¿Existen medicamentos para todos los europeos?
Las dificultades para abastecer el mercado europeo de medicamentos se incrementan y es necesaria una reforma del sector
BarcelonaLa pandemia, la compra conjunta de vacunas y la escasez de medicamentos marcaron la pasada legislatura europea en clave sanitaria. La irrupción de la Covid-19 sacudió a todos los Estados miembros, cada uno con sus particularidades y problemáticas, pero con una solución compartida: la estrategia para disponer de dosis suficientes con las que inmunizar a la ciudadanía. Fue una de las grandes lecciones de la crisis sanitaria, un frente común para garantizar la salud de la población que aligeró a todos los estados. Europa no es autosuficiente en la producción de medicamentos y otros productos sanitarios, por lo que era necesario aunar esfuerzos en lugar de competir unos con otros. Sin embargo, los aprendizajes del 2020 están cada vez más lejos y los retos actuales, como la guerra de Ucrania y el posible rearme, están marcando la campaña electoral. Ahora bien, las dificultades para abastecer al mercado de medicamentos se han incrementado y, en la próxima legislatura, Europa tendrá que abordar la reforma del sector farmacéutico si quiere garantizar a todo el mundo el acceso a productos sanitarios.
De hecho, la mayoría de los estados miembros de la Unión Europea sufrió ya una crisis de escasez de medicamentos a principios de 2023. Ciudadanos de diferentes países tenían problemas para encontrar antibióticos como la amoxicilina y otros específicos contra los resfriados y la gripe, además de algunas medicinas infantiles. Para revertirlo, la Comisión Europea presentó a finales de ese año un paquete de medidas entre las que destaca la Alianza de Medicamentos Críticos, que quiere convertirse en el brazo industrial de la UE en salud. "La escasez de medicamentos es sólo la punta del iceberg", advierte el presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Catalunya (CCFC), Jordi Casas, si bien es el más visible. Con esta alianza se busca garantizar tanto la producción como las cadenas de suministro de medicamentos estratégico y quiere poner fin a la dependencia de otros países, como China, en cuanto a determinadas vacunas, antibióticos y antivirales, entre otros.
Aparte de fortalecer las rutas de distribución y reindustrializar Europa para la producción de determinados fármacos clave, Casas cree que la futura reforma también debe fomentar la innovación, la investigación y la producción de nuevos medicamentos, así como abordar impacto ecológico del sector farmacéutico. "Debemos aprovechar las sinergias de la UE, en lugar de profundizar en la atomización de las distintas administraciones", defiende.
Un mercado único europeo
A finales de 2023, la comisaria de Salud de la UE, Stella Kyriakides, defendió la necesidad de desplegar un mercado único de medicamentos en Europa con el que homogeneizar el mapa regulador. Casas recuerda que, además de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que es quien define y clarifica los criterios de uso y comercialización de los productos, cada estado tiene después su propio organismo regulador, lo que "complica muchísimo" impulso de este mercado único. Una vez que el EMA autoriza un medicamento, es responsabilidad de cada estado decidir si también lo aprueba: ahora un producto se puede comercializar en un país pero en otros no, por lo que habrá que ver qué encaje se encuentra para el despliegue de este mercado compartido.
La disparidad de precios, ligados al PIB de cada país, es otro de los arrecifes: "Si tomas la media europea de precios harás que los medicamentos sean inaccesibles en los países con el PIB más bajo y casi los regales a los más ricos ", argumenta Casas, que igualmente apuesta por transformar la legislación, pese a la complejidad, con el objetivo de disponer de fármacos de forma equitativa.