Homenotes y danzas

El padre de Yasilac, el licor que se bebía en todas las casas de Cataluña

Magí Mollfulleda, un indiano de Arbúcies, fue un visionario en el uso de la publicidad y también creó la lejía Conejo

3 min
Magí Mollfulleda Jas.

En un número del año 1925 de la revista La nueva Cataluña, editada en La Habana por miembros del independentismo catalán en el exilio, encontramos un anuncio muy inquietante: CATALANES! Advierte que Joan Mollfulleda, alcalde de Arenys de Mar, nombrado por el directorio y traidor de Cataluña, es fabricante del licor Yasilac. Por la dignidad de la raza, cumpla con su deber”.

Parece una amenaza, pero no tenemos claro quién es este tal Mollfulleda y no nos suena nada este licor de nombre tan estrambótico. Pero vayamos a palmos. En 1925, España vivía bajo la dictadura del general Miguel Primo de Rivera y el Directorio era el gobierno en la sombra –formado únicamente por militares– que asesoró al general desde el momento del golpe de estado hasta diciembre de 1925. D por otro lado, si utilizamos un método básico, casi infantil, para desencriptar mensajes ocultos, como es dar la vuelta a las palabras, descubrimos que el misterioso licor Yasilac pasa a ser Calisay, una marca que ahora ya debe sonar a muchos lectores. Que en el anuncio amenazante utilizaran esta transposición tenía un motivo: el Calisay elaborado en Catalunya era vendido en el extranjero como Yasilac, porque los fabricantes catalanes se encontraron con la sorpresa de que la marca Calisay había sido registrada previamente en Alemania por otros productores. Si continuamos la investigación, descubrimos que Joan Mollfulleda, alcalde de Arenys de Mar en aquella década de los 20, era hijo de un personaje muy importante de la localidad, el empresario de licores Magí Mollfulleda Jas, que es quien verdaderamente nos interesa.

La historia de nuestro protagonista comienza –como la de muchos empresarios catalanes de la época– en el continente americano, donde hizo una fortuna con el comercio de productos típicos coloniales: café, azúcar y tabaco, básicamente. Cuando dejó definitivamente Puerto Rico para regresar a Cataluña no se instaló en el Arbúcies natal, sino que eligió a Arenys de Mar. Con el dinero en el bolsillo, decidió realizar una serie de inversiones, como una fábrica de lejía (que se convertiría en la popular Lejía Conejo, ya con otros accionistas), cuya venta de máquinas de coser de la marca Singer, de la que tenía la representación, y la compra de los derechos de un licor que se elaboraba en el Maresme de forma muy artesanal y sin demasiadas pretensiones: el Calisay. Hasta entonces, se producía a través de una firma que los socios Pau Rimbau y Manuel Martí habían establecido en 1896 en Malgrat de Mar.

El nuevo dueño instaló la fábrica de este licor en un antiguo molino de harina de Arenys de Mar, conocido como Molí de Dalt, y que acabaría siendo la sede de Destilerías Mollfulleda. En muchos reportajes actuales sobre el Calisay se explica que la fórmula originaria provenía de monjes de Bohemia, pero parece que esto fue una invención del propio Mollfulleda, que quería rodear su producto estrella de cierta leyenda para hacerlo más atractivo .

Seguro que la marca está inspirada en la calisaia, un tónico que se preparaba con la corteza de la cincna, cuyo árbol se extrae la quinina. Un ámbito que Mollfulleda cuidó bien fue el publicitario, porque desde que se hizo cargo del negocio, las apariciones en la prensa de su producto estrella eran constantes, siempre mediante breves inserciones publicitarias, pero omnipresentes. Ya en 1900, este licor que se vendía como reconstituyente y digestivo recibió la medalla de oro de la Exposición de París, junto a otro hijo de Destilerías Mollfulleda, el anís La Criolla. No sería ni mucho menos el último premio, porque los sucesivos éxitos permitieron a su propietario venderlo como el Rey de los Licores.

Tras la muerte prematura de Mollfulleda, con sólo 58 años, las siguientes generaciones de la familia continuaron haciendo crecer el negocio, hasta que en la década de los 80 lo vendieron al holding Rumasa. Hoy está en manos de Destilerías Garvey, mientras que la fábrica original forma parte del patrimonio histórico de la villa de Arenys de Mar.

stats