De 0 a 3, pantallas nada

¿Cómo saber si tu hijo pequeño está viendo demasiadas pantallas?

Existen varios comportamientos de una criatura de 2 o 3 años que indican que el tiempo es excesivo

Anna Ramis
2 min
Una niña de siete años mirando dibujos a una tableta, en una imagen de archivo

BarcelonaActualmente ya existen indicadores que permiten a los especialistas ya las familias de adolescentes afirmar que sus chicos o chicas están demasiado "enganchados" a las pantallas. ¿Pero es posible hacerlo con niños pequeños? ¡Sí! Algunos comportamientos de una criatura de 2 o 3 años pueden indicar que se ha pasado demasiados ratos delante de pantallas:

  • No come o no se duerme si no tiene pantallas.
  • Cuando no sabe qué hacer, va hacia ti a removerte los bolsillos o el bolso para encontrar elsmartphone.
  • Se enfada mucho, se enfada y golpea, le cuesta mucho tranquilizarse cuando le apagas las pantallas. (Disgustarse y enfadarse es totalmente normal. Tú estás a su lado para tranquilizarle).
  • Cuando has jugado un rato con él, no se puede quedar ni un momento solo, jugando con lo que le has enseñado, con el juguete que ha experimentado juntos. (Jugar es una necesidad vital, pero que alguien te ayude a descubrir posibilidades en un espacio o con unos utensilios puede ser bueno para ampliar posibilidades!)
  • Cuando hace juego de movimiento, busca el contacto violento con las cosas o personas, corre sin cuidado (va como una “moto”)
  • Si le ofreces tu presencia tranquila (con un juego de regazo, contando un cuento...) enseguida se cansa y quiere hacer otra cosa.
  • Reclama tu atención constantemente, sin poder quedarse prestando atención (para jugar, para explorar, para distraerse) a cualquier otra cosa, por placer, un ratito.
  • Cuando le hablas y te miras (poniéndote a su altura) te rehuye la mirada, o sencillamente no te mira.
  • Apenas habla. El lenguaje no se enseña, se desarrolla en un contexto de vínculo. La actitud de los adultos de la familia es muy significativa para prestar atención y acogida a los gestos comunicativos de la criatura ya la vez poner voz en sus actos.

Si poniendo estos indicadores en su contexto, ve que su hijo/hija presenta más de un par, significa que es suficientemente sensible para darse cuenta de que quizás algo hay que cambiar para mejorar su relación con él y reducir las pantallas. La suerte es que son conductas modificables por parte de la familia, y que a tan corta edad, ¡los niños tienen más facilidad para cambiar rutinas! El problema no es el niño, ni vosotros. ¡Tanto él como vosotros sois los afectados! Y ahora quizás sabéis mejor el origen.

En próximos artículos iremos dando pistas de cómo hacerlo para revertir la situación. Primera propuesta: mida el tiempo que usted pasa con pantallas cuando tiene a su hijo delante y tome conciencia de para qué finalidad las utiliza.

Madre, maestra y pedagoga e impulsora de la campaña #de0a3PantallesRES y del Manifiesto Infancia y Pantallas
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