Automoción

La cuna de la automoción norteamericana, hacia una huelga histórica

Los sindicatos de General Motors, Ford y Stellantis, los tres gigantes de Detroit, plantean paros para pedir mejoras salariales

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Planta de General Motors en Asaka: la empresa fabrica el 94% de los coches vendidos en Uzbekistán.

WashingtonEl principal sindicato del sector del automóvil en Estados Unidos, United Auto Workers (UAW), ha anunciado esta madrugada el inicio de una huelga indefinida de los trabajadores de General Motors, Ford y Stellantis (propietaria de Jeep y Chrysler). El paro no tiene precedentes: es la primera vez en la historia en la que las tres principales corporaciones de la automoción del país -situadas en Detroit, la cuna de la producción en cadena ideada por Henry Ford- se ven afectadas por una huelga de forma simultánea.

El paro llega después de que hayan fracasado las negociaciones entre el sindicato -que representa a 146.000 trabajadores- y los tres gigantes del automóvil, la principal industria manufacturera, que supone el 3% del PIB de EE.UU.. Los trabajadores, que piden un aumento del sueldo equiparable al incremento de la inflación y de los beneficios del sector, habían alertado de que si no se cumplían sus demandas antes de la madrugada -cuando expiraba el actual convenio- empezarían una huelga "histórica" ", aunque "limitada y dirigida". Esto significa que el cierre empezará sólo en algunas fábricas del llamado Big Three del automóvil y después se irá extendiendo hacia otras dependiendo de cómo avancen las negociaciones. De este modo, se han seleccionado tres plantas estratégicas: la de GM en Wentzville (Misuri), que fabrica el GMC Canyon y el Colorado; el complejo de Stellantis en Toledo (Ohio), que fabrica el Jeep Gladiator y el Wrangler; y la planta de montaje de Ford en Wayne (Michigan), donde se fabrican el Bast y el Ranger.

El presidente de UAW, Shawn Fain, apeló el miércoles en un vídeo a las "raíces" del movimiento sindical para luchar "por unos estándares de vida decentes" y "por un mejor equilibrio entre la vida y el trabajo". Concretamente, piden un aumento del 36% del sueldo durante los próximos cuatro años -similar al de los altos ejecutivos-, acortar las jornadas laborales a cuatro días, compensaciones por la inflación, que se reduzca la temporalidad y que se restablezcan los beneficios que perdieron durante las negociaciones de 2008. A raíz de la Gran Recesión, los trabajadores aceptaron una serie de sacrificios debido a la mala salud del sector, pero ahora las empresas están obteniendo beneficios y ellos continúan con las mismas condiciones.

"El Big Three ha hecho 250.000 millones de dólares en los últimos diez años y 21.000 millones de beneficios durante la primera mitad de 2023. No nos mantendremos pasivos mientras los ricos y las grandes corporaciones siguen ganando beneficios extraordinarios ya nosotros nos dejan atrás", aseguró Fain.

Las concesiones del automóvil se quedan a medio camino

Desde el inicio de las negociaciones, en julio, entre las cuatro partes (UAW, GM, Ford y Stellantis), que han sido tensas desde el primer día, Fain ha logrado importantes concesiones: Ford ha ofrecido un aumento del 20% en cuatro años; GM, de 18%; y Stellantis, del 17,5%. Pero sigue siendo la mitad de lo que pide el sindicato, que asegura que las compañías pueden permitirse un mayor reparto de la tarta, después de años de beneficios récord.

La retórica del presidente del sindicato, que ha sido nombrado en el cargo este año, enmarca la batalla en la lucha de clases, más allá del sector manufacturero. "Luchamos por el conjunto de la clase trabajadora y por los pobres", asegura: "Nosotros no somos el problema, sino la avaricia de las grandes corporaciones".

La huelga en el principal sector manufacturero supondrá una prueba de fuego para la economía de EEUU, que está consiguiendo suavizar la histórica inflación sobrevenida por la reactivación del consumo después de la pandemia. Una huelga de diez días de todos los trabajadores de las tres firmas de Detroit podría suponer pérdidas de cerca de mil millones de dólares, según estimaciones de Anderson Economic Group. Esto tendría un impacto de 5.000 millones de dólares sobre el conjunto de la economía del país.

En cuanto a los consumidores, la consecuencia inmediata del paro de las fábricas será un aumento de precios y, a medio plazo, largos tiempos de espera para el desabastecimiento. Ford, GM y Stellantis concentran actualmente el 40% de las ventas de coches en EE.UU., una cifra que se ha ido reduciendo debido a la entrada de marcas extranjeras, como Toyota.

Auge de las huelgas en EE.UU.

La huelga de los trabajadores de la automoción, que podría alentar el paro en otros sectores, llega en un momento de auge sindical en EE.UU., debido al aumento del coste de la vida y la pérdida de poder adquisitivo. Este jueves, sin ir más lejos, 85.000 trabajadores de la sanidad de California aprobaron comenzar una huelga indefinida el 1 de octubre, con la demanda principal de un aumento de los sueldos.

El año pasado hubo más de 420 huelgas, un aumento de más del 50% respecto al año anterior, según un estudio de la Universidad de Cornell. Algunas de estas, como la de los camioneros de UPS, han terminado con mejores condiciones para los trabajadores; y otras, como la de los guionistas y los actores de Hollywood, siguen activas, con importantes pérdidas para la industria mientras avanzan las negociaciones.

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