Banca

El grave error de Guindos en pleno pánico bancario

El ahora vicepresidente del BCE ha emulado esta semana los excesos verbales que cometió en su día con Catalunya

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El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.

BarcelonaLas palabras, felizmente, pasaron desapercibidas, a pesar de que fueron pronunciadas en el peor momento. Las dijo el pasado jueves el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, y lo hizo en plena semana de pánico bancario por las caídas de tres bancos en los Estados Unidos, los problemas de unos cuantos más y después de hacerse públicos los temblores que han acabado con Credit Suisse. El exministro de Economía español en el gobierno del PP puso palabras al contagio financiero, lo único, según los expertos, que no se puede hacer en una crisis financiera. "La caída de la confianza puede causar contagio en la Unión Europea".

Guindos lo dijo en la reunión del Ecofin en Bruselas, donde insistió en que los bancos europeos están mucho menos expuestos que los americanos a la crisis del Silicon Valley Bank (SVB), el Signature y el Silvergate. Pero el mal ya estaba hecho: el simple hecho de avisar de una caída de la confianza, y especialmente la sola mención de las palabras "contagio en la Unión Europea", implicaba un riesgo en sí mismo. A pesar de que el BCE no quiso comentar estas palabras, asistentes a la reunión citados por Bloomberg explicaban que el que había sido la mano derecha económica de Mariano Rajoy admitió que el BCE no podía "descartar" que algunas entidades estuvieran en riesgo por sus modelos de negocio.

¿Por qué estas palabras son un categórico error? Pues porque la semana pasada fue un momento en el que los ciudadanos se preguntaban, en última instancia, si tenían que sufrir por sus ahorros. Siempre que existen estas dudas hay la posibilidad de que, para evitar todo riesgo, un cliente de un banco se desplace a la entidad y retire todos sus ahorros. Y peor todavía, que se lo explique a familiares, amigos y conocidos, que pueden llegar a imitarlo. Estos comportamientos, aunque sean inmotivados, pueden llegar a hundir un banco en cuestión de horas. Este fenómeno de retirada masiva de depósitos es lo que se conoce como pánico bancario y es lo que afectó al SVB y las otras entidades intervenidas en EE.UU.

Guindos lo sabe (como ministro vivió en primera persona la caída del Popular en 2016) y en todo el continente siguen recientes las heridas que dejó la Gran Recesión y, por lo tanto, se mantiene el miedo a un descalabro financiero.

Un banquero reincidente

Guindos, que antes de ser ministro había trabajado en Lehman Brothers –el banco norteamericano que se hundió en 2008–, ya tiene un cierto historial a la hora de hacer declaraciones poco prudentes y que atentan contra el principio económico de no poner nunca en cuestión la confianza de los ciudadanos. Lo hizo especialmente, y de forma muy reiterada, durante los tiempos más convulsos del Procés, advirtiendo de todos los males que sufriría Catalunya.

Durante meses, Guindos estuvo cargando una y otra vez contra la independencia con argumentos económicos, a pesar de la falta de estudios que validaran sus tesis. Dijo que era una situación "de perder o perder”, que con la independencia "Catalunya estaría sometida a un arancel comunitario del 10% y a lo que se denomina efecto frontera" y, más grave, dijo que quedaría fuera del euro: “Tendrían que crear su propia moneda y su banco central y llegaría la tensión entre su divisa y el euro, con un efecto inflacionista”.

A estos pronósticos económicos generales se puede añadir uno particular: Guindos cultivó la profecía autocumplida con la operación diseñada desde la Moncloa, y con ayuda de la casa real, para intentar que el máximo número de empresas sacaran su sede social de Catalunya después del 1-O, según explicó el ARA en su día. El ministro de Economía no solo fue uno de los responsables de aquel movimiento –que llegó a amenazar la solvencia de los dos principales bancos catalanes y que afectó a la economía del principal motor industrial de España, como es el Principat–, sino que lo había advertido previamente: en un acto a puerta cerrada dijo a los empresarios, según recogía El Mundo, que en Catalunya se produciría “fuga de capitales debido a la incertidumbre política”. La fuga de capitales, ciertamente, existió: las administraciones controladas por el PP, las empresas públicas donde el gobierno central decidía y un grupo de empresas afines del gran Íbex fueron las responsables.

1.

¿Por qué no se puede cuestionar la estabilidad del mercado financiero?

Igual que la economía, los bancos descansan sobre la confianza. Si desaparece, puede hundirse un banco, con motivos o sin ellos.

2.

¿Por qué es crítico el sector financiero?

Porque los bancos son los encargados de aportar liquidez, dinero, al resto de sectores. Si la banca falla, todo falla.

3.

¿Qué hizo mal Guindos?

En una semana crítica, habló de contagio a bancos europeos y dijo que en algunos casos el BCE no podría hacer nada.

4.

¿Cuál es el peor precedente?

El del gobernador del Banco de España Linde diciendo en 2015 que la independencia provocaría un corralito en Catalunya.

5.

¿Por qué no se puede hablar de 'corralito'?

La gran tarea de un banco central es evitar corralitos, hablarlo es imprudente. Linde fichó después por Societat Civil Catalana.

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