42 grados, mientras que en otras partes del país está previsto que en los próximos días se superen los 45 grados.
“En Roma estamos acostumbrados al calor del verano, pero este año no es normal. Es un auténtico horno, un infierno”, se lamenta Alessandra mientras espera resignada en la parada del tranvía y se seca el sudor de la frente con una toallita húmeda.
La ola de calor africano ha obligado a las autoridades locales a poner en alerta roja a veinte ciudades italianas, además de la capital, entre ellas Venecia y Verona, en el norte del país, y también Nápoles y Palermo en el sur. La isla de Cerdeña también se prepara para marcar un nuevo máximo histórico que supere los 48,8 grados alcanzados el 11 de agosto de 2021, que es la temperatura más alta registrada en Europa hasta ahora. Mientras, en Sicilia y Apulia verán subir el mercurio hasta los 45 grados en los próximos días.
En Roma, los barrios de la periferia estaban ayer desiertos y quien pudo huir hacia el litoral o se quedó en casa. Pero en el centro de la ciudad los turistas desafiaron a Caronte y a los 42 grados que marcaban los termómetros de las farmacias, un récord absoluto después de que el año pasado se alcanzaran los 40,7 grados en junio.
Una masa de hombres y mujeres cargados con cámaras de fotos y móviles inundaban los alrededores de los Foros Imperiales hasta plaza Venecia, aunque las autoridades locales aconsejaron evitar las atracciones turísticas durante las horas centrales del día y se plantearon clausurar algunas. Al mediodía, la cola para entrar en el Coliseo era más corta de lo habitual, pero algunos no querían renunciar a visitarlo. "Estaremos solo un par de días en Roma y no podemos quedarnos encerrados en el hotel", se justificaba una pareja de turistas alemanes, perfectamente equipados para hacer frente al calor asfixiante con gorras, gafas de sol, mucha protección solar y botellas de agua. A su lado, dos mujeres asiáticas se refugiaban bajo un paraguas para encontrar algo de sombra donde no había.
El Ayuntamiento de Roma desplegó 28 equipos de Protección Civil distribuidos en los principales lugares turísticos para hacer frente a posibles emergencias. "Es una forma de estar preparados para intervenciones rápidas de rescate médico", explicaba el jefe de Protección Civil de Roma, Giuseppe Napolitano, quien subrayó que el principal consejo era "evitar salir a la calle durante las horas más calurosas del día". En el del Coliseo, uno de los voluntarios explicó a ARA que hasta ahora no habían tenido que atender a nadie y recordó que también distribuían botellas vacías para que puedan llenarse en una de las 4.000 fuentes de la ciudad, localizables gracias a una aplicación móvil. Además, las autoridades locales pusieron en marcha un protocolo que prevé tutelar a personas vulnerables de más de 65 años, que recibirán asistencia domiciliaria inmediata en caso de necesidad.
El Centro Meteorológico Italiano (CMI) ha reconocido que se trata de “la ola de calor más intensa del verano, pero también una de las más intensas de todos los tiempos” en el país. Según los expertos, 2023 es considerado el octavo año más caluroso en Italia desde 1800, cuando empezaron los registros. El calor es también uno de los fenómenos meteorológicos más mortíferos, recordó recientemente la Organización Meteorológica Mundial. El pasado verano, las altas temperaturas causaron en Europa más de 60.000 muertes, de las que cerca de 18.000 se registraron en Italia, el país más afectado, según un estudio reciente del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Instituto de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm). Hasta este martes, la ola de calor africano había causado la muerte de al menos dos trabajadores, según denunció el líder del sindicato CGIL, Maurizio Landini.