Cada casa, un mundo

Una casa con vista de pájaro: la arquitectura se abre a la naturaleza, la ciudad y el mar

Casa en el Turó del Coll (Barcelona). Arquitectura Anna Noguera

Casa en el Turó del Coll.
14/09/2024
4 min

La quisieron abierta. Desde ese lugar, en lo alto de la colina del Coll, con una “casa ventana”, que es como la arquitecta Anna Noguera —fundadora del estudio AAN y responsable del proyecto—, podrían disfrutar de la amplitud de las vistas de Barcelona, ​​sin salir de Barcelona; de la naturaleza, que la tienen cerca; y del mar, desde las alturas. Era, es, uno de los sitios privilegiados de la ciudad, eso sí, si se sabía identificar y valorar.

Y sí, lo supieron ver enseguida que surgió la ocasión de comprar una casa vieja, sin ningún interés, en lo más alto de esta colina poblada mayoritariamente por construcciones precarias, del tiempo que no hay había ningún planeamiento. Fue una oportunidad, porque la familia, que habitaba en un piso pequeño en el centro de Barcelona, ​​buscaba un nuevo sitio para vivir, un lugar que no fuera anodino. Y si esa casa vieja en la colina del Coll no lo era en absoluto, de especial, el emplazamiento les abría unas posibilidades del todo extraordinarias.

Casa en el Turó del Coll.

Dice Anna Noguera que todo en esta vivienda —cómo se implanta, cómo se estructura en tres volúmenes e incluso los materiales con los que está concebido— responde a la relación que establece con el medio natural, por el hecho de estar situado justo en el deslinde entre la trama urbana y el territorio protegido de un parque. Teniendo en cuenta este vínculo con el bosque y, sobre todo, pensando en el fuerte desnivel de la parcela, eminentemente rocosa, y al no perder esa mirada de pájaro sobre Barcelona, ​​la colina del Carmel más cerca y, más lejano, el puerto, Montjuïc y el mar, la casa se distribuye en tres niveles. Se cierra en la fachada norte -la que da a la calle- y, en cambio, se abre completamente a las espectaculares vistas ya la mejor orientación solar. "No podía cerrar esta casa", admite la arquitecta.

Casa al Turó del Coll.
Casa al Turó del Coll.

Así, esta vivienda de 233 metros, cuadrados compuesta en tres volúmenes que se desplazan en altura para minimizar el impacto volumétrico en la vertiente de la montaña, concede a la planta de entrada el espacio sobre todo para la vida en común: el estancia unitaria para la sala, la cocina y el comedor está recorrida por unas grandes vidrieras que la convierten en un inmenso y muy privilegiado mirador que, además, duplica su dimensión por la continuidad con el porche, hecho con una estructura metálica. lica muy ligera y cubierto de un simple carrizo. Para los días y horas de más sol, unas pantallas motorizadas bajan por fuera del inmenso cristal. En esta planta, además, se encuentra el dormitorio de la pareja. Cabe decir que tanto esta habitación, como el resto, que están situadas en la planta más abajo, un nivel semienterrado que ve cómo entran algunas rocas del terreno, todos los dormitorios de la casa disfrutan también de la relación estrechísima entre el interior y el exterior. Aunque en este caso unas lamas de madera permiten encerrarse a la luz, ganar intimidad y graduar la ventilación. Es, en cierto modo, lo mismo que ocurre en el estudio, que ocupa el volumen más alto, rodeado de madera y magníficas vistas.

Casa en el Turó del Coll.

Para el estudio AAN–Arquitectura Anna Noguera era muy importante realizar esta casa con criterios de arquitectura pasiva. Como estrategias en este sentido destacan la concepción de la piscina como lavadero con depuración natural, a base de plantas y con la superficie desbordante para una oxigenación permanente; el semienterramiento de la casa para aprovechar la inercia térmica del terreno; la cubierta vegetal del volumen principal; las placas solares sobre el mayor nivel, el del estudio, que proporcionan el 65% de la energía que se gasta; los aislamientos de lana de roca de gran grosor para proteger fachadas y cubiertas; la ventilación permanente con sistema de recuperación de calor; el aporte de calor que hace la chimenea cerrada de la sala; la aerotermia para el agua caliente y la climatización, y un largo etcétera de recursos para que la casa sea, además, y sobre todo, confortable.

AAN 21
AAN 21
La madera y la unión entre el exterior y el interior

La arquitecta Anna Noguera ha querido que la madera entre en la casa, así como entra el paisaje. Situado entre la trama urbana y la montaña, hasta el punto de que algunas rocas están presentes en la vivienda, este proyecto va más allá de un ejercicio de integración. "Establece una transición entre los espacios construidos y el medio natural, entre la materia inerte y la orgánica", apuntan desde AAN. Es por eso que se ha elegido la madera para la fachada norte, que da a la calle, como forma de cerrar la casa y que, al mismo tiempo, deje espacio para una buena ventilación. Y por eso se han hecho de madera los forjados, muchos de los muros del interior y las lamas que gradúan luz, aire e intimidad de los dormitorios. Se ha optado por madera de cedro, procedente de bosques de tala controlada de los Pirineos. El cedro asusta insectos (por la resina), y no se pudre. Por eso se ha dejado lo más natural posible. Dentro, la madera convive con placas de arcilla, con la que se construyen los otros muros interiores, consiguiendo con ella la inercia térmica, regular la humedad, un ambiente sano y conexión con la tierra.

ALÇAT OEST
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