Primicia

Fábrica, escuela y 'hub' de la moda: el renacimiento del textil en Salt

La antigua fábrica Gassol-Monar se convertirá en la sede de la escuela Qstura con un proyecto 360º

Silvia Castelló, impulsora de Qstura, con Juan Antonio Sanfeliu, propietario de la fábrica Gassol-Monar, dentro de las instalaciones de la futura escuela en Salt.

SaltoCerca del Barri Vell de Salt, entre las huertas y la acequia Monar, hay una gran puerta metálica que conduce a unas instalaciones únicas suspendidas en el tiempo. Para llegar, hay que atravesar un pequeño puente con vistas a una central hidroeléctrica que todavía funciona –ahora en raras ocasiones– cuando la acequia afluente del Ter lleva suficiente caudal. Es la entrada a la fábrica Gassol-Monar, la hermana pequeña de la hilatura heredera de la Coma Cros y que, hasta los inicios del siglo XXI, transformó lo que era una pequeña villa agrícola junto a Girona en un pueblo fabril, con más de mil trabajadores del textil. Cuando se toca en el timbre, la puerta conduce a unas grandes instalaciones de 7.000 metros cuadrados que en muy poco volverán a latir y quieren convertirse en la nueva revolución textil de Salt, que condensará presente, pasado y futuro del sector, con una mirada muy concentrada en educación, creatividad, sostenibilidad y moda.

Detrás de este proyecto se encuentra la Escuela de Diseño, Patronaje y Confección Qstura, que el curso pasado ya dio un gran salto adelante y estrenó con éxito el primer grado universitario oficial en moda de Cataluña, de la mano de la UdG y el ERAM. Silvia Castelló, creadora de Qstura hace 17 años, ha llegado a un acuerdo con el actual propietario y sobrina del fundador, Juan Antonio Sanfeliu, para un alquiler a veinticinco años vista. Esto le permitirá pasar de los 350 metros cuadrados que actualmente tiene en el Parque Tecnológico a unos 2.000 metros cuadrados inicialmente ampliables en función del futuro de la fábrica, ya que actualmente todavía trabajan 13 personas en una parte produciendo bragas de incontinencia.

Exterior de las instalaciones de la Gassol-Monar en Salt.
En la fábrica se hacían medias para grandes marcas europeas.

“Dignificar” las costureras

Pero la futura Gassol quiere ser mucho más que un centro de formación. Por eso se acaba de constituir también la Fundación Sílvia Castelló, con el propósito principal de fomentar el desarrollo de las personas y la sociedad a través del textil y la moda. Autodidacta de formación y con más de 40 años de experiencia cosiendo, Castelló tuvo una infancia muy atípica y, con seis años, cuando casi ni hablaba –según relata– la llegada de una máquina de coser a casa le abrió las puertas a una nueva dimensión. "Me conectaba conmigo misma y me daba esperanza", asegura. Años después, embarazada de la segunda hija, empezó a dar clases en centros cívicos traginando máquinas de coser, hasta dar el salto de crear una pequeña escuela en la avenida Lluís Pericot y después dar el salto al Parque Tecnológico.

Esta vertiente terapéutica es una parte esencial de su proyecto, que a la vez busca dignificar el papel de las costureras. “Llevar el mundo del textil a Salt es una gran dosis de realidad y también de bajar el ego de la moda –señala Castelló–. Dar dignidad a las marujas que cosen”. En este sentido, el principal propósito de la fundación es “acompañar a las personas para que se encuentren a sí mismas, a detectar su potencial, su valor y su creatividad a través de la costura, la moda, el tejido y el arte”. En este sentido, se centrará en especial en ayudar, a través de la costura, a los niños y jóvenes en situación de riesgo y/o marginación social.

Fiesta de presentación

El proyecto se presentará en sociedad mañana viernes con una fiesta de 19 a 23 h en el patio de entrada de la Gassol-Monar. Además de presentarse la nueva fundación y enseñar las instalaciones donde se ubicará la escuela, también habrá una performance de los proyectos de fin de curso de la primera promoción de alumnos del Grado en Moda y la opción de quedarse a cenar. El objetivo del encuentro, con muchos representantes del sector, será también pedir la implicación en el proyecto. “Invitamos a la gente a una dosis de realidad del textil –dice Castelló–. No pedimos que sólo vengan a escuchar, sino también que nos acompañen y que todo ese talento nos explique qué puede pasar dentro de la Gassol, además de trasladar a Qstura”.

Sesión de fotos de moda en el exterior de la Gassol-Monar de Salt.
El interior de la fábrica está aún por reformar y se prevé abrirlo al exterior.

Para ello, el patronato de la fundación representa las tres grandes patas del proyecto: textil y moda, sostenibilidad y educación. Lo integran Santi Mallorquí Gou, empresario del sector textil y fundador y CEO de Organic Cotton Colours; Miguel Ángel Oliva Sans, director general de la Fundación Privada para la Creativación; y David Garcia Uslé, director del cluster catalán de la moda (MODACC).

El traslado de Qstura a Gassol no habría sido posible sin la ingeniera textil Núria Quer, que dirige todavía la fábrica. Hace cinco años Castelló visitó por primera vez las instalaciones y vio enseguida el potencial y la importancia de hacer un homenaje al pasado textil de Salt. “Núria me comentó la posibilidad y lo vi fantástico”, explica Juan Antonio Sanfeliu, sobrioto del fundador de la primera fábrica familiar en Salt, en 1923.

Los Gassol, que habían creado la primera planta en Mataró, van llegar a tener hasta cuatro fábricas en el municipio gerundense, donde se fabricaban pantis, medias y leotardos que se vendían con grandes marcas en media Europa. En 1992 un incendio destruyó completamente las instalaciones junto a la salida sur de la AP-7; en 2004 se cerró la antigua hilatura junto a la parroquia de Sant Jaume, que ahora ha comprado el Ayuntamiento de Salt, también se cerró la de Bescanó, y actualmente sólo queda en funcionamiento la Gassol-Monar, que Sanfeliu continúa visitando todos los martes.

Cerrar un círculo vital

Mañana el nuevo proyecto de Qstura y la Fundació Sílvia Castelló nada más empezará a caminar. Por el camino primero tendrán que adecuar el espacio para ir trasladando las aulas y máquinas que ahora hay en el Parque Científico y Tecnológico de Girona. Donde antes había grandes telares y ahora reina el silencio está previsto que alumnos de todas las edades den de nuevo vida a la fábrica. “Para mí es un poco lanzarme al vacío, pero cierra el círculo –concluye Castelló–. Que la fundación sirva para ayudar a través de la moda y el textil, tal y como la costura dio un propósito a mi vida".

stats