Épico Fail

El eVilla, el aparato de Sony que no gustó nada a los primeros internautas

Llegó a las tiendas estadounidenses en verano de 2002, con un precio por dispositivo de 500 dólares

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Evilla WEB

Un monitor de tubo de 15 pulgadas con una carcasa de color blanco. El teclado y el ratón, a conjunto. En la parte inferior de la pantalla, una ranura para conectar un lápiz de memoria. A primera vista, el Sony eVilla podía parecer un ordenador de sobremesa, pero no lo era. "Es un centro de entretenimiento en red", se apresuró a despejar el gigante de la electrónica en el momento de su presentación.

Era enero del 2002. Después de un año y medio trabajando, la compañía había decidido dar el paso y poner a la venta un aparato enfocado –casi exclusivamente– a navegar por internet. Entonces, hacerlo a través del ordenador era todavía bastante incómodo y complicado. "La eVilla elimina las molestias habituales que sufrimos cuando debemos conectarnos a la red para enviar, por ejemplo, un correo electrónico", avanzó Mark Viken, vicepresidente de Sony. El flamante dispositivo prometía una conexión sencilla a la red, pero también reproducir archivos de audio y vídeo, ver animaciones Flash, ejecutar páginas web hechas con Java y consultar algunos documentos del paquete ofimático Microsoft Office.

"A principios de los 2000, justo después del estallido de la burbuja de las puntcom, los fabricantes de equipamiento electrónicos como Alcatel, Nortel, Siemens o Sony estaban desarrollando productos a medio camino entre el teléfono, el monitor y el ordenador que incluían aplicaciones, sistemas operativos y conexión directa a internet", contextualiza Frederic Guerrero-Solé, investigador de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) experto en nuevas tecnologías.

El eVilla llegó a las tiendas estadounidenses en el verano del 2002, con un precio por dispositivo que rozaba los 500 dólares. Sin embargo, para utilizarlo era necesario suscribirse al servicio, que tenía un coste mensual de 21,95 dólares. "Creemos que es un precio que la gente estará dispuesta a pagar", detallaba en la prensa James Neal, responsable de marketing de Sony. Cuando decía esto, Neal pensaba en un público concreto. "Los recién llegados digitales son un hueso demasiado duro de mordisquear, por eso presentamos el eVilla como un aparato apto para las familias que ya tienen un PC en casa, pero que tienen problemas para conectarse a internet", decía.

Ahora bien, el eVilla tuvo una vida muy corta: a los dos meses, el 13 de septiembre del 2002, Sony le retiró de las tiendas. Sin dar demasiados detalles, la compañía atribuyó la decisión a problemas de estabilidad y usabilidad del aparato. "El producto no cumplía nuestras expectativas y no funcionaba como estaba previsto", se limitó a decir John Dolak, portavoz de Sony, tal y como recogió el medio especializado CNet. La compañía reembolsó el dinero a los compradores.

"Como ocurrió con experimentos similares, el eVilla fue recibido con indiferencia por el mercado, que no estaba preparado para una solución de este tipo –analiza Guerrero-Solé–. Ante un mal recibimiento, Sony va optar por realizar una retirada a tiempo", dice. El aparato también había llegado tarde al mercado. El precio de los PC había descendido y la experiencia de uso había mejorado. La gente prefería tener un ordenador de sobremesa que el eVilla.

La lección

"A menudo es mejor retirarse a tiempo que encaparrarse con un producto que, durante su estreno, ya se ha visto que no tendrá una gran acogida", aconseja Frederic Guerrero-Solé, investigador de la UPF experto en nuevas tecnologías. Para él, cometer estos errores fortalece a las compañías a la hora de planificar nuevos lanzamientos.

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