EDITORIAL

Cataluña y el peligro de ser una base del narcotráfico

Cocaína en el Puerto de Tarragona
24/01/2025
2 min
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La Guardia Civil ha dado por desarticulada "la organización criminal de tráfico internacional de drogas con base en Cataluña más grande" de la historia. Se trata de una operación en la que se ha detenido a un total de 25 personas, se han decomisado 7.000 kilos de cocaína y se han encontrado más de seis millones de euros en metálico. La organización era dirigida por un tal Lucky desde la cárcel y tenía ramificaciones por distintos países sudamericanos. La droga entraba por el puerto de Barcelona, ​​donde ese cartel tenía comprados algunos trabajadores. De hecho, ahora se investiga si la ejecución a plena luz del día de un antiguo estibador del puerto en Montgat el pasado noviembre fue obra de un sicario de esta organización.

Las imágenes de la Guardia Civil recuerdan mucho a las de las series de televisión: chalets de lujo con motos, coches y relojes de alta gama, además de grandes cantidades de billetes. Y también pueden verse pósters con la cara de Pablo Escobar, el famoso narcotraficante colombiano, convertido ahora en una figura de culto entre el crimen organizado (en parte también gracias a la ficción televisiva). Y como explica Roberto Saviano en sus libros, no debe despreciarse el efecto imitación que tiene la ficción en este submundo.

El caso es que la operación demuestra que Catalunya es una puerta de entrada de droga en Europa, como ya hace tiempo que el propio Saviano advierte, y muchas organizaciones criminales han instalado su base. En el caso del grupo desarticulado, no consta que sea ninguna franquicia de una mayor organización, como podría ser el cártel de Sinaloa o la 'Ndrangheta calabresa, pero es del todo seguro que estas organizaciones también actúan en Cataluña, donde han encontrado un hábitat lleno de urbanizaciones, tanto en la costa como en el interior, donde pasar desapercibidos y unas comunicaciones ideales para mover el material hacia el continente. Estas organizaciones están cada vez más armadas y son, por tanto, más peligrosas. Con las 48 armas de fuego decomisadas, este grupo estaba en condiciones de iniciar una pequeña guerra contra sus competidores.

Por eso es muy importante que las autoridades se tomen muy en serio esta amenaza. Catalunya, y especialmente Barcelona, ​​ya empieza a sonar demasiado como un destino en el que es muy fácil adquirir y producir droga y donde la policía pasa por ser permisiva. Esto no sólo está derivando en un problema sanitario de primer orden, sino también social. Si dejamos que este fenómeno se descontrole lo pagaremos muy caro, ya que la experiencia demuestra que el narcotráfico mueve tanto dinero que acaba infiltrándose en otros muchos sectores de la sociedad en forma de corrupción generalizada. En este sentido, el puerto de Barcelona y el de Tarragona deben ser una prioridad absoluta. Cataluña debe evitar convertirse tanto en un santuario para el narcotráfico como en un lugar en el que el consumo de drogas esté normalizado. En esta batalla nos jugamos mucho más de lo que pensamos.

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