BarcelonaLas cuatro compañías que en España pueden ofrecer la tarifa regulada del gas (la TUR) reconocen que hay un “auténtico alud” de peticiones de clientes que se quieren acoger a ella. ¿Por qué? El motivo es clarísimo: “El precio de la TUR es actualmente imbatible”. La clave está en el hecho de que esta tarifa está regulada y subvencionada por el Estado, en un momento en el que el precio del gas en los mercados internacionales ha marcado máximos históricos –a pesar de cierto descenso los últimos días– por la guerra de Ucrania. Las comercializadoras del mercado libre tienen que repercutir estos elevados precios del gas en los mercados mayoristas internacionales a sus clientes y no pueden competir con la TUR.
En España, hasta ahora, había aproximadamente 6,8 millones de clientes en el mercado libre y 1,8 millones de clientes en el regulado. Pero ahora la proporción está cambiando a pasos de gigante. Naturgy (77% de cuota de mercado en el Estado), la principal empresa del sector –que tiene filiales tanto en el mercado libre como en el regulado–, daba algunas cifras esta última semana. La compañía ha tenido que reforzar el equipo de atención al cliente del negocio de la TUR. Según la compañía, ha multiplicado por doce el número de operadores de atención al cliente, y a la vez ha reforzado también el canal de atención web. Un equipo de operadores que tiene que atender más de 5.000 consultas diarias de clientes.
Desde que el gobierno español modificó las condiciones de la TUR en su último paquete de medidas para abaratar el precio de la energía, aprobado el mes pasado y que entre otros aspectos hace extensivo este gas subvencionado a las calderas comunitarias, la compañía ha atendido más de 63.000 nuevas solicitudes de contratación de la TUR.
De hecho, el cambio a la TUR para un cliente es sencillo. Solo tiene que contactar vía telefónica, por web o presencialmente con la comercializadora y pedir el cambio. Para hacerlo, se tiene que aportar el CUP (el número de punto de suministro) que el cliente encontrará en el recibo. La comercializadora del mercado regulado se encarga entonces de hacer el cambio. Pero ante el alud actual, puede haber ciertos retrasos al hacerse efectivo.
Fuentes de otra de las operadoras, sin embargo, aseguran que hacen el cambio en solo cuatro días de media desde que el cliente firma el nuevo contrato. Fuentes de esta comercializadora explican que también han tenido que reforzar los equipos de atención al cliente para conseguir que el tiempo de espera al teléfono no supere los cuatro minutos.
El cliente tiene que tener en cuenta, sin embargo, algunos aspectos. Cuando pide el cambio a la comercializadora regulada le enviarán (normalmente por mail) el nuevo contrato, que tendrá que devolver firmado. Una vez la comercializadora recibe este contrato, se lo tiene que comunicar a la distribuidora, que tiene siete días para gestionar el cambio. Una vez en la TUR, el cliente mantiene los contratos de mantenimiento que tenía hasta su vencimiento. Pero la comercializadora TUR no puede hacer ofertas de este tipo de servicio. Por lo tanto, el cliente de la TUR tendrá que espabilarse para contratar el mantenimiento de la caldera con un operador autorizado cuando venza el contrato que tenía para conservar en buenas condiciones la instalación.
El precio de la TUR es tan favorable para el cliente que, por ejemplo, Holaluz ha decidido dejar el negocio del gas y ha pedido pasar a la comercializadora regulada a todos sus clientes de este hidrocarburo. La compañía que preside Carlota Pi considera que no podía competir en el mercado del gas.
Una parte del problema viene de la pandemia. Con el confinamiento, el precio del gas en los mercados internacionales se hundió y las compañías rompieron sus contratos a medio y largo plazo, porque el precio que tenían pactado era muy superior al que podían repercutir a sus clientes. Pero con la reanudación económica y la guerra de Ucrania, la situación se ha revertido totalmente. Las empresas que rompieron sus contratos tenían que pagar el gas en el mercado spot (diario), con precios por las nubes, y esto las obligaba a cobrar unas cantidades muy elevadas a los clientes, cosa que ha hecho mucho más atractiva la TUR al estar subvencionada por el Estado.
Competencia investiga la accesibilidad a la TUR
A pesar de que las comercializadoras tienen la obligación de pasar los clientes que lo pidan a la TUR, en los últimos días ha habido quejas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia “ya investiga si la accesibilidad y transparencia están garantizadas”, según informó el ministerio para la Transición Ecológica. En España hay cuatro compañías que pueden ofrecer la tarifa regulada: Baser (Total), Energía XXI (Endesa), Curenergia (Iberdrola), y Comercializadora Regulada Gas & Power (Naturgy).
La TUR tiene tres tramos en función del consumo anual. En la TUR 1 (hasta 5.000 kWh/año) se paga un fijo de 5,03 euros al mes; en la TUR 2 (de 5.000 a 15.000 kWh/año) el fijo son 9,52 euros mensuales, y en la TUR 3 (de 15.000 a 50.000 kWh/año) la parte fija son 20,54 euros. En cuanto al consumo, va de 0,63 €/kWh para la TUR 1 hasta 0,58 €/kWh a la TUR 3. Por lo tanto, cualquier contrato que tenga aproximadamente una tarifa de más de 0,6 €/kWh, que son prácticamente todos, sale más caro al usuario.