Cinco ideas de terror para cocinar juntos por Todos los Santos
Arañas, dedos, murciélagos, fantasmas y monstruos, personajes emblemáticos para comérselos a bocados
BarcelonaEl otoño se adentra en sus jornadas más oscuras y frías y abraza esta semana entrando la celebración de Todos los Santos, nuestra fiesta de los muertos no exenta de vestigios de la celebración internacional de Halloween. La fiesta de Todos los Santos es tradicionalmente también un homenaje al inicio de la oscuridad in crescendo, un descenso en la iluminación que se considera mágico al señalar la conexión entre el mundo de los vivos y el de los fallecidos. Este relato no está muy alejado de la tradición norteamericana que, como la catalana, procede de los celtas. Si bien la tradición en nuestro país es un homenaje a los antepasados, su singularidad es que va acompañada de mucha teca, especialmente de panellets y castañas, y son días de cocina, también con niños, y no de golosinas y caramelos como ocurre en por otro lado del Atlántico. Para animar esta fiesta y dejar de lado el abundante azúcar de las golosinas, es una gran idea jugar con las criaturas a elaborar divertidas y terroríficas propuestas que, además de reírles, les llenarán de energía.
Uno de los seres más temidos en torno a la muerte son las arañas, y su degustación puede ser a la vez espantosa y divertida. Una idea muy original y sencilla de hacer son las manzanas araña. Sólo hay que cortar una manzana en trozos longitudinales, bañarlos en chocolate de postre y añadir, como patas, palillos de pan en los laterales o pretzeles cuando esté es todavía caliente. En el centro, se pueden poner ojos de azúcar comestibles que venden en cualquier establecimiento, también online, o elaborarlos directamente con glaseado real (que se puede hacer en casa con clara de huevo y azúcar glacé). La pupila se puede hacer con un poco de colorante negro estampado con un palito de sushi.
Los dedos son también un elemento icónico de los muertos y son muchos los que ensayan recetas con esta parte del cuerpo humano. Una idea muy original y divertida para hacer con los niños son los dedos de bruja a base de pan de queso con forma alargada. Para hacer el pan es necesario mezclar medio kilo de harina, 15 gramos de azúcar, 10 gramos de levadura seca y 10 gramos de sal. Se añaden 220 mililitros de leche a temperatura ambiente y un huevo, y después de trabajar unos diez minutos la masa hay que poner 75 gramos de mantequilla a temperatura ambiente. Es necesario volver a trabajar unos diez minutos más la masa y añadir 20 gramos de queso cheddar semicurado rallado antes de dejarlo reposar una hora. Se forman los dedos alargados (se pueden marcar los nudillos con un tenedor), se pintan los dedos con un huevo batido y se rematan en un extremo con unas uñas a base de almendras crudas sin pelar. Después se cuecen los dedos en el horno durante unos 30 minutos a 180 grados.
Los murciélagos son los animales voladores más terroríficos de todos, con permiso de los misteriosos búhos. Estos feísimos mamíferos, acusados también de propagar la pandemia, son muy fáciles de hacer. Basta con comprar un paquete de las icónicas galletas Oreo o sus variantes en marca blanca y sobre una galleta entera añadir la tapa de otra partida en dos mitades a modo de alas. Por lo que respecta a los ojos, también se pueden comprar hechos o simplemente elaborarlos con la base de glaseado real.
No es temporada de fresas, pero éstas son muy versátiles a la hora de cocinar recetas de Todos los Santos por su forma de pequeños fantasmas y sus hojas en forma de pelo verde. Vale la pena buscarlas, porque una idea a base de fresas con muy buenos resultados es cubrirlas de chocolate blanco de repostería en el extremo y ponerle unos ojos. Sólo hay que calentar el chocolate (la cantidad dependerá del volumen de fresas que quieran prepararse) y deshacerlo para poder mojar las fresas hasta la mitad. En caliente, hay que añadir los ojos de glaseado real o comprados. Dejar enfriar en la nevera antes de tener pequeños fantasmas dulces.
Volviendo al terreno salado, hay una receta superfácil de hacer que consiste en aprovechar el color blanquecino de la clara del huevo para freír fantasmas en serie para los niños de casa. Sólo se debe freír un huevo procurando que la forma quede lo máximo posible como un globo. Los ojos y la boca pueden ser unos puntos de vinagre de Módena una vez se ha quitado el huevo de la sartén o bolitas de pimienta negra que deben retirarse antes de comer. Los brazos pueden ser dos tiras de otra clara de huevo cortadas en forma alargada. Como decoración adicional, se pueden cortar zanahorias longitudinalmente en dos partes, realizar cortes intermedios sin llegar al final y enroscarlas como si fueran pequeñas calabazas.