Ebro, la camioneta eléctrica catalana que quiere reindustrializar Nissan

Ebro es un nombre conocido dentro del mundo del motor en Catalunya, puesto que fue el nombre comercial con el que Motor Ibérica comercializaba sus camiones, tractores y todoterrenos entre los años 1954 y 1987, coincidiendo con la desaparición de Ford Motor Ibérica y que se alargó hasta la llegada de Nissan en la Zona franca y la constitución de Nissan Motor Ibérica en 1987.

Así pues, no es casual que EcoPower Automotive haya escogido este nombre comercial para presentar su primer modelo, una camioneta eléctrica con experiencia en el mundo de la competición (fueron los responsables del equipo Acciona en el Dakar, que se convirtió en el primer en coche eléctrico en acabar el rally más duro del mundo), y que suma cuatro empresas del territorio, la mayoría establecidas en Martorell o Vilanova del Vallès, como son Btech, Nexus Projectes, Api Brother y Jaton Racing. El objetivo de EcoPower Automotive será construir esta camioneta eléctrica llamada Ebro en las instalaciones de la Zona franca una vez se materialice la marcha de Nissan, prevista para el 31 de diciembre.

El nuevo Ebro será una camioneta eléctrica con dos motores (uno sobre cada eje), una potencia total combinada de 250 kW (335 CV) y 588 Nm de par, con una autonomía que de momento supera los 200 kilómetros, y que se prevé que pueda llegar a los 300 kilómetros. La hoja de ruta de EcoPower Automotive pasa por presentar unidades de competición para el Dakar de 2022 (en el que participará con un Side by Side eléctrico) y por producir unidades comerciales orientadas a un uso profesional en las instalaciones barcelonesas.

Esta camioneta de cero emisiones y orientación profesional propone soluciones interesantes, como por ejemplo un sistema de carga bidireccional para alimentar herramientas, o unos paneles solares integrados que permitirán cargar el vehículo sin necesidad de pasar por un punto de carga los días más soleados del año.

La principal carta ganadora que avala el proyecto del nuevo Ebro es el pedido en firme de Acciona, que se ha comprometido a adquirir algunas unidades para alcanzar su flota de empresa. De quedarse definitivamente con una parte de las instalaciones de Nissan, los responsables de EcoPower Automotive se comprometen a fabricar 4.000 unidades el mismo 2022 e ir incrementando su producción anual hasta llegar a las 30.000 unidades fabricadas en 2030.

Un proyecto ambicioso y compartido

El plan de EcoPower es compartir las fábricas de Nissan con QEV Technologies, Volta, Lupa y RMG (Ronn Motor Group), y pasa por conseguir inversiones que permitan asegurar los puestos de trabajo actuales y la reconversión de las instalaciones en el principal hub de movilidad eléctrica del sur de Europa. No en balde, Ebro sería el primer pickup eléctrico fabricado fuera de Estados Unidos, y competiría con las camionetas eléctricas de Tesla, Ford, Hummer o Rivian, entre otras. Precisamente Rivian es uno de los otros nombres que han sido asociados a lo largo de los últimos meses con las instalaciones de la Zona franca.

El plan de los vallesanos de QEV Technologies, que presentan su plan de manera paralela al de Ebro, también pasa por fabricar tres furgonetas eléctricas de medidas diferentes, camiones ligeros e incluso autobuses de hasta 12 metros, siempre con mecánicas de cero emisiones, con el objetivo de mantener la capacidad productiva de la planta, que se sitúa alrededor de las 200.000 unidades anuales.

Pero el ambicioso plan de QEV Technologies, Btech y Ronn Motor Group (esta última con sede en Arizona y especializada en vehículos de hidrógeno) no acaba aquí, puesto que también plantea la creación de un nuevo espacio de homologación de baterías de la mano de Applus, implementar un centro de producción de baterías de la mano de Eurecat, la fabricación de pequeñas baterías intercambiables para bicicletas y motocicletas eléctricas de la mano de Vela Mobility o incluso la producción de pilas de hidrógeno, el campo en el que Ronn Motor Group está especializado. Ahora bien, todo este ambicioso proyecto, que crearía 4.000 puestos de trabajo directos, necesitaría unas inversiones de unos 1.000 millones de euros durante los próximos cinco años y la complicidad de las instituciones locales. En este sentido los responsables de QEV Technologies y Btech apuntan directamente a partidas provenientes de los fondos europeos de recuperación, puesto que según ellos “tiene más sentido que la reindustrialización de Nissan la hagan empresas locales”.