Patronales

La gestión económica irrumpe en la campaña para la Cámara de Barcelona

Los críticos al gobierno de Mònica Roca reprochan la gestión financiera de la institución

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La Lonja, sede de la Cámara de Comercio

BarcelonaCon el inicio de septiembre, el nuevo curso también comienza para el empresariado. Las pugnas y las tensiones –las que van más allá de la gestión empresarial– se calman durante el verano, pero donde hubo fuego quedan brasas, y éstas reviven con el regreso a la actividad. Dejamos atrás junio con una batalla candente de cara a las elecciones a las cámaras de comercio catalanas, que se celebrarán de aquí apenas quince días (entre el 15 y el 20 de septiembre), y si bien las dos candidaturas que se presentan en la de Barcelona están siguiendo estrategias diferentes para la campaña, la tensión se hace evidente entre bambalinas.

Por un lado, la lista de los independentistas Eines de País - Un Pas Més, con el apoyo de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), mantiene el nivel de actividad y de actos de movilización del votante que ya demostró en las pasadas elecciones del 2019. La candidatura, de la que forman parte la actual presidenta, Mònica Roca, y gran parte del resto de su equipo, ha comenzado el curso con actos programados hasta el último día de las votaciones, incluido. Por otra parte, la llista Va d'Empresa, liderada por el ex directivo del DKV Josep Santacreu, mantiene un perfil más bajo: ni actos, ni entrevistas; pero todo apunta a que la movilización se está llevando a cabo fuera del foco.

Hasta ahora, sin embargo, gran parte de la campaña se ha basado en hablar del gobierno cameral actual y cómo se ha gestionado la institución en los últimos cuatro años. De hecho, una de las principales críticas de la lista alternativa al actual gobierno de Eines de País es, precisamente, las cuentas de la institución. Según explican fuentes de la oposición al ARA, "el actual gobierno de la Cámara ha gestionado mal las cuentas: el anterior presidente, Miquel Valls, dejó más de 13 millones en la caja; cuatro años después solo hay cuatro", critican.

Ante estas críticas, desde el gobierno actual explican que "lo que no tiene sentido es tener tesorería de manera ociosa, y menos en una entidad que está al servicio de las empresas, y que lo que debe hacer es utilizar ese dinero para la misión que se le ha encomendado". Pero, ¿cómo se ha gestionado realmente la institución en este mandato?

Tesorería

Los balances de la Cámara de Comercio de Barcelona, disponibles al público a través de su página web, muestran que, efectivamente, al cierre del ejercicio de 2018, el último completo del fallecido presidente Miquel Valls, había 13,2 millones de euros en la caja, una cifra que, a cierre de 2022, bajó a 4,7 millones de euros. Pero, según el tesorero de la Cámara, Jordi Pomarol, hay que mirar más allá de esta partida: "Es verdad que en el 2018 había 13 millones y ahora hay 4 en la caja, pero lo que no dicen es que tenemos 3,6 millones en inversiones financieras, en un fondo que da un 4,5%, y éstos también deben sumarse", una cantidad que se encuentra en la partida V. Inversiones financieras a corto plazo.

Hay que tener en cuenta, dice Pomarol, que "gran parte de nuestra actividad proviene de fondos europeos que tardan meses en llegar, y el decalaje puede ser de entre seis y ocho meses". Esta partida aparece en los balances como "Deudores por RCP, comerciales y otras cuentas a cobrar", que a cierre de 2022 era de 11,47 millones de euros. Teniendo en cuenta que al cierre de 2018 esta partida era de 5,5 millones de euros, "la cifra comparable entre el gobierno anterior y la actual sería de cerca de 19 millones en 2018 y de 19 millones en 2022; por tanto, es lo mismo, gestionado de forma distinta", explica el tesorero.

Asimismo, en cuanto a un aumento en la partida de personal, también criticada por la oposición, desde la institución aclaran que "efectivamente se ha aumentado bastante la plantilla porque hasta ahora había una gran parte del trabajo externalizado que se ha apostado por internalizar", y también porque "la Cámara tenía una bolsa importante de falsos autónomos que hemos limpiado", explican.

Inversiones

Más allá de los números fríos de los balances, "hemos invertido 5,2 millones de euros por un período de cuatro años en hacer activables espacios que tiene la Cámara y que hasta ahora no se utilizaban". Parte de esta suma ha ido a la remodelación del edificio de la Diagonal, una inversión de 7,5 millones –la mitad financiada por la tesorería y la otra parte con un préstamo a largo plazo–, que cuando acabe permitirá que siete de las 10 plantas del edificio puedan alquilarlas empresas para su uso. "Hasta ahora este edificio estaba ocupado por 200 personas, y cuando esté activo para los externos esperamos que lo ocupen más de 600 y genere 1,4 millones anuales", explica Pomarol. Además, según un estudio de Aguirre Newman, una vez finalizadas las obras, "la Cámara puede incorporar un valor patrimonial de 14 millones de euros" derivado de la revalorización del edificio.

En la misma línea, se han invertido 800.000 euros en el edificio que la Cámara tiene en Vic con la misma finalidad. También se invirtieron cerca de 700.000 euros para remodelar la Lonja de Mar y "poder explotarla para más visitas y actos, lo que reportará 1,5 millones más que antes", explica el tesorero.

Los números rojos

Sin embargo, los tres últimos años de cierre en negativo también han incrementado las críticas: la Cámara cerró el ejercicio de 2020 con pérdidas de 477.551 euros; en 2021 con 300.000 de números rojos y en 2022 con un resultado negativo de 803.345 euros. Según el actual gobierno, las críticas les "sorprenden" porque "nuestro pleno ha aprobado todos los presupuestos, que ya incluían esta previsión de resultados, por unanimidad; exceptuando el último, en el que hubo tres abstenciones", aseguran. La justificación de las pérdidas del último ejercicio es, según Pomarol, "que la guerra en Ucrania derribó los certificados de exportación, que suponen el 70% del ejercicio de la Cámara, y también porque la ayuda del kit digital que estaba presupuestada en 1,5 millones acabó siendo de 200.000 euros", explica.

Sea como fuere, el actual gobierno defiende sus decisiones contables: "En menos de diez años se habrá recuperado todo el dinero invertido habrá incrementado bastante el patrimonio; dejamos una Cámara mucho más fuerte financieramente".

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