BruselasLa vida sin Carles Puigdemont es difícil para Junts. Tanto que en los comicios europeos del 9-J cayó diez puntos porcentuales y medio millón de votos respecto a los del 2019, cuando sacó un millón de sufragios y el 28% de los apoyos. Y esto son dos eurodiputados menos. Pero ahora tiene un buen dato al que aferrarse: ha consolidado el liderazgo al independentismo aguantando por delante de Esquerra y logrando la segunda posición de forma holgada pese a los pobres resultados. Los 430.000 votos en el Principado y el 18% de porcentaje de voto distan mucho del 30,6% del PSC y del éxito de Puigdemont, pero también está lejos de la tercera fuerza, ERC, con 354.000 votos (14,82% ).
La frialdad y los nervios se apoderaron de la primera parte de la noche en el Press Club Bruselas, donde Junts ha celebrado la jornada electoral. Un lugar muy diferente a la joya de la victoria celebrada en 2019. "La españolización de la campaña" ha sido el argumento en unas primeras declaraciones en las que se relacionó la baja participación catalana con la concatenación de elecciones. Pero tras la mejora de los resultados respecto a unos sondeos pesimistas que le daban seis puntos porcentuales menos, la receta de Junts ha sido realizar una lectura optimista de las cifras obtenidas: "Es un buen resultado", ha afirmado el candidato, Toni Comín, que ha hecho "una valoración muy positiva" en la rueda de prensa rodeado de Carles Puigdemont, Laura Borràs y Jordi Turull. Destacó que era "un contexto difícil" debido a la campaña desde el exilio y se aferró al segundo puesto logrado. También ha avisado al PSOE diciéndole que había perdido las elecciones. Incluso ha dicho que habían "acariciado" al segundo eurodiputado en una disputa con el PSOE que perdieron por 80.000 votos. Es decir, ni victoria ni funeral.
Los junteros han perdido 100.000 votos respecto al resultado de las elecciones catalanas, donde también quedaron segundos, pero lo doloroso es ver cómo aumenta el diferencial con el PSC, que el 12-M fue de 6,4 puntos y este domingo de 12,6. Obtener sólo un eurodiputado cuando los anteriores comicios consiguieron tres es un descenso significativo y ha caído como un cubo de agua fría en la formación, matizado por la sangría independentista general. El soberanismo en total ha perdido más de un millón de votos. Nada que ver con la noche electoral de hace cinco años, cuando Puigdemont arrasó.
Retos de Juntos
Comín sólo ha logrado el acta para él, lo que demuestra que Junts tiene un problema sin Puigdemont. La participación también ha sido mucho más escasa y se vuelve a constatar que una parte significativa del independentismo opta ahora por la abstención, con menos participación en feudos como la demarcación de Girona y Lleida, donde Junts ha ganado. Pese a la sensación de haber salvado los muebles, hay muchas dudas sobre el éxito de la misión que el propio Puigdemont se impuso: reponer puentes con el resto de partidos independentistas.
La campaña de Junts se había centrado en reivindicar las “victorias” de estos años y el trabajo realizado desde el exilio por el equipo de Puigdemont en la guerra judicial contra el Estado. Y ha terminado, después del clímax de hace cinco años, con un sabor agridulce. ¿Estos números hacen cambiar las líneas maestras del plan del partido para los próximos meses? Por ahora no. El objetivo inmediato es rearmarse para afrontar los escenarios de una política catalana más incierta que nunca.
![Diana Riba, junto a Tomàs Molina en su comparecencia para valorar los resultados electorales](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 16 9"%3E%3C/svg%3E)
